Una carretera perdida en Idaho y una canción, ‘Cattle Call’, marcan los primeros compases de la película quintaesencial del lado más arthouse del cineasta norteamericano Gus Van Sant y el particular ‘Al Este del Edén’ de un actor inolvidable, River Phoenix, que encarnó perfectamente el terrible desarraigo de los juncos salvajes en un paisaje profundamente dividido.
Inspirada parcialmente por las obras Enrique IV y Enrique V de William Shakespeare (el bardo aparece explícitamente en los créditos de la película), ‘Mi Idaho Privado’ es el relato de un animal herido a contracorriente, los insertos de truchas nadando hacia arriba en el río no son en absoluto gratuitos, en busca de la felicidad con un destino nada claro, en un bucle constante, que parece comenzar y acabar siempre del mismo modo, con un ataque de narcolepsia en medio de una ruta secundaria.
Estados Unidos es un país de contrastes extremos. Su mestizaje cultural y étnico dentro incluso del grupo ‘dominante’, según el ridículo criterio de los sacerdotes del Tea Party y una historia breve en un país físicamente inmenso, hace que la juventud norteamericana opte por dos derroteros absolutamente opuestos: la del éxito económico y social a costa de cualquier sacrificio íntimo y la del abandono a su propia suerte, buena o mala, la de los niños perdidos que conforman un mapa humano de rarísima belleza entre el Atlántico y el Pacífico.
Distanciados ambos de sus familias, despojados del calor del hogar desde su adolescencia, los primeros se refugian en el éxito para contrarrestar sus múltiples pánicos afectivos. Los segundos buscan cobijo entre ellos mismos. El calmado Gus Van Sant, esculpido por la misma esencia de estos últimos, se convierte en su primer valedor fílmico. ‘Mala Noche’, ‘Drugstore Cowboy’, ‘Todo por un sueño’ (donde se retrataban en clave de comedia cínica ambos mundos), ‘Gerry’, ‘Elephant’, ‘Last Days’ y ‘Idaho’ conforman un conjunto compositivo hipnótico con las drogas, el sexo y la muerte como leit motivs en unos frescos de equilibrada y a menudo muy mal entendida belleza.
Mike (River Phoenix), es un chapero sin rumbo ni hogar fijo que tras divagar sobre la extrañas formas de alguna carretera en algún lugar de Idaho, viaja de algún modo a Seattle después perder por enésima vez el conocimiento, tras otra crisis narcoléptica en que sueña con el cobijo de su madre soltera, en algún lugar del Medio Oeste. Entre chapa y chapa en su recorrido nocturno por la capital de Washington, Mike coincide en casa de una clienta ninfómana con Scott Favor (Keanu Reeves), su mejor amigo e hijo del poderoso alcalde de Portland que como signo de rebeldía, vende sexo a quien lo quiera comprar, aunque sólo lo hace con hombres por dinero.
Ambos se trasladan a Portland, donde Scott se encontrará con sus dos ‘padres’, Jack Favor, su poderoso padre genético, y Bob Pigeon (William Richert), su mentor y el de otros muchos chicos desarraigados, amparados por el cobijo del que es a un tiempo bufón y rey.
Ambos seguirán luego camino a un diluido Oz, a la búsqueda desesperada de una madre que nunca apareció, encontrándose mientras tanto con un espantapájaros a un tiempo hermano mayor y padre. La venta de una moto desvencijada llevará a ambos a Italia, donde Scott acabará de confirmar la imposibilidad de corresponder al amor de Mike, padeciendo con aparente desdén de hijo pródigo, a su vuelta Oregón, la muerte de sus dos mentores, el adoptivo por el dolor del desprecio del ahora ex hijo.
Tras el funeral paralelo que ambos celebrarán a su manera. el reconvertido Scott permanecerá en Portland, abordando un futuro adormecido, mientras que Mike continuará su camino, entre chapa y chute de precioso durmiente desarraigado, en busca de su próximo ciclo.
Película imprescindible dentro de nuestro recorrido empedrado por la pantalla grande, ‘Mi Idaho Privado’ es en realidad la odisea de un mismo personaje desdoblado, fórmula que de modo mucho más radical exploró Van Sant en su posterior ‘Gerry’, y una mágica propuesta de su autor que define la tragedia como fórmula alternativa de búsqueda de la felicidad. Más que un retrato de un pasajero errante sin aparente rumbo, es el retrato de un buscador de tesoros inalcanzables, que es un oficio vital mucho más intenso que el aburguesamiento que sólo conduce a la infelicidad y el fracaso.
la de veces que habre visto esta peli, jo que recuerdos!! y river phoenix estaba increible
El personaje de Scott, me parece muy cruel.
Uno de los mejores análisis sobre la peli que he leído, y no era fácil
Pues a mi la pelicula me parecio horrible. Solo salvaria la escena en que Phoenix se declara al lado del fuego.
Creo que el film esta lleno de personajes planos y esterotipados. Sin contar la penosa interpretacion (como siempre) de Reeves. La trama tampoco la salvaria demasiado, creo que Van Sant inventa unos argumentos pobres para llenar la historia de amor de un gay por un heterosexual.
Pienso que esta pelicula solo la aprecia el publico homosexual porque tiene la gracia que habla sobre gays y la protagonizan actores famosos. Si el personaje Reeves fuese una mujer y lesbiana, el film pierde toda la gracia (creo yo, vaya).
Anoche la vi y no me gustó, no logró evocar ningún sentimiento en mi, la única escena que me gustó fue la declaración de amor de frente a la fogata. En general se me hizo bastante aburrida y nunca logró llamar mi atención ni emocionarme (y soy de esos que lloran viendo pelis XD)
Catalogada como clásico del cine gay esta película se queda muy atrás en mi lista personal de favoritos.