De James Dean se puede decir que triunfó con un pie en la tumba. De las tres únicas películas que protagonizó, aunque su trabajo en televisión fuera muy extenso, sólo vió estrenada la primera, ‘Al Este del Edén’, ‘Gigante’ acabó de filmarse una vez fallecido y ‘Rebelde sin causa’, tal vez su película más definitoria, se estrenó tres días antes de cumplirse el mes de su fallecimiento, en accidente de automóvil, el 30 de Septiembre de 1955.
Nicholas Ray, su director, uno de los caracteres más excéntricos de la historia del Cine Norteamericano, alcohólico, anfetamínico y bisexual, sabedor de las apetencias sexuales de Dean, de quien dijo no que fuera bisexual sino directamente gay, lo reunió con Sal Mineo, de errática trayectoria y fatídico final, y Natalie Wood, que en su vida privada flirteó a gusto y a sabiendas con actores que bebieron a la vista de todos de fuentes y de arroyos, en un título emblemático sobre la necesidad de amar y ser amado y sobre el miedo a traspasar el umbral tras el cual, te juegas que acaben llamándote ‘gallina‘.
Jimmy Dean desplegó lo mejor y lo peor de un método, el Stanislavski, que creó una primera generación de actores que rompieron moldes en los últimos cuarenta y primeros cincuenta en el cine USA, como Tony Stark, en este drama adolescente sobre tres jóvenes descontentos con los forzados roles que se espera de ellos.
Stark es el hijo que se siente incómodo en su papel de vástago ideal en un hogar de mujeres posesivas y padre sumiso hasta el ridículo. Natalie Wood, como Judy es el amor de un papá al que no le gusta verla crecer pero que tampoco la despide ya con un beso en los labios de buenas noches. Mineo es Platón, un joven frágil, soñador y sediento de cariño que vive una vida regalada, sin nadie, sin embargo, salvo una protectora ama de cría, que le regale.
El tercero idealiza al primero, con quien comparte la frustración de una sociedad y una familia que ‘no entienden’. Judy, ‘propiedad’ de un popular macarra, acaba cayendo rendida en brazos de un rebelde preñado de cariño que se deja llevar por sus plácidos brazos sin un aparente entusiasmo, debido probablemente a una rebeldía con causa que en una sociedad insistente en el marcaje de roles, a lo peor nunca acabará de ganar.
En los 50 no había gays en el cine. Mucho más tarde tampoco los hubo. Pero especialmente entonces, el mundo era ideal y en la idealización de los colores saturados, no cabía espectro gris. En aquella época ‘no habían’ actores homosexuales ni papeles gays. No puede haber algo que no existe, pero como en ‘Ben Hur’, detrás de las películas que la castradora ‘neutralidad’ producía, se agazapaban genios cuentacuentos ansiosos de contar justamente lo que querían.
Tras la historia de Platón idealiza a Tony se ocultaba Platón ama a Tony. Tras la rebeldía de Tony se encuentra una causa que niega el título. La del joven disconforme con una identidad impuesta, protegido de un mundo al que no quiere dejar entrar del todo, con una chamarra roja, que acabará siendo cobijo primero y diana después del que arriesgó más, perdiéndolo todo.
Entendida por muchos, como la primera película gay armarizada de la historia del cine, ‘Rebelde sin causa’ es un cántico nostálgico y hermoso al amor sin barreras, a la ternura explícita frente al horror de la censura del mimo, un desafío a las normas de comportamiento para aquellos que prefieren ser chamarras rojas a ‘gallinas’.
Snif snif… 🙁 La verdad esd que nunca tuve la oportunidad de ver esa peli…
Excelente análisis Dan.
No me suena haberla visto….
James Dean era genial, y su manera de actuar era muy natural, por algo es mi idolo. Y la pelicula es MUY BUENA, porque… ¿Quién nunca ha estado ocultamente enamorado de su mejor amigo?
Hace una semana navegaba por cinemagay (que no sabia que era un sub foro perteneciente a este) y me extrañaba no ver Rebelde sin causa.
Jamás he tenido la oportunidad de verla, aunque lo ansío, sin embargo he leído mucho de ella y merece sin lugar a dudas un espacio aquí.
Leyendas del cine no solo por su belleza, sino por la interpretación en la pantalla grande, James Dean y Natalie Wood, Sal Mineo el menos famoso, que pena que los tres hayan muerto relativamente jovenes y de manera trágica.
Se extrañaban este tipo de comentarios Dan, como siempre un buen análisis que me invita a ver de nuevo la peli, esta vez con más atención. Por cierto ya me he topado con varios papeles en clásicos que me parecen esconden personajes gays o lesbianas. psicosis, quien te teme a virginia wolf, la gata sobre el tejado, la calumnia, de repente el verano… ahora no se me ocurre otra.
la verdad es que Tennessee Williams era un experto en retratar personajes sexualmente atormentados en obras como ‘Un tranvía llamado deseo’, ‘la noche de la iguana’ (sobre la represión sexual) o las que mencionas: ‘La gata sobre el tejado de zinc’ y ‘De repente el último verano’ bastante inquietante esta última…
Sobre Tennessee Williams hace tiempo que quiero escribir un articulazo y nunca acabo de encontrar el momento para hacerlo como merece. Su vida fue fascinante, su obra apabullante, y su muerte, tan extraña como cabría esperar.
Po, de las que citas traeré al menos dos a Gay Cinema y traeré más aún. En efecto el cine clásico está lleno de cine gay, sólo que entonces debían disfrazarlo de cientos de maneras para poder superar miles de barreras. Hablaremos de ellas 🙂
me ha encantado el post, Dan:)))…»rebelde sin causa» y en general el cine de Dean siempre me ha gustado mucho:))
Que manía de amariconar a todo el mundo. Sal Mineo era gay, pero de James Dean hay versiones para todos los gustos y no tenemos porque quedarnos con la que nos interesa por conveniencia. Punto.