¿Os habéis preguntado alguna vez quién inventó el vibrador y a cuento de qué? No es mala pregunta. La gracia es que aquel que lo hizo no tenía la intención de que este hiciese las funciones de estimulante erótico. Claro que la gracia esencial del invento fue la que hizo que este se popularizase, olvidándonos todos del primer motivo por el que tal chisme fue creado.
Joseph Mortimer Granville, inventor y médico inglés fallecido en 1900 estaba buscando un instrumento vibrador eléctrico que sirviese para aliviar el dolor muscular de las mujeres en la entrepierna, originalmente llamado ‘Martillo de Granville’. En realidad, o para ser más exactos, lo que el ‘martillo’ intentaba aliviar era la llamada ‘Histeria Femenina’, que es como se denominaba a la combinación de insomnio, irritabilidad, nerviosismo y ‘excesiva humedad de la vagina’.
En aquella época (y aún según el pensamiento de los que estando en esta, deberían quedarse mejor en el pasado), no sólo la masturbación no existía, sino que además las mujeres no eran capaces de llegar al orgasmo. En fin, una risa, pero risa que sirvió para la popularización de un invento cuyas ventas se incrementaron una barbaridad en aquella época, en absoluto para la función que Granville buscaba o, mejor dicho, con esa función, aunque la ‘lerdez’ supina de los entonces bien pensantes no pudo ver que el efecto ‘calmante’ de dicho martillo venía dado por su función deliciosamente excitante.
Y así como aprovechando que el Pisuerga pasaba por Valladolid, el utensilio acabó por convertirse en el mejor juguete erótico de la Historia, echemos mano de la misma circunstancia para poneros el trailer de ‘Hysteria’, la película que cuenta cómo todo este inventó comenzó, ya que aunque no es un título gay, siempre es interesante conocer los orígenes de ese cachivache que algunos escondéis bajo la cama.
En aquellos dias se decía que las mujeres no tenían orgamos porque eran fisicamente incapaces, pero si que entraban en ..»histeria» (!cómo no ¡, viniendo de la mujer en esos tiempos y alguno más cercano es malo) :o(
Incluso había mujeres que del placer se desmayaban (porque al contrario de lo que se cree, en la mujer se concentra más sangre en la vagina que en el pene del hombre (Vía sapiente: Documental llamado «El clitoris , ese gran desconocido»)) de ahí que las pobres se desmayasen por quedarse sin sangre y que su placer fuera otra vez…, calificado como una patología. La verdad que gracias a este invento muchisimas mujeres fueron felices y disfrutaron de su sexualidad que buena falta les hacía y hace a muchas heteros que a día de hoy , todavía sorprende escuchar ahora,alguna cosa que dá no sé si pena o rabia y mira que ahora las mujeres tenemos en nuestra mano (nunca mejor dicho) la decisión de proporcionar el placer sea como fuere pero ..aún queda alguna por ahí que ……..
¡¡¡¡ Viva la histeria colectiva, con o sin martillo de Granville ¡¡¡¡¡ :o)
Un saludo.
La historia del invento del vibrador siempre me ha parecido que es la típica historia que te cuentas y no te crees ni de broma!!
Yo es que me imagino al médico victoriano yendo a casa de la ricachona a masturbarla primero con la mano y ya luego con un arcaico vibrador (con el que está encantado porque no solo no se cansa sino que encima le permite hacer más visitas) todo porque la señora tiene una crisis de histeria… Y sinceramente me creo que me están tomando el pelo…
Va a ser verdad que la realidad supera siempre a la ficción!
Creo recordar haber visto algún aparato antiguo (de proyecto de vibrador) y no tanto,que parece un martillo percutor de suelo (autónomo como el martillo de suelo o fijo como un mueble,totalmente aparatoso) y otro con un motor puesto en una silla y con un pequeño motor para el movimiento. Si que suenan raros pero como dices tú, la realidad supera a la ficción y hay veces que quisiera no saber nada de la realidad..jaja. Y lo de ir a masturbar a domicilio no, pero hay una sexologa en estados unidos que trata los casos de anorgasmia grave y en su propia casa te ayuda a que te masturbes…lo más raro que pienses fijo que está inventado. Un saludo.