Hace años, cuando La 2 se llamaba Segunda Cadena, me apunté a ver un ciclo dedicado a Paul Morrisey. El motivo era simple. Aunque no tenía ni zorra de qué iban las película de ese señor, la producción de las mismas corría a cargo deAndy Warhol, y en mi época de estudiante de Arte, Warhol y su Factory eran el Sombrerero Loco y el otro lado del espejo para mí. Devoraba todo lo que oliese a Warhol, a Gerard Malanga, a Jean Michel Basquiat…
El ciclo se componía de cinco títulos: ‘Flesh’, ‘Trash’, ‘Heat’, ‘Sangre para Drácula’ y ‘Carne para Frankenstein’ Las dos últimas, desopilantes variaciones de cine de terror, divertidamente excesivas, cuya única razón de peso para ser visionadas era el de la aparición en las mismas del protagonista de las tres primeras. Auténticos experimentos visuales, retratos de una marginalidad nada fingida, de una lustrosa sordidez, que supusieron la presentación del que según John Waters, es ‘Un actor maravilloso que cambió para siempre la sexualidad masculina en la pantalla‘, y según su descubridor Andy Warhol, ‘la mayor presencia erótica masculina del cine, junto a Marlon Brando.’
Nacido el 31 de Diciembre de 1948, Joseph Angelo D’Allesandro III, o Joe Dallesandro, o JoeBoy o Little Joe, será para siempre bienvenido por habernos regalado desde las pantallas de cine clubs y sesiones golfas, las presencia más poderosamente erótica que se recuerde. Además, así como Brando jamás hizo pública su bisexualidad, aunque en privado no se privaba en exponerla, Dallesandro, honesto como pocos, se ha definido de siempre, bisexual. Es por ello que me honra presentároslo en AmbienteG, como uno de los nuestros.
Joe Dallesandro entró en contacto con la Factoría Warhol de un modo totalmente casual. Warhol y Morrisey filmaban en un edificio al que Dallesandro entraba en busca de su camello. Un amigo dijo: ‘Salúdalo‘, y él replicó ‘¿Quién demonios es Andy Warhol?‘ Tras una breve conversación con Morrisey, este le propuso intervenir en una secuencia de la película, la primera de una luego colaboración para la historia, en ‘The Loves of Ondine.’ Dallesandro tenía 17 años.
Sin embargo, esta no fue la primera aparición en pantalla de Little Joe. Con 14 años había hecho su debut en el cine porno gay, y entre las formas de ganarse la vida que más le reportaron beneficio estuvo la de chapero por las calles de Nueva York. Nacido en Florida de un padre maltratador y una madre menor de edad, Dallesandro aprendió a desarrollar pronto un imprescindible instinto de supervivencia que le ha acompañado el resto de su vida. Sobre aquellas experiencias Dallesandro ha dicho: ‘Mis días como chapero fueron más acerca de intentar cuidar de mí mismo. Conocer a aquella gente, como que me calmó. Me enseñaron una parte diferente de la vida. (…) Descubrí más tarde que estaba buscando una figura paterna y alguien que me amase.‘
‘Flesh‘, donde Dallesandro interpreta un rol de sobra conocido por él, el de chico de compañía, obtuvo un importantísimo éxito de crítica. La revista ‘Rolling Stone‘ la nombró mejor película del año 1970, y el mismísimo George Cukor estuvo haciendo campaña para que la Academia de Hollywood la incluyese entre las nominadas de aquel año en algunas de las categorías importantes a los Oscar, sin lograrlo. Al éxito de crítica del film, le seguirían otros dos, ‘Trash‘ y ‘Heat‘, donde el actor interpretó a un gigoló que enamoraba a una vieja gloria de segunda categoría en Hollywood, reflejo puramente indie de ‘El Crepúsculo de los Dioses.’
En aquella época, Joe pudo haber tocado el cielo con las manos si hubiese funcionado la idea de Francis Ford Coppola de darle el papel de Michael Corleone en ‘El Padrino.’ Sin embargo, un comentario de Paul Morrisey acerca de que el actor era incapaz de aprenderse un guión, impidieron que entrase por la puerta grande en la historia del cine y pasase de ser uno de los nuestros a uno de los grandes. Quizás ese fue el motivo por el que Dallesandro, tras rodar las películas sobre Drácula y Frankenstein, decidió instalarse en Europa.
En el viejo continente trabajaría entre otros con Louis Malle o Serge Gainsbourg, en una de las películas clave del cine erótico ‘Te amo… pero yo no‘ (Je t’aime moi non plus), en cuya banda sonora se incluyó la canción de mismo título interpretada por su bellísima coprotagonista, Jane Birkin, y el director. Uno de los temas musicales más sexualmente explícitos de la historia.
No obstante, la errática trayectoria de JoeBoy, tanto en su vida personal como artística, hizo que el actor combinase estas producciones con perfectamente olvidables producciones Z italianas, hasta su retorno definitivo a Estados Unidos, a mediados de los ochenta.
A su regreso, dos cosas volvieron a ponerlo en boca de muchos. Por un lado, un rumor pasó a ser noticia. Su presunta muerte a consecuencia de complicaciones derivadas del VIH tuvo eco incluso en revistas especializadas de cine, incluyendo la española Fotogramas. Un airado Dallesandro recordó que no sólo estaba vivo sino que no era en absoluto seropositivo. Por otro lado, Francis Ford Coppola contó con él, esta vez sin dudarlo, en un breve pero importantísimo papel, en el clásico ‘Cotton Club‘, donde el actor prestó gestos a Charles Lucky Luciano.
Sin embargo, una vez más, malas decisiones o pésimos agentes, no permitieron que su trayectoria en Hollywood fuese mejor que su recorrido europeo. Salvo trabajos a las órdenes de directores como Blake Edwards en ‘Asesinato en Beverly Hills‘, John Waters en ‘Cry Baby‘ o Steven Soderbergh en ‘El halcón inglés‘, su labor profesional pasó por ganarse la vida en series de televisión, películas de olvidable título o como chófer de limusinas en Beverly Hills cuando el trabajo antes las cámaras no se dió.
No obstante las historias de supervivientes están llenas de picos altos y bajos. El inspirador de ‘Walk on The Wild Side‘ de Lou Reed, el paquete que protagonizó la cubierta del disco de los Rolling Stones ‘Sticky Fingers’, el modelo bajo los focos de Richard Avedon, o el protagonista otoñal de campañas de Calvin Klein, el homenajeado en el Festival de Cannes de 2002 y con el Premio Teddy del Festival de Cine de Berlín de este año, es hoy, en todo caso, un hombre feliz, y un referente imprescindible de la cultura pop, además de icono insustituible en el imaginario gay de las últimas cuatro décadas. Sus fans, son literalmente, legión.
A sus espléndidos 60 años, Joe Dallesandro vive hoy en Hollywood junto a su tercera esposa, la dulce Kim, junto a quien regenta un hotel, presume de haber pagado todas sus deudas, se sigue llamando actor y se define como ‘Un hombre enfocado, orgulloso padre de sus dos hijos y feliz abuelo.’
Mientras esperamos con ansiedad aplaudirle en Berlín, y sobre todo ver el documental ‘Little Joe‘ que se estrenará durante su homenaje en el mismo festival, valga este post como humilde reconocimiento, y este clip para recreo de nuestros ojos, deleitándonos con el semental sereno que caminó sobre el lado salvaje de la pantalla.
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