Sir Ian McKellen ha arremetido en contra de los productores cinematográficos de Hollywood por ‘propiciar’ que los actores homosexuales se mantengan en el armario.
McKellen ha dicho: “Con esa actitud liberal tienes a toda una industria diciéndole a la lugareños ‘cuando vienes a trabajar no eres gay’. Entonces, ¿la gente que piensa así puede hacer buenas películas? Y si en el corazón de Hollywood existe esta mentira ¿Cuántas mentiras más hay allí?”.
El actor tiene razón pero es posible que las cosas estén cambiando, aunque sea muy lentamente. Cada vez hay más actores y actrices fuera del armario y lo que está clarísimo es que ser un director gay ya no es ningún problema.
Vía | irish examiner
¿Lo importantes es lo que la gente piense del cine, o lo que la gente piense del actor?
Pienso que lo del armario es algo muy personal, que solo debe decidir el afectado.
Los directores no deberian influir, no por lo que pueda pensar la gente sino porque es un tema muy personal, esto hace pensar que los actores o los famosos no son dueños de su propia vida. Me parece muy triste.
Bueno, este es un asunto eterno y con el Sr McKellen estoy parcialmente de acuerdo y parcialmente no.
Que Hollywood ha estado siempre lleno de gente que o le pegaba a todo o le pegaba a lo que decia que no, es tan cierto como la hipocresia de la industria del cine. Pero precisamente porque la industria es una industria y se rige por una serie de criterios industriales, es por lo que le resulta inconveniente que ciertos actores y actrices salgan del armario a sacudirse libremente las polillas.
Y es que, a ver, si Rock Hudson o Cary Grant o Burt Lancaster, por poner ejemplos de algunos de los que se supo luego de morir que comian de todo (en el caso de Hudson, mas de una cosa que de otra), hubiesen cantado sus alegrias «mundanas» a los cuatro vientos, habrian dejado de resultar «rentables» para la industria del cine, al menos como los galanazos estupendos que fueron, porque habrian dejado de ser un «ejemplo/espejo» para el espectador masculino, y un «motivo de alegria» para las senoras que iban a los cines a suspirar por ellos. Por tanto, no interesaba a la industria, ni a los propios actores! que hubiesen perdido su estatus de millonarias estrellas en caso de que se hubiese descubierto el pastel.
Eso sucedia entonces y sucede ahora. Se dice, se habla, se rumorea, que estrellas de extraordinario calado, como John Travolta, Leo DiCaprio o George Clooney, por citar tres entre tres mil, cosen pa casa y pa la calle. Si saliesen del armario, se quedarian a la sombra de los mismos, o no?
En el caso de los directores, la diferencia es claramente diafana, o sea que esa comparacion no vale un pimiento. A Hollywood le suda el churro que Gus Van Sant, Bryan Singer, Joel Schumacher o tantos otros vayando soltando aceite a viva voz, pero una cosa es una cosa y otra es otra.
Pues eso.
Fijaos en Rupert Everett, ahora se le ve mucho menos, y únicamente hace papeles de homosexual o bien de «asexual», es decir, un personaje que no va a tener ningún affair durante la película…
Dan, tienes razón en cuanto a los galanes de antes, pero ahora, por lo menos por mi parte, por muy gay que sea, si me gusta sigo suspierando por él, porque al fin y al cabo, no porque sea hetero tengo más posibilidades de ligarmelo.
Además que yo ya tengo mi principe azul en casa. 😉