Ya os hablamos de esta película, que es esencial, porque habla de un tipo de abuso que no incomoda, sino que directamente destruye vidas, o en el plano psicológico de por vida o llevando a las víctimas directamente al suicidio, durante la adolescencia y pre-adolescencia. El abuso escolar debería ser un delito que choca sin embargo con las leyes que en teoría están creadas para proteger a las víctimas. La otra opción es crear conciencia social desde la escuela.
Por eso es una buena noticia que en un loable movimiento con escasísimos precedentes, la MPAA, la Agencia estadounidense que regula las películas a exhibir en los cines según categorías y que antes había calificado ‘Bully’ con calificación R, la acaba de pasar a PG 13, para que el film pueda exhibirse no sólo en cualquier sala cinematográfica y los menores puedan ir a verla con consentimiento paterno, sino, muchísimo más importante, como era deseo de sus productores y su director, Lee Hirsch, la película podrá ser exhibida en colegios e institutos porque es allí donde el tema del abuso se da con más intensidad.
‘Bully’ no sólo habla de aquellos a los que no dejamos de enviarles mensajes diciéndoles que ‘Va mejor’, sino a todo aquel que sufre por ser sí mismo, ni mejor, ni peor, ni gay, ni hetero, ni blanco o mestizo. Nadie está a salvo de ello y nadie puede mirar a otro lado sin autodefinirse cobarde y culpable con todas las consecuencias.
En Ambiente G I Bully
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