Como ya comenté en algún post anterior, la sexualidad de Marlon Brando fue muy activa. Su indisciplinado estilo de vida, llevado muchas veces por puros impulsos, hicieron de él un hombre tremendamente fascinante y magnético, dulce y cercano, pero también inestable e imprevisible en sus acciones y actitudes.
El hecho es que sabiéndose deseado tanto por hombres como por mujeres, y habiendo vivido su bisexualidad plenamente y sin enmascaramientos cara a la galería, hablando mal y pronto, Brando folló con quien le dió la gana, y él mismo, u otros que fueron testigos de sus “aventuras” y comentarios aseguran que hasta sus últimos años su líbido se mantuvo lo suficientemente activo, no sólo como para tener tres nuevos hijos (de sus once reconocidos) con su última compañera sentimental, María Cristina Ruiz, sino como para beber los vientos por Leonardo DiCaprio y Johnny Depp (este último además gran amigo suyo), de los que dijo que eran los mejores actores de su generación, o por Matthew Broderick, junto al que interpretó una de sus últimas películas, The Freshman, y del que dijo que tenía “el culo más follable que había visto jamás,” sin embargo, muy razonablemente, aseguró que no tenía nada que hacer: “Tal vez si él no fuese hetero y si yo tuviese 100 años menos… ”
Pero volviendo a sus amores y amantes de leyenda, uno de los más destacados y con quien mantuvo una historia de pasión más intensa fue James Dean.
James Dean fue un hombre tan torturado y rebelde como los pocos personajes que interpretó en vida, ya que aunque intervino en más de 30 películas y series de televisión desde su debut en 1951, no sería hasta 1955 en que conseguiría un primer papel protagonista en “Al Este del Edén” a los que seguirían “Rebelde sin Causa” ese mismo año y “Gigante” al año siguiente, falleciendo antes del fin del rodaje de esta última película, dando así cuerpo a una sentencia suya que acabó resultando trágicamente efectiva: “Muere joven y deja un bonito cadáver.”
Al parecer esta frase se la soltó Dean a Brando en su primer encuentro en el Actor’s Studio, donde Dean estudiaba y en donde Brando había sido alumno y a donde fue en aquella ocasión para dar una conferencia, cuando este último le preguntó por su filosofía de vida.
Hacía mucho que Jimmy Dean quería conocer a Brando y aquella fue la primera oportunidad, el primer capítulo de una “oblicua” historia de amor que probablemente disfrutaron los dos a la par aunque de maneras y con comportamientos radicalmente opuestos.
Tras insistir en un par de ocasiones, Dean consiguió que Marlon y él se convirtieran en amantes regulares, pero así como mientras el primero comenzó a enamorarse perdidamente del segundo, sin embargo Marlon Brando, que fue enormemente narcisista toda su vida, solo fue capaz de amarse a sí mismo. El culto a su persona, a su potentísimo físico, a su brutal masculinidad preñada de inaudito erotismo y su impresionante talento que le llevaron a ser definido como el mejor actor cinematográfico del Siglo XX, venía de todo el mundo, y era compartido por sí mismo, naturalmente. Para él, el mundo giraba en torno a su persona. “Brando sólo ama a Brando”, llegó a decir.
James Dean era masoquista. Al parecer le gustaba el dolor en la cama, el dolor extremo en ocasiones. Le llegó a proponer cosas a Brando, que llevaron al actor de “El Padrino” a recomendarle directamente que acudiera a un psiquiatra. En una ocasión, un amigo personal de Dean, descubrió que este tenía varias quemaduras de puro en su pecho. Cuando este dijo que habia sido Marlon Brando quien se las había hecho, su amigo, preso de cólera, quiso llamar inmediatamente a la policía, pero James Dean le paró, diciéndole que él mismo lo había pedido.
Dean y Brando fueron juntos a innumerables fiestas y orgías masculinas, donde Jimmy parecía el perrito faldero de su amante. Mientras Brando podía estar horas sin dirigirle la palabra, e incluso marcharse sin avisarle, Dean no podía quitarle ojo de encima y estar pendiente de cada uno de los gestos de su amante. Una vez más, Brando era el centro de Brando y su propio foco de atención. Dean, increíblemente no se veía humillado con esta actitud. Casi le gustaba. Sin duda su masoquismo le llevaba a resultarle muy tolerable este tipo de trato. Y de este modo tan insostenible su relación consiguió mantenerse durante bastante tiempo. Brando tenía el tipo de amante ideal para su brutal egocentrismo y Dean gozaba con el ambivalente aprecio/desprecio de su adorado semental.
La historia entre ambos terminó trágicamente el 30 de Septiembre de 1955, cuando en el cruce de las autopistas 46 y 41 de California, James Dean perdió la vida al chocar con un auto que se cruzó en su camino. Tenía 24 años.
Una semana más tarde, Marlon Brando compungido, acompañado por un amigo, quiso visitar el cruce donde había muerto su amante. Tras bajarse del coche, se mantuvo un rato de pie en el punto mismo del accidente, y con lágrimas en los ojos dijo: “Jimmy perdóname: Te quise mucho más de lo que nunca te dije.” Quizás James Dean siempre lo supo. Estoy seguro de que Brando fue perdonado.
Me gusta mucho como cuentas las cosas. El final es muy bonito aunque la historia es muy triste. Me da que había que ser muy masoquista para aguantar el ego de Marlon Brando.
Pero muy muy masoca, Sonia. Yo desde luego no habría soportado un amor así. Será que me he cansado de los amores imposibles?
Weno, me voy a la cama, que llevo una semanita… Buenos días 😉
Es una historia de «amor» muy triste, aunque viendolo desde cierto punto de vista se puede pensar que ellos eran el uno para el otro no? Y estoy de acuerdo con ustedes en que no estaría en una relación asi, las personas que aceptan ese tipo de cosas necesitan tratamiento psicologico..!
Lo siento, por muy buen actor que sea Marlon Brando en la pantalla no lo apruebo como persona. Él y Bertolucci prácticamente violaron a Maria Schneider en ‘Ultimo tango en París’. Para mí es la misma mierda que Polansky.
Referente a James Dean, me aventuro a decir que sus tendencias masoquistas vienen de la época en que fue abusado por un pastor religioso a partir de la muerte de su madre. Le compadezco.