A veces la publicidad, consciente o inconscientemente, se pone muy marica sin razón aparente. Por que una cosa es querer vender zapatillas y calzoncillos al público gay, y otra muy diferente es vender un refresco a través de vallas publicitarias generalistas.
Así que supongo que en este caso ha debido ser la casualidad la que ha llevado a los creativos publicitarios franceses de la orangina a hacernos un guiño.
Bueno, no a todo el colectivo gay, especificamente a los osos, que a partir de ahora en Francia van a aficionarse a beber Orangina por un tubo me temo.
Vía | OMG
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