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Bromances: Nicholson y Brando, amor de titanes

24/03/2012 por Dan 10 comentarios

Nich Bra

Con esta nueva entrada, quiero comenzar una serie que será tan caprichosamente intermitente como cualquier otra que haya intentado editar regularmente en este blog. Lo reconozco, soy un puto desastre. Tratará sobre el amor profundo entre dos hombres fuera de los lazos familiares, algo que cuenta con infinidad de casos conocidos en la historia, de algunos de los cuales me haré eco. Sin necesidad oficial de haberse establecido un amor total, el que va de la más honesta camaradería a la entrega del espíritu a través del cuerpo bajo las sábanas de una cama, el amor de por vida sin declaración oficial entre hombres, o entre mujeres, soporta idénticas cotas de romanticismo que cualquier otra historia como la vuestra o la mía. Un estilo de relación inclasificable que ha venido en llamarse bromance y que no queda en absoluto fuera de juego, creo yo, dentro de las páginas digitales de Ambiente G.

Casualidad o consecuencia, la muerte accidental de Heath Ledger llevó al ostracismo público de Jack Nicholson. ‘I warned him’, se lo advertí, fue la primera reacción pública del astro al conocer la muerte del protagonista de ‘Brokeback Mountain’. El septuagenario actor había hecho una manifiesta crítica a no llamarle a él para encarnar de nuevo a un personaje, El Joker, que en un registro diferente, había encarnado en un ‘Batman’ muy distinto. Ambos actores se encontraron en privado poco después. Entonces Nicholson supo de las fobias y adicciones de Ledger. El veterano actor, conocedor en primera persona de todo tipo de abuso de sustancias, advirtió al joven Joker de lo que tal abuso traería consigo si no paraba a tiempo. Jack, desgraciadamente, acertó.

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Casualidad o consecuencia, de entonces para acá, escasas apariciones en entregas de premios, cuando antes era la primera cara reconocible en ellos. De salidas nocturnas a bares de moda y los restaurantes más cool, a quedarse en casa, con la única compañía de su exclusivo cocinero o permaneciendo en las lujosas suites de los hoteles de las ciudades a las que viaja. Sus amigos ‘warn him’: ‘Deberías salir más’, pero Nicholson, regala su jeta públicamente en escasísimas ocasiones, como cuando brilla más que nadie sentándose en primera fila de los partidos de Los Angeles Lakers.

Espaciando cada vez más sus apariciones cinematograficas, todo hay que decirlo, no sólo por querer mantener una distancia mayor con el público sino porque no son tantos los buenos papeles para los genios de su edad, eterno enemigo de las entrevistas (su amigo Warren Beatty dice que Jack es la única persona que ha conocido que se siente mejor en la piel de cualquier personaje que en la suya propia), parecería que Jack Nicholson se acerca cada vez más al terreno semi reclusivo del otro genio con quien compartió amistad y vivienda por décadas: Marlon Brando.

Brando y Nicholson se conocieron en los años 70 del siglo pasado. Brando vivía a medio camino entre su isla particular en el espectacular atolón Tetiaroa en la Polinesia Francesa y su bungalow en Mulholland Drive al lado de donde Jack Nicholson se compró su casa modesta para cómo suelen gastárselas grandes y no tan grandes estrellas, pero con una de las vistas más espectaculares de Los Angeles, una privacidad a prueba de bombas y una de las colecciones de arte más importantes del Sur de California.

Nicholson conocía las mieles del éxito en su juventud con su arrollador magnetismo, sólo propio de los verdaderamente grandes. A ‘Easy Rider’ le siguieron ‘Mi vida es mi vida’, ‘El último deber’, ‘El reportero’, ‘Chinatown’ o ‘Alguien voló sobre el nido del cuco’. La admiración de Brando por aquel camorrista simpático, explosivo y bajito hizo que quisiera meterse en un proyecto cinematográfico con él a toda costa. Así, trabajaron juntos en la Pantalla Grande por primera y última vez en la extravagante ‘Missouri’ de Arthur Penn, un western indefinible que quedará para siempre en la memoria del cine por un único motivo: verlos a los dos trabajando juntos.

La química entre ambos fue tal, pese a la irregularidad del resultado final, y su amistad se hizo tan íntima a partir de entonces, que a pesar de la fama de mujeriego de Nicholson y que ese mismo año comenzaba una larga relación sentimental con Anjelica Huston, en los mentideros se comenzó a especular con la posibilidad de que en realidad Marlon Brando y Jack Nicholson hubiesen pasado de ser colegas a ser amantes, estableciendo una relación sentimental que ellos, jugando con el factor de ‘a ti te lo voy a contar‘, jamás se preocuparon en desmentir. Quizás porque en el fondo, y dado el descomunal ego de ambos, no podía haber un rumor más apetitoso de las colinas de Hollywood para abajo, que aquel que aseguraba que los dos actores más grandes del cine norteamericano eran no sólo colegas y amigos sino también amantes. Y ellos, encantados con la nueva leyenda.

Brando traería al mundo 15 hijos, entre propios, adoptados y tardíamente reconocidos. Esto no fue impedimento, sin embargo, para que diese rienda suelta a todo su apetito bisexual. Entre sus grandes amores, hubieron hermosas hembras de piel oscura pero también varones de todos los colores. Al contrario que otros de su época y posteriores, a Brando se le dio siempre fatal ocultar su amplio abanico de amantes en un terreno y otro. Cortejó y sobre todo se dejó cortejar, por un Laurence Olivier que quedó profundamente enamorado del poderosísimo sex appeal del gringo, o por un sumiso James Dean que nunca dejó de suplicar un amor que nunca obtuvo, por citar sólo a un par de los más emblemáticos.

De Nicholson, sin embargo, se dice que ha follado con más señoras que nadie en Hollywood. Con un apetito sexual incontenible, los juegos a dos o las múltiples orgías con amigas, amantes y caras y hermosas meretrices han cubierto de gloria y fluidos las sábanas del incontenible, y aún incombustible, mujeriego.

Sin embargo, la profunda atracción entre ambos actores se puso muy por encima de toda preferencia erótica, protagonizando ambos, uno de los bromances más extensos y envidiados de la Historia del Séptimo Arte. Fanáticos ambos del arte, virtuosos deconstructores de la realidad cotidiana, los dos cerebros mejor puestos de la Colina vivieron tan puerta con puerta, que ni tan siquiera tal puerta existía. La que comunicaba el jardín del uno con el del otro, estaba permanentemente abierta. Así sin avisar en muchísimas ocasiones, Marlon se colaba en casa de Jack. A veces era un tonteo con el billar, otras, una conversación sobre los porqués de las variaciones de los aleteos de las mariposas según la temporada. En ocasiones, Marlon simplemente entraba en casa de Jack. Un abrazo, un beso, y se sentaban ambos en el salón sin decir nada, disfrutando sencillamente de la compañía del otro.

En los últimos años de la vida del protagonista de ‘El Padrino’, la salud de Brando se tambaleó. A sus numerosos problemas físicos se sumó una ligera demencia que se fue haciendo progresiva. Dos aliados cuidaron mayormente de él. Por un lado, Michael Jackson, que lo consideraba un segundo padre y que en ocasiones lo llevaba a pasar semanas enteras en Neverland, con chófer, cocinero y enfermero propio, y Jack, su alma gemela, su mejor y más fiel amigo, que fue observando con tristeza como el actor más importante de la historia iba desapareciendo sin remedio, hasta su fallecimiento por problemas respiratorios el 1 de Julio de 2004.

Sus cenizas se dividieron en dos mitades. Una de las partes se esparció en Tahiti. La otra, en el Valle de la Muerte, en el Desierto de Mojave en California. Por expreso deseo suyo, la única persona ajena a su familia presente en el acto, fue Jack Nicholson, quien lideró la ceremonia.

Tras su muerte, Nicholson compró la casa de Brando por cinco millones de dólares. La modesta residencia del astro estaba en tan mal estado por plaga de termitas, que Jack decidió derribarla y tras allanar todo el terreno sembró a lo largo y ancho de la propiedad, frangipanis, las flores favoritas de Marlon. Que Hollywood recuerde, nunca un amigo hizo un homenaje póstumo más caro y jamás un bromance tuvo un The End más emocionante en la Jungla de Vanidades del anecdotario estelar de cine norteamericano.

Archivado en:Cine, Curiosidades, Personajes Etiquetado con:bisexual, bromance, Jack Nicholson, Marlon Brando, rumor

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Comentarios

  1. 6072 dice

    24/03/2012 en 14:42

    si bueno, ya se sabia que marlon brando habia tenido experiencias homosexuales, e incluso las habia reconocido. era bisexual, creo. no se si tuvo algo con nicholson, pero que son un par de actorazos eso estoy seguro. muy buen articulo, por cierto, muy interesante

    Responder
  2. 9412 dice

    24/03/2012 en 17:32

    Brandon en su juventud fue un hombre atractivísimo (y aunque no venga al caso, otro clásico del cine guapísimo fue Paul Newman), y no dudo que, como muchos, no se privase de ningún placer, pero no sé si se podrían calificar esas experiencias como romances, la verdad es que como lo mantenían en el más absoluto secreto pues no resulta fácil de ponderar.

    Por cierto, una pregunta… ya que os habéis convertidos en detectives del corazón… hace tiempo escuché algo sobre que Henri Fonda, ya siendo bastante madurito, llegó a tener unas relaciones de tipo homo e incluso una estable con un hombre más joven, pero no es una información que haya visto reflejada posteriormente ¿hay algo de cierto en eso?

    Responder
  3. Dilo Otra Vez... dice

    25/03/2012 en 19:59

    Muy bueno Dan, creo que consigue dar en el punto: no se trata de si la atracción y el amor entre hombres se tiene que contar por el número de polvos y por las salidas públicas asumiendo una categoría. Pienso que hay personas que van mucho más allá de esas cosas y que no dan explicaciones, simplemente viven sus vidas sin ponerse categorías y sin preguntarse si lo que viven encaja o no encaja como lo que piensan que son o con lo que deberían ser. Brando y Nicholson, siendo los genios que han sido, no creo que les preocupase mucho establecer la diferencia entre gay, hetero o bisex, me imagino que vivían intensamente sus vidas y se tenían el uno al otro, fuera como fuera, en el orden de una amistad que no se reemplaza ni con todos los amantes del mundo. Haz vuelto a a las tuyas Dan: ¡en buena hora, se extrañaba!

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  4. Rachel Vice dice

    26/03/2012 en 02:41

    Podríais haber hablado de la relación de Marlon Brando con Wally Cox, un amor de juventud según parece. Siempre se ha hablado de la bisexualidad de Marlon Brando, que llegó a declarar una vez que ninguna mujer le había hecho feliz.
    Como curiosidad, Marlon Brando guardó las cenizas de Wally Cox durante 30 años y pidió que al morir mezclaran sus cenizas. Ahora descansan «juntos» para siempre en un valle de California.

    Una bonita historia de uno de mis actores favoritos.

    Responder
  5. dan dice

    26/03/2012 en 09:11

    Hey Rachel. Hablamos de ello en su momento de ello. Tiempo atrás, eso es cierto. Aquí el artículo.
    https://www.ambienteg.com/cine/fue-un-hombre-el-gran-amor-de-marlon-brando

    Responder
    • Rachel Vice dice

      27/03/2012 en 13:58

      Muchas gracias, muy interesante.

      Responder
  6. dan dice

    26/03/2012 en 09:13

    Gracias Dilo!! Ando, pa no variar, con el culo a dos manos, y encima ahora, ennoviado perdido. Hasta yo me echaba de menos 😉

    Responder
    • Dilo Otra Vez... dice

      27/03/2012 en 05:51

      Ah, es que uno enamorado está al borde de uno mismo y por eso enamorarse no tiene precio. Vos seguí en lo tuyo entonces. Un saludo.

      Responder
      • dan dice

        27/03/2012 en 06:00

        Gracias, guapo. Ciertamente no tiene precio 😉

        Responder
  7. dan dice

    26/03/2012 en 09:15

    Al anónimo, sobre el tema de Henry Fonda, ni idea. Habría que investigar algo, pero todas esas cosas hay que cogerlas con pinzas. Por cierto, hablamos de bromances, no romances. Un abrazo.

    Responder

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