Jamás mientras viva olvidaré la noche antes de que te fueras de viaje, Dan. De postre, me sentaste en tus rodillas, en la terraza, de cara a una Bahía perfecta. Como tantas veces que supimos que hablar sin más no tenía mayor sentido, nos maravillamos en silencio del equilibrio entre la Ciudad, Angel Island a nuestra izquierda, y el Golden Gate, de luces intermitentes, a la derecha. ‘Pídeme lo que más quieras ahora mismo‘, me dijiste. ‘Quiero oirte cantar’, contesté, y acercando tus labios a mi oído me susurraste entera ‘Always on My Mind‘ mientras acariciabas con ternura mi tripa.
Al siguiente día, me esperabas al lado de la cabecera de la cama, impecable de camiseta blanca y chaqueta gris de pana. Al abrir los ojos, me acurrucaste con un beso sosteniéndome la cara. Sin vestirme aún, tú ibas escaso de tiempo, nos despedimos en la puerta, con un abrazo de aquellos que éramos incapaces de acabar, y corriendo al taxi escuché por última vez tu preciosa voz diciendo: ‘Estaré contigo cada día‘. Te seguí dentro del coche con la mirada. De ningun modo pude haber imaginado entonces, vida mía, que no volvería a vivir esos besos ni escuchar esa voz ni morir de ternura con esa preciosa cara nunca más.
Cuatro días más tarde, Dan, dos horas con retraso de tu habitual horario de llamada, sonó una voz que no era la tuya. Garrett, con la voz ahogada me pidió primero que me sentase, ‘Dan – me dijo – ha muerto esta mañana en accidente de avioneta’.
Estar sentado no me sirvió de nada. Literalmente perdí la consciencia. Me despertaron los gritos de nuestro amigo al otro lado del teléfono. La rabia pasó a ser desespero y de ahí a shock en apenas un momento. Golpeé la mesa tres, cuatro veces, con todas mis fuerzas y rompí a llorar, envenenado de angustia y cruel desamparo.
Los dos días siguientes necesité abrazarme a cada cosa que hubieses tocado, necesitaba sentir tu perfume, Dan, ese de piel limpia de príncipe enamorado, en cada prenda de ropa, en tu almohada, en la útima toalla que usaste, tu albornoz, nuestras sábanas. Al tercer día le exigí a Dios que te devolviera sólo por un momento. Quería verte de nuevo y abrazarte por última vez y despedirme como no nos había permitido hacer, y darnos paz a los dos, porque sé que la idea de morir te angustiaba porque no sabías que pasaría al momento siguiente de irte. Le rogué a Dios que si tenía una pizca de la compasión de la que presumía, que te dejase ver y poder calmarte por un sólo minuto, y tú a mí. Pasé un día entero en que la locura eclipsó totalmente la razón, pidiéndole a gritos que te trajese de vuelta. Me quedé seco de voz y lágrimas.
Dos días más tarde, tomé una decisión que me pareció entonces más que meditada. Me quitaría la vida para darte la mano de nuevo. Tú no te ibas solo, bebé. En el mismo instante, sin embargo, en que estaba a punto de suicidarme, juro que escuché una voz que me habló tan diáfanamente que me heló la sangre y paró mis manos en seco: ‘Amor mío, no lo hagas‘.
En esta semana en que se cumplen cinco años de tu despedida, Dan, tras este largo recorrido que ha ido de un destino hecho añicos sin pedir permiso a haber reconstruido mi vida, por momentos a duras penas, pero cada vez más encontrando aquello que bautizaste como ‘mi lugar en el mundo‘ con tus increíbles ojos azules colmados de sabiduría y tu corazón cargado de metralla. Cuando algunos pocos amores han ido y venido y alguno hay pendiente de ver si pasa del capricho de vernos en cada escala de viaje de negocios, y otras decenas de amantes han cumplido con mayor o menor fortuna su función de darle calor a estos brazos ansiosos de dar cariño, en estos días, amor mío, sigo pensando en tí porque cada frase tuya era una certeza, y cada promesa un compromiso. Y comprometido quedaste cuando antes de entrar a aquel taxi me dijiste ‘Estaré contigo cada día‘.
Y a decir verdad, así lo he sentido desde que te obligaron a pasar página de esta vida a otra. No ha habido día en que no te hayas hecho presente, como oyente de mis ruegos, como consuelo de mis tropiezos, como más firme apoyo en mis decisiones y como primer piropeador de mis éxitos. Tú has hecho que esta máquina loca necesitada de vivir con intensidad día a día, se aislase de males mayores con la protección de tus manos y que a veces, casi milagrosamente, mis mayores meteduras de pata se saldasen para mí de la mejor manera, gracias a tu protección.
Salvaste mi vida cuando nos conocimos. Fuiste el primero en decirme algo que tardé en escuchar de nuevo casi cinco años más tarde: ‘No hay nada más sexy que serte fiel‘, y me demostraste y me sigues demostrando, mi adorado amigo, amante, ángel de la guarda, esposo, que el Amor, cuando es verdadero no conoce de fronteras de ningún tipo, ni siquiera las aparentemente grandísimas que separan esta vida de cualquier otra, cuando dos amantes se encontraron aquí y sólo la muerte de uno de ellos cerró un capítulo, pero jamás el libro de tan dichoso romance.
Algunos dicen que estoy loco, pero otros pocos, apenas dos o tres, se emocionan conmigo y con nuestra historia, asegurándome que lo nuestro no es locura de amor, sino amor brujo, que tiene más duende y más gracia. A este paso, voy a acabar creyéndolo el resto de mi vida.
qué desgarrador….
me encanta =)
mmm… no sé qué decir.. =,|
Los ángeles de la guarda existen, Dan. Él es ahora el tuyo. Un abrazo enoooorrrrrrrmmmme.
Siguen sabiendo transmitir tantas cosas cuando escribes, tio, que es muy dificil leerte sin llorar.
¿Y para cuando un libro?
¡Porque ya me está tardando!
Me encantas
Ya te imaginas todo lo que te puedo decir 😉
Un besito y un abrazo.
Wow…si que puede ser dura la vida y que manera tan buena de saber expresarlo Dan.
Yo tengo una coleccion de literatura gay y tengo que decir que éste relato, no tiene nada que envidiar a los ya pueblicados.¿Porque no lo envias a una editorial hay?
Suerte!
Es lo mas bonito que he leido en mucho tiempo.
Estoy llorando a lagrima viva. Ole, ole y OLE!
Sin palabras me dejas. Sólo puedo decirte que soy uno de esos dos o tres que se emocionan contigo y con tu historia. Un fuerte abrazo.
es precioso
me acabas de dejar sin palabras.
Debe ser muy duro pero trata de ver el lado «positivo», no lo conocí, obviamente, pero intuyo que fue feliz como nadie, tuvo una vida que muchos quisieran y el privilegio de conocer al hombre de su vida. Piensa al menos lo afortunado que fue. En fin que siempre se van los mejores… un abrazote
Dios. Ahora entiendo porqué escribes como escribes. Ánimo y enhorabuena por, al menos, haber encontrado a alguien así. Poca gente lo consigue.
No cierres el libro, pero recuerda pasar página para seguir avanzando en tu historia 😉
Cielos! Es muy difícil que algo escrito (soy mas audiovisual) me haga sentir esto pero es que hasta se me salió la lagrimita, un abrazo 😉
@ elenworld. Gracias guapa, como desgarrador ha sido escribirlo. Te lo aseguro.
@ hnryviii. Tu comentario va sobrado 😉
@ Fran. Ya lo creo que existen. Y diría que llevo más de uno a mis espaldas. Con las locuras que ha hecho uno… Decía una amiga que estos ángeles, o ‘seres de luz’ van en mayor o menor número contigo dependiendo de lo interesante o no que vayas manejando tu vida. Me pregunto a veces cuánta ‘gente’ llora y ríe a mi lado a cada momento.
@ Lenstyle. Ojalá pudiera tener tiempo para dedicarme sólo a contar historias! Es mi gran sueño. Espero poder escribir al menos un libro completo, y espero no esperar a la jubilación para ello! Gracias, nene.
@ Sonia. Lo que me puedas decir y lo que me has dicho. Eres preciosa por fuera y por dentro y te quiero muchísimo, pero creo que no te estoy diciendo nada nuevo.
@ Salva Blue. La vida es durísima a veces pero no tanto como para no poder soportarlo. Somos tan fuertes que es difícil hacerse una idea.
@ chisholm83. Dime dónde la envío y te juro que la mando! Muá
@ aitortwo. Gracias Aitor. Espero que al menos haya servido para eso.
@ sauron34. No puedes imaginar lo que he llorado yo al escribirlo y antes de hacerlo, aunque créeme, una vez escrito me sentí mucho más a gusto. Puedo pensar en él y recordarlo y adoro sentirlo en los momentos más bajos y en los mejores, pero créeme si te digo que sigo sin poder ver una foto suya, y cuando hablo o escribo sobre él, necesito cambiar inmediatamente a cualquier otra cosa. No hubo un amor más grande ni una ausencia física más dolorosa.
@ Nacho. Bienvenido a ese estrecho círculo, Nachito. Un abrazo fortísimo para tí. Eres un puto ejemplo, nene.
@ Poli. Duro pero precioso. Para mí y para todos los que han pasado por algo por el estilo. Conozco a varios amigos que quedaron viudos. A la mayoría de ellos, a su amor lo mató el SIDA. Yo no pude consolarme con la suerte de estar sobre aviso.
@ orion1988. Por muchos motivos, para mí, y no sólo para mí, Dan fue sencillamente perfecto en cualquier aspecto que quieras imaginar. El sueño se hizo añicos pero me siento privilegiado de haber sido yo el hombre al que más amó un ser tan excepcional como él. Bendito cada día el día en que nació, y cada día el día en que nos conocimos.
@ Bm. Hey gracias. Sigo avanzando y no sólo no cierro las puertas al amor, sino que han aparecido luego unos pocos con los que no tuve tan buena fortuna, y tengo la seguridad de que hay más de uno que podría volver a hacer mi vida sentimental, maravillosa. Gracias por los ánimos, chaval.
@ Bentley. Dame esa lágrima para besarla 😉 A menudo ‘vemos’ más imágenes en los textos que sobre una pantalla. Yo también, por mi profesión, soy bastante visual, pero adoro que me estimulen con palabras 🙂
Como me emociona leerte Dan. Le pones tanto sentimiento a lo que escribes que es difícil no sentir empatía contigo. Un beso.
Yo no se muy bien lo que es estar enamorado, pero me ha llegado tu relato y me ha gustado mucho, te deseo que seas feliz y que encuentres a alguien, un beso!
Es muy muy hermoso lo que has escrito, me dejó un nudo en la garganta, aunque al principio me confundí totalmente, porque para mi Dan eres tu.
Me sumo a los que opinan que deberías escribir un libro o el guión de una peli. Escribir es una forma de curarte…
Con mi pareja siempre habíamos bromeado con que si uno muere primero estará ahí a lado, siempre, ahuyentando a los pretendientes, o susurrandole al oido, obvio es una broma ridícula hasta cierto punto, pero nunca supe de alguien a quien le pasó en verdad…
un abrazo. Disculpa, pero con tu permiso tomaré prestada la frase «no hay nada más sexy que serte fiel»… simplemente me mata.
Dan, mi identificación en OpenID falló y si quería comentar debía registrarme; pero créeme que vale la pena hacerlo. A veces soy categórico, pedante y afilado con ciertos comentarios que hago en este blog pero este escrito merece muchísimo la pena, es sensible y me movió las fibras en el lugar donde se alojan los sentimientos; fui testigo momentáneo de un amor gigante donde se consumió el universo entero, para luego quedar lastimosamente, reducido a cenizas y ver cómo después renacías de ellas como el fénix. Te felicito por el escrito, por tu enseñanza y por ese amor que sigue latente.
Un abrazo.
Jo, Dan. Otro más sin palabras…. Un abrazo enorme!!
Hace dos dias, mi chico y yo firmamos para quedarnos un piso e irnos a vivir juntos. Tengo unas ganas terribles de dormir a su lado y de pasar la vida junto a él (ya llevamos 7 años juntos) y no puedo imaginarme que haria si me pasas lo que a ti, y creo que aunque me pasase dentro de 50 años, seguiria siendo durisimo. Me has ayudado a valorar mas los momentos que estoy junto a él, y cada vez que olvide valorarlos volveré a leer tu relato. Con este relato has dejado una huella permanente en mi corazón, y no te creas que es facil. Oalá pudiera decir que soy tan fuerte como tu, pero lo cierto es que no lo sé. Un saludo, y cuidate!
@ Mr. Sadness. Muchas gracias, tío. Necesito involucrarme en lo que escribo o no le veo ningún sentido a hacerlo aquí. Hay a quien eso le da una impresión equivocada sobre mí. Eso duele cuando te lo cuentan. Decirme que mis gestos te generan empatía o que la genero yo a través de ellos, es de lo mejor que puedes decirme. Muchísimas gracias.
@ Jorge González. Gracias Jorge. Enamorarse y ser correspondido es lo mejor que te puede pasar en esta vida. Espero que tú lo vivas también algún día 😉
@ po. En alguna ocasión dije, aunque fue hace mucho, que mi pseudónimo venía precisamente a cuento del mayor amor de mi vida. Sin su muerte, quizás nunca estaría escribiendo en AmbienteG de hecho. Quédate con esa frase para tí, nene. No hay nada más jodidamente sexy que eso, y estoy de acuerdo con Dan en ello. Quizás por eso, la infidelidad es para mí sinónimo de fin de relación?
@ csilko. Gracias tío. Este amor será imperecedero. Es lo mejor de esta historia. Fallarán otras historias, pero jamás me sentiré sólo. Esa sensación no tiene precio, aunque por momentos duela.
@ REM. Otro para tí! A este paso nos desgastamos el uno al otro, guapo 😉
@ Sauron34. Créeme si te digo que tu comentario me ha emocionado muchísimo. Ojalá con cada cosa que escribiese lograse un ‘milagro’ como este. Te juro que haces que valga la pena escribir aquí exclusivamente por este tipo de cosas. Me has sabido a gloria, guapo. Quiere mucho a tu chico.
Por cierto, Sauron. Yo me he hecho fuerte con el tiempo. Hace tan sólo siete años era un cobarde, créeme, con muchos sueños e ideas pero cobarde. Hoy no sabría decirte si hay algo que me dé miedo. La fuerza te la da la experiencia. Otro beso.
En realidad dan, yo creo que la fuerza reside en el interior de cada uno. Hace 4 años, 3 días antes de mi 21 cumpleaños, falleció mi padre. Fue el golpe mas grande de mi vida y creía que no lo superaría. Me pasé meses soñando que todo había sido una equivocación y que seguía, y cuando me despertaba me quería morir al saber que no había sido nada más que un sueño.
Cada vez me cuesta mas acordarme de su voz, de sus gestos, de su manera de ser. He seguido con mi vida y eso ha significado «dejarle atrás» y mirar hacia delante. Sin duda, fui mucho mas fuerte de lo que yo pensaba. Por eso, creeme cuando te digo que no sé si soportaría que me pasase como a ti, porque entiendo, hasta cierto punto, por lo que debes haber pasado. Y creemé, solo la voz de mi chico diciéndome que no lo hiciera como en tu caso, me apartaría las manos de la soga.
Un besazo muy grande y sigue dejando huella. Sabes que? Es extraño, pero siento como si te conociese de toda la vida. 🙂
Es de las peores cosas, ir olvidándose del sonido de su voz, de sus reacciones pero en realidad sólo levemente. No sabría imitar su voz pero recuerdo el tono cálido y pausado, y sus arranques de mala leche pero cómo se calmaba a los dos minutos a poco que lo intentase calmar. Me acuerdo de su mirada, su olor y momentos muy puntuales que me permiten rememorar muchos de sus gestos. Cuando recuerdo todas esas cosas más vivamente es cuando estoy en cualquier sitio y veo a alguien que se me parece muchísimo físicamente.
A ver si nos conocemos algún día, nene. Será un placer.
Igualmente tio, igualmente.