Imagino que muchos de vosotros recordareis el escándalo de hace unos años del sevillano pub Arny, relacionado con la prostitución homosexual de menores y que sacó del armario a varios famosos a los que, en un primer momento, se les vinculó con el escándalo.
Pues bien, su propietario, Carlos Saldaña, que fue condenado en 1998 a 33 años de cárcel por prostitución de menores, ha logrado el Tercer Grado Penitenciario con el apoyo de la Fiscalía y ha emprendido el proceso para quedar en libertad condicional. El Tercer Grado le permite disponer de 48 días de permiso al año, además de todas las salidas diarias que precise para trabajar, lo que, al parecer, ya está haciendo desde hace varios meses.
Personalmente, me parece vergonzoso. Creo que debería de cumplir hasta el último día de su condena. Habría que preguntar a aquellos niños obligados a prostituirse para ver qué opinan…
Vía | Diario de Sevilla
¿Por qué te parece vergonzoso? El tercer grado está ajustado a derecho, y así lo ha dicho la Fiscalía.
El caso Arny y su instrucción sí que fue una de las más vergonzosas y homófobas cazas de brujas que se han vivido aquí.
Si le condenaron a esa pena debería cumplirla, el hecho de aprovecharse de unos menores no tiene perdon.
Nadie lo ha perdonado. Se ha acogido al 3er grado porque la ley así lo permite, que es algo que puede hacer todo recluso.
Aunque el Tercer Grado es algo a lo que se puede acoger cualquier preso, creo que este tema es lo suficientemente grave como para que no se lo concedieran. Abusar de menores me parece un delito que no tiene justificación alguna y, por ello, debería de cumplir la condena completa, sin consideraciones.