Gracias a Peter Jackson, millones de frikis a lo largo y ancho del mundo entero somos hoy un poco más felices. Mi amiga Arantxa decía, al salir del cine de ver ‘El retorno del Rey’, que las Navidades sin un estreno de ‘El Señor de los Anillos’ iban a ser menos Navidades a partir de entonces. Pues bien, si el mundo no se acaba antes, el 2012 volverá a tener Navidades en condiciones.
Vuelve Gandalf el Gris a la gran pantalla. Esta vez con acompaña a Bilbo Bolsón en el inicio de la historia de una ida y una vuelta. Suelen decir que, muchas veces, los homosexuales vemos homosexualidad donde no la hay. Ese podría ser el caso de ‘El Hobbit’. Sin meternos en temas de razas, tamaños ni árboles genealógicos de Gimli si se hace una sinopsis simple del libro, queda muy marica.
Un señor mayor lleva a un jovencito con ganas de aventura por las facetas más oscuras de la vida. Le presenta personas que jamás hubiera soñado conocer si no hubiera salido de su casa, bajo Bolsón-Cerrado. Le lleva por caminos duros y difíciles. Rodeado de hombres fuertes, barrigudos y barbudos. Hasta que al final de un viaje repleto de joyas y tesoros, el jovencito acaba con un anillo que le cambia la vida.
¿Soy yo o esta es la historia clásica de un provinciano que descubre las maravillas de los cockrings en los cuartos oscuros de los bares de osos? Bilbo Bolsón inicia un viaje acompañado de barbudos y vuelve a Hobbiton. Allí lleva una vida de riquezas y eterna soltería. Se convierte, para sus vecinos, en un excéntrico. Y de vez en cuando hace alguna escapada con extrañas compañías. Vaya, lo que viene siendo un marica que escapa a Chueca o Sitges con algún amigo de vida indecente.
No entraré ya en lo tremendamente homosexual que resulta el viaje de su único sobrino Frodo. Otro solterón que sigue los excéntricos pasos de su tío huyendo de la monotonía de Hobbiton rodeado de más jóvenes solterones, rubios lánguidos, gordos barbudos, un bigotudo y un barbas hetero. Muy topicazo, bien planteado por Jackson, es el triángulo amoroso gay que se forma entre un Samsagaz ciegamente enamorado de su amo (busca esclavo), un Gollum que sólo busca recuperar el objeto que más placer le ha provocado en su larga existencia y Frodo un pánfilo que duda entre la estabilidad y tranquilidad que le ofrece uno y el lado oscuro del otro.
Pues nada frikis y lectores de homosexualidad no escrita, ya nos queda menos para el estreno de esta historia y descubrir si Peter Jackson le dará el aire gay que la historia podría llegar a tener o no.
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No comparto tu… imaginativa interpretación de ESDLA.
Yo nunca he visto nada gay en esta saga (salvo Ian McKellen, claro).
Jajajajaja muy bueno el artículo. Yo tampoco le veo otros sentidos ocultos ni a los libros ni a las películas, pero es verdad que el viaje de Frodo y Sam tiene momentos muy muy gays. Aunque no creo que los espectadores de las películas se den cuenta para nada.
Muy pronto en vuestros sexshop favoritos El Señor de los Cockring jajajaj
Muy buena tu vision particular de la saga, a mas de uno nos gustaria se Frodo xDD
¿Hoy te has tomado la medicación? 😉
Es verdad que los gays ven homosexualidad en donde (teóricamente) «no la hay»; pero es que son los que más agudo tienen el «radar» para detectarlo. A ver quién se ha equivocado con su «gaydar»? A cuántos presuntos heteros te llevaste a la cama gracias a esa intuición? No es que lo veamos allí donde no hay, sino que desenmascaramos allí donde lo ocultan.
Me gusta como metáfora, pero por favor, que se quede ahí
estas enfermo!
Vale,es tu opinión y muy válida, Peter Jackson, comento que filmo la épica, desde el punto de vista de Sam Gamyi enamorado de su señor Frodo; respecto a la soltería de Bilbo y su sobrino creo esta mas allá de la homosexualidad sino de dos seres de gran tamaño espiritual, unos elegidos diría yo si me entienden.