Os hemos estado poniendo al día del paso a paso en la producción de ‘J. Edgar’, el nuevo Clint Eastwood con guión de Dustin Lance Black y con Leonardo DiCaprio interpretando al ex jefazo del FBI John Edgar Hoover. Sin embargo, hay otro proyecto que no habíamos mencionado y que para según quienes, tiene tanta importancia como el primero. Desde luego, el material sobre el que se basa, va sobrada de ella.
De ambas películas, en primera fase de producción la primera y post-producción la segunda, ya han salido las primeras imágenes en la red. No son muchas ni quizás significativas, pero ilustrar con ellas esta entrada servirá para hablar un poco más de la segunda de ellas, que se basa en ‘On the Road’, novela cuyo título el film respeta en su adaptación y que junto a ‘Howl’ de Allen Ginsberg y ‘El almuerzo desnudo’ de William S. Burroughs, está considerada como la obra más significativa de la Generación Beat.
Se conoce como Generación Beat a un grupo de escritores norteamericanos que generaron un movimiento literario tras la Segunda Guerra Mundial, especialmente en los años 50 del siglo pasado, que nació en Nueva York para trasladarse e instalarse en San Francisco y que definieron experimentando con drogas, formas alternativas de vivir la sexualidad, el inconformismo y la espontaneidad creativa. Algunos de sus componentes fueron adoptadps más tarde por la contracultura hippie.
La generación contó con varios escritores, siendo sus cabezas más reconocibles Allen Ginsberg, William S. Burroughs y Jack Kerouac. Los dos primeros fueron abiertamente gay, aunque Burroughs se casó, matando accidentalmente a su esposa, sin embargo, cuando estaba bajo los efectos del alcohol y las drogas. Kerouac, si no fue tan explícito acerca de su sexualidad como los dos anteriores, fue sin embargo bisexual, y esto queda reflejado en ‘On the Road’, de la que es autor.
Situando como protagonistas o personajes en relativo segundo plano a miembros destacados del Movimiento bautizados con nombres distintos, ‘On the Road’ está basada en tres espontáneos viajes en carretera que Kerouac y sus amigos hicieron entre 1947 y 1950, recorriendo todo el país de Costa a Costa y llegando hasta muy entrado México. Teniendo como protagonistas principales a Dean Moriarty (o Neal Cassidy, otro de los poetas de la generación que antes de los viajes que inspiraron la novela, mantuvo una relación sexual con Allen Ginsberg) y Sal Paradise (el mismo Kerouac), como narrador.
Hacía años que se hablaba de llevar el libro al cine, aunque tiraba para atrás el que para muchos fuese una adaptación imposible. Hace unos pocos años, sin embargo, Francis Ford Coppola se hizo con los derechos y ahora es uno de los productores ejecutivos del film que finalmente ha acabado dirigiendo Walter Salles, realizador brasileño que saltó a la fama internacional con películas como ‘Estación Central de Brasil’ o ‘Diarios de una motocicleta’. Con la vampírica Kristen Stewart, Garrett Hedlund y Sam Riley encabezando un reparto en el que aparecen veteranos de la talla de Viggo Mortensen, Terrence Howard o Steve Buscemi, quizás la adaptación no haga justicia al original literario, pero de aquí tiene que salir algo necesariamente interesante.
Del film de Eastwood os hemos ido poniendo al tanto. Con DiCaprio dando vida a Hoover como mascarón de proa, Armie Hammer como su amigo y amante Clyde Tolson, Naomi Watts, Josh Lucas, Ed Westwick y Judi Dench, llegará algo mas tarde a las pantallas, pero a DiCaprio ya le han sacado un par de fotos caracterizado como J.E. Mismo corte de pelo, cara más besable. Estad atentos a la pantalla.
Lo que más me agrada es que estas películas no van de «retratar la vida gay», sino de mostrar la vida de seres humanos que, fundamentalmente, sienten atraccción por personas de su mismo sexo; lo cual les implica tropiezos, búsquedas, desencuentros y demás cosas. No son películas celebratorias en las que se muestran vidas gays de fiesta en fiesta, más bien creo que intentan mostrar la complejidad de las vidas representadas.
Me ha encantado tu comentario, más que nada porque estoy al cien por cien de acuerdo contigo 🙂
Totalmente de acuerdo contigo. He leído muchos textos de esta generación de autores (término que ellos mismos despreciaban) y no he visto en ninguno de ellos un trato preferente a la homosexualidad como tema, ni siquiera en «Queer» de Burroughs, las experiencias homosexuales de los autores son poco más que circunstanciales en relación con la obra, de modo que lo importante en Howl es el amor que siente Gingberg, independientemente de a quién vaya dirigido. Unos escritores que siguen siendo vanguardistas en esto, y si no a las pruebas me remito, Jaime Bayly, Matthew Rettenmund, Abel Arana… la lista de autores que hacen de la homosexualidad un género es inmensa. Pero bueno, así está el hecho el mercado, supongo.
Coincido al 100% contigo