Un transexual viudo, una musculoca mala y un drag queen cargado de inseguridades se montan en un autobús destartalado de nombre Priscilla para recorrer el desierto australiano con la intención aparente de hacerse de oro vendiendo cosméticos de dudosa efectividad y de ofrecer una actuación conjunta en un perdido hotel en medio del país.
Pero en realidad, como en toda road movie que se precie, esta versión drag de Easy Rider, tan esencial y desformularizada como el clásico sesentero de Dennis Hopper, es un viaje radical de descubrimiento y una de las películas más desdramatizadas sobre la realidad homosexual de la Historia del Cine.
Fresca, optimista, divertida, necesaria. Así es ‘Las Aventuras de Priscilla, reina del desierto’. Cuasi debut en la gran pantalla del en más de un sentido antípodo Stephan Elliott, la película, auténtico icono cultural en Australia desde su estreno, que a punto estuvo de tener entre sus protagonistas a Michael Hutchence, prematuramente fallecido líder de INXS, supuso la revelación más gay del temperamental Terence Stamp, como la elegante Bernadette Bassenger, quien tras perder a su novio de 25 años, Trumpet, que accidentalmente muere asfixiado por los gases de su tinte de pelo (¿puede haber un comienzo dramático más gay?), se embarca en una aventura colorista con los entonces recién llegados al cine Hugo Weaving y Guy Pearce.
Los tres se encontrarán durante el camino con averías técnicas, aborígenes librepensadores, reptiles anonadados, parroquianos poco amigables, una ex mujer lesbiana, un pretendiente desprejuiciado con ganas de amor otoñal, Gloria Gaynor, ABBA y un niño encantador que da sopas con onda a los más idiotas argumentos de los expertos en transcripciones sagradas.
‘Las Aventuras de Priscilla, reina del desierto’ es cine reivindicativo puro con nivel de dramatismo prácticamente a cero. Un genial panfleto lúdico que logró atrapar de la mano a gays, simpatizantes y desprejuiciados que están de acuerdo en que el reclamo de derechos no debe ir vestido de negro, almidón en el cuello y la sonrisa censurada, sino que puede ser servido de manos de una deliciosa fábula de tres reinas desesperadas en busca de su propia felicidad, encontrándose, entre otras cosas, con que una minoría arrinconada y la más definitoria representación de la inocencia lo tienen más claro que ninguna tradición dada mayoritariamente por buena. O si lo preferís es simplemente, ni más ni menos, una deliciosamente salubre comedia. Quién dijo que eso era poca cosa.
Unos actores geniales y una gran pelicula, hace mucho que la vi.
Pero es que a veces nos sienta muy bien tomarnos las cosas sin tanto drama, drama y drama como lo dice el post una peli muy tranquila y libre de esas tramas que en muchas oportunidades nos dejan con conflictos.!! me encanta la Drag Queen es lo maximo.. y pobre morir de esa forma el novio de 25!! horror tendre muchp cuidado cuando me toque retoque de color jejejej
kiss
♥
Clasicazo!
Clásico del cine. Y por razones de peso.
Impensable en sus tiempos de imaginar a un tío mas hetero como…
Guy Pearce de (Memento, otro clasico)
Hugo Weaving de (Matrix o V de Vendeta)
o a Terence Stamp (actor de muchísima experiencia y que ha trabajado junto a otros muchos actores respetados)
haciendo de dragqueens idas a menos.
Me agradó la película, sobre todo ver al Agente Smith con ese vestido verde, pero en lo particular, me gusta más «To Wong Foo Thanks for Everything, Julie Newmar», que es algo similar y ver actuando a esos hombres que las hacen de machotes en otras películas actuando como verdaderas damas xD.
Me gusta mucho esta película y tiene una banda sonora muy buena también:))
Creo que deberían dejar de emitir Pretty Woman cada Navidad y empezar a emitir esta. No me cansaría de verla.
Que GRAN PELICULA! La vi de pequeña y es de esas que dejan huella… Nunca se me borrará de la mente esa escena en el bar y esa frase mítica del «tampax». Oh My God!
Nunca se me olvidará la escena del bar y ese brillante comentario a la «señora» de malas pulgas. Por Dios, era una enana y al ver esa escena no podía cerrar la boca… Un PELICULÓN!