Andy Warhol fue a la iconografía norteamericana del siglo XX, tan grande como Elvis Presley o Mickey Mouse. Pintor, editor, cineasta y figura más reconocida y más reconocible del movimiento Pop Art junto a su contemporáneo Roy Lichtenstein, Warhol fue, en sí mismo tan grande o quizás más grande aún que su obra. No había nadie en su época que no quisiera conocer a Warhol, y eras un donnadie si no habías conseguido aparecer aunque fuese de refilón, en una foto con él.
Personajes bohemios, estrellas de Hollywood, ídolos de la música, intelectuales de prestigio, aristócratas, políticos, formaban parte habitual de su troupe de modelos, amigos, seguidores, o directamente aduladores. De todo ello, estos sacaron provecho, pero quizás, sin saberlo ellos tanto, Warhol sacó mucho más.
Consideradas sus obras (una vez muerto), las más cotizadas de las casas de apuestas, Warhol, uno de los nuestros, ha sido sólo igualado en el alto precio de sus cuadros, por Willem De Kooning, Gustav Klimt, Jackson Pollock y Pablo Picasso.
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Warhola
Andy Warhol nació Andrew Warhola el 6 de Agosto de 1928 en Pittsburgh, Pennsylvania, de padres inmigrantes eslovacos. Cuarto de tres hermanos (el primero falleció antes de que sus padres emigrasen a Estados Unidos), de muy pequeño, Warhol sufrió de Corea (más popularmente conocido como Baile de San Vito), una poco común enfermedad neuronal que le provocaba movimientos involuntarios de brazos y piernas.
La enfermedad, arrastraría como consecuencia más aparente un debilitamiento permanente de su piel, que provocaría un exceso de celo del artista, trayendo consigo una palidez que con sus grandes gafas y su característica peluca blanca (Warhol se empezó a quedar calvo en los cincuenta y era prácticamente calvo del todo en los 60), hicieron extraordinariamente popular su eslavo rostro.
A raíz de aquella enfermedad, Warhol sería permanentemente hipocondríaco. Su pánico a los doctores y hospitales nunca cesó, pero sin embargo, el largo tiempo que Andy permaneció en el hospital, rodeado de fotos de estrellas de cine y escuchando constantemente la radio, marcó profundamente sus futuros intereses estéticos.
A por la sopa
El físicamente enfermizo Andy dejó claro muy pronto, que quería ser artista, entrando a estudiar diseño publicitario en la Escuela de Bellas Artes de Pittsburg, para trasladarse en 1949 a Nueva York.
Allí, Warhol logra desarrollar una exitosa carrera como ilustrador comenzando a marcar impronta, aplicando sobre fotografías, trazos gruesos de tinta. La ‘licencia’ creativa le costó al artista enganchar a los directivos de la compañía discográfica RCA, con quienes ya no dejaría de colaborar, diseñando las portadas de numerosos discos, hasta su fallecimiento.
En 1962, enseña a los californianos, en vivo, lo que es el Pop Art, con su primera exposición individual en Los Angeles, donde exhibe algunas de sus obras más conocidas como Marilyn Diptych, realizada poco después de la muerte de Marilyn Monroe, un icono que tendría posterior presencia constante en su carrera.
Durante la década de los 60, Warhol comienza su serie de pinturas de productos icónicos de consumo en Estados Unidos, como latas de Coca Cola, Brillo o su famosísima serie inspirada en las Sopas Campbell. Así mismo, inmortalizaría en sus lienzos a celebridades del cine y de la música, como Muhammad Ali, Elvis Presley o Elizabeth Taylor, así como a otro personaje imprescindible de la época, la viuda de América, Jackie Kennedy, que con el tiempo pasaría a ser una discreta presencia en su vida.
Con la elevación de estos iconos populares, luego de accesible consumo en los supermercados, la televisión, los magazines o las salas de cine, a las galerías de Arte, Warhol quiso hacer honrar un doble acercamiento. Por un lado, elevar lo pequeño a la veneración del mundo del arte haciéndolo grande, y por otro, haciendo a las figuras de los medios, más cercanas a la gente, explicando que pese a tratarse de Marilyns y Taylors, estas diosas, al igual que el ciudadano más común y con menor poder adqusiitivo, también bebían Coca Cola.
La forma de trabajar de Warhol, muy alejada del concepto tradicional del pintor que crea sólo, obligó a este a rodearse de colaboradores, circunstancia no exenta de polémica, pero que el artista entendía como esencial para así poder incrementar su productividad.
The Factory
Entre 1962 y 1968, Andy Warhol crearía ‘The factory’, su espacio de trabajo en el corazón de Manhattan. Aunque posteriormente se trasladaría a otras oficinas bajo el mismo nombre, sin embargo fue este espacio el más caracterísitico de todos.
De renta bajísima, ‘The Factory’, también conocida como ‘The Silver Factory’ por tener sus paredes recubiertas de pintura plateada o paneles de metal en el mismo tono, gracias a la idea de uno de los más estrechos colaboradores de Warhol, Billy Name, fue un espacio interdisciplinar. Oficina del artista, ideal refugio para consumidores de anfetaminas, taller de Andy y sus colaboradores, parada y fonda de drag queens, drogodependientes, librepensadores y músicos, la Factoría generó una mítica atmósfera absolutamente única.
Por su diáfano espacio se codeaban Lou Reed y Bob Dylan, Allen Ginsberg, Truman Capote, William Burroughs y Salvador Dalí.
Entre los imprescindibles, Gerard Malanga, Ondine, Ivy Nicholson, Ingrid Superstar, Anita Pallenberg, Nico, The Velvet Underground (Lou Reed, Sterling Morrison, Maureen Tucker, and John Cale), Johnny Conflict, Candy Darling, Jeremiah Newton, Jim Morrison, Jackie Curtis, Frank Holliday, Holly Woodlawn, Viva, Billy Name, Freddie Herko, Mario Montez, Brian Jones, Edie Sedgwick, Joe Dallesandro, Naomi Levine, Joe Dro, Paul Morrissey, Stephen Shore, Betsey Johnson, Taylor Mead, Mary Woronov, Ronnie Cutrone, Jane Forth, Lenny Dahl, Baby Jane Holzer, Ultra Violet, Brigid Polk, Paul America, Penny Arcade, Bobby Driscoll, Herbert Muschamp o el español Fernando Arrabal.
Espacio común para eventuales orgías en las que Warhol nunca intervino, también sirvió el espacio como plató para el rodaje de experimentos fílmicos imposibles con protagonistas a menudo extremos. El todo vale fue la inpiradora definición de la Silver Factory.
Disparen sobre el artista
Valerie Solanas era una misándrica, una feminista radical de dura infancia (fue violada repetidas veces por su padre antes de escaparse de casa a los quince años). Escritora, su obra más conocida es ‘Society for Cutting Up Men Manifesto’ (Manifiesto de la Organización para el Exterminio del Hombre).
Habiéndose trasladado a Greenwich Village en 1966, un año más tarde entra en contacto con Warhol con el fin de presentarle un guión escrito por ella titulado ‘Up your ass’. Cuando Andy lo leyó, se asustó pensando que era una trampa policial, ya que había tenido antes serios problemas con la censura, porque el contenido del guión era altamente pornográfico. Warhol escondió el guión, y después de numerosas llamadas de Solanas para que este fuera devuelto, finalmente este reconoció que había perdido el borrador. No obstante, intentó recompensar a la escritora con un cameo en uno de sus cortos, ‘I, The Man’.
Warhol, que consideraba a Solanas interesante y divertida, sin embargo comenzó a alejarse de ella a medida que el acoso de esta iba en aumento. El 3 de Junio de 1968, poco después de las cuatro de la tarde, al llegar a la Factory con su acompañante, Valerie le esperaba en la puerta, Warhol le invitó a entrar, y una vez dentro, sin mediar palabra y mientras el artista hablaba por teléfono, esta sacó una pistola de una bolsa de papel y disparó dos veces contra Andy. Una vez en el suelo, disparó sobre él de nuevo, haciendo luego lo mismo con uno de los ayudantes y abandonó las oficinas pensando que Warhol había muerto.
Este intento de asesinato que tuvo relativo escaso eco debido a que sólo dos días más tarde Robert Kennedy fue asesinado en Los Angeles, supuso para Andy el mayor trauma psicológico de su vida. Aunque sobrevivió, le quedaron ciertas secuelas físicas pero sobre todo enormes secuelas psicológicas. El ambiente de la Factory ya no volvió a ser tan distendido como fue en el pasado. Siempre tuvo pánico a ser agredido por Valerie otra vez (esta sólo estuvo tres años en prisión y sobrevivió a Warhol un año), y a partir de entonces, aunque no rechazó el contacto físico, su reacción era de frialdad y hasta pánico, cuando este se producía.
Decadencia y Opulencia
Warhol, que fue un auténtico visionario dijo que en el futuro todos tendriamos derecho a nuestros 15 minutos de fama. Hoy, gracias a internet, un simple blog o un vídeo casual en Youtube te pueden hacer famoso durante mucho más tiempo. En aquel entonces, cuando los ordenadores personales casi no alcanzaban la categoría de sueño, una de las mejores formas de alcanzar esa breve fama era estar junto a él.
Después del incidente con Solanas que casi le cuesta la vida, Andy aparca un poco su faceta creativa para convertirse más en empresario, productor cinematográfico (sobre todo de su protegido Paul Morrisey), publica ‘La filosofía de Andy Warhol’ (‘Hacer dinero es Arte, y trabajar es Arte y los buenos negocios son el Mejor Arte’), y crea la aún existente revista ‘Interview’, junto a Gerard Malanga.
Y Nueva York, con él dentro y alrededor suyo, será foco de atracción, desde sus más discretas oficinas o desde la imprescindible Studio 54. Durante los años 70, Warhol trabó amistad con Mick Jagger y Liza Minnelli, la Emperatriz Farah Diba, John Lennon, Diana Ross, Brigitte Bardot y Michael Jackson a quienes retrató, entre muchos otros. Su serie de Mao Zedong se desarrolló también en esta época, pero los setenta giraron más alrededor del bling bling y de la nadería en la que se acomodó el tímido eslavo, que se dedicó a observar con fascinación y apenas replicar a sus interlocutores, como la genial esponja humana que siempre fue.
Aunque adoraba la fama y Hollywood (’Amo Los Angeles, amo Hollywood. Todo es plástico pero amo el plástico. Quiero ser plástico‘) su espacio fue la Gran Manzana, cosa que no quitó que se dejase llevar con agrado zalamero por los requerimientos de la Industria del Cine y la Televisión, haciendo esporádicos cameos en soap operas, spots publicitarios y películas para la gran pantalla.
Sin embargo, lo que Warhol ganó en los 70 en popularidad hasta alcanzar de lleno lo puramente banal, lo perdió en prestigio como artista, afectándole incluso financieramente. Así, si en la siguiente década siguió codeándose con nuevos iconos del mundo del espectáculo, como Anthony Kiedis, Madonna, Sylvester Stallone o Arnold Schwarzenegger (a estos dos últimos los inmortalizó también en retratos), o el cantante y actor Miguel Bosé, único español retratado por el artista, y sus exposiciones, vacías según los críticos, y hechas, según el honesto Warhol, ‘para vender’, sin embargo, al mismo tiempo, estableció contacto con jóvenes artistas como David Salle, Julian Schnabel y sobre todo, Jean Michel Basquiat.
Jean Michel loves Andy
Jean Michel Basquiat nació el 22 de Diciembre de 1960 en Brooklyn, Nueva York, de madre portorriqueña y padre haitiano. Multilingüe (el pintor hablaba con fluidez inglés, español y francés), bisexual, grafitero, adicto a la poesía simbolista, la mitología, la historia y las drogas, Basquiat, que por qué no decirlo, fue amante de Madonna antes de que esta fuese Madonna, consiguió que Warhol quedase fascinado por él después de mucho insistir.
Al igual que Warhol, Basquiat encontró inspiración artística durante una convalecencia hospitalaria tras haber sido atropellado por un coche a los seis años. Su madre se había puesto como objetivo que conociera a los maestros de la pintura, llevándolo a museos de Brooklyn y Manhattan donde el pequeño se familiarizó con las obras de Pablo Picasso, Jasper Johns y Jean Dubuffet. Un día, después de afeitarse la cabeza y escaparse de casa, le dijo a su padre: ‘Papá, un día, voy a ser muy muy famoso‘.
Jugando con su seductora personalidad y una pintura voluptuosa revestida de ingenuidad y marasmo, Basquiat se hizo rápidamente popular entre galeristas.
En 1982, Warhol lo toma como protegido y le ayuda a balancear su vida, seducido sin duda por el extraordinario carisma del guapo y temperamental joven artista. Su talento joven y en bruto fue la bocanada de aire fresco que Warhol necesitaba, y durante los siguientes cinco años de tiras y aflojas en que ambos se beneficiaron del talento para el arte y los negocios del otro, se estableció una relación cuyos límites físicos, si los hubo, son públicamente desconocidos. Sin embargo, la muerte de Warhol sumió a Basquiat es un intenso proceso autodestructivo. Llegaba a consumir hasta dos mil dólares diarios en cocaína y heroína y se volvió paranoico, muriendo a los 28 años, menos de 12 meses después del fallecimiento de Andy.
Basquiat aparte, la vida sexual de Andy es, al parecer, un misterio para muchos, aunque sus modos ‘camp’ y la presencia constante del homoerotismo en muchas de sus fotografías y su cine no deberían dejar lugar a dudas. Las dudas que sin embargo si se podían extraer de las entrevistas que se le hacían cuando el entrevistador pretendía llegar demasiado lejos (’Um, No’, ‘Um, Yes’).
Sin embargo, Warhol convivió durante años con el diseñador de interiores Jed Johnson, quien estaba presente durante el incidente Valerie Solanas, y es sabido en círculos privados que durante años, y de forma intermitente, fue, aparte de amigo, amante de Truman Capote, hasta que, dicen, la química entre ambos empezó a morir el día en que ‘Truman me metió la polla en la boca y no sentí nada‘.
Adiós, Warhola
Andy Warhol retrasó durante bastante tiempo pruebas y análisis, porque detestaba la simple idea de estar rodeado de doctores, olor a anestesia y paredes verdes, pero el Viernes, 20 de Febrero de 1987 no le quedó más remedio que ingresar en el New York Hospital-Cornell Medical Center para una operación en la vesícula biliar. Operado al día siguiente, la operación obtuvo un resultado tan positivo como era de esperar en un tipo de intervención que no da mayores dificultades. El proceso postoperatorio fue igualmente bueno. Por eso nadie quiso creer que a las 6:30 de la mañana del domingo siguiente a ser operado, Andy moría mientras dormía, de un ataque al corazón. Tenía 58 años.
Su cuerpo fue entregado a su familia en Pittsburg y se ofició un funeral privado según el rito católico bizantino. En el ataúd, abierto, Warhol portaba una rosa en su mano, vestido de cachemira, peluca plateada y gafas de sol. Días más tarde se celebró un funeral multitudinario en la Catedral neoyorkina de Saint Patrick. Y a partir de entonces, su arte, que había sido más pequeño que él, se hizo mucho más grande.
Antiartista, maestro en el arte de venderse a sí mismo, tímido, vanidoso, especulativo, genial, deliberadamente inexpresivo y aparentemente imperturbable como un Buster Keaton de la pintura y la fotografía, Warhol fue el reflejo de una época y el aperitivo de otra, que supo hacer suya su imagen pero no la esencia de un maestro que, quizás nunca llegue a ser del todo comprendido.
Mi impresión es que Andy tenía una genialidad que rebasaba cualquier categoría sexual, sin embargo, también creo que justamente su situación como homosexual le permitió elaborar un trabajo más arriesgado y más radical que cualquiera que no hubiera sufrido la presión por ser homosexual.
pero es que Andy va mas alla que cualquier imposicion o pensamiento, toda una leyenda para cualquier persona sin importar su condicion.. la inteligencia y la habilidad supearn todo y cuando digo todo es todo..
kiss
♥
Andy Warhol es un héroe y un icono! Su arte es legendario.
Dan, no pensé crear controversia con el artículo de David Pocock. Noté que desapareció el artículo.
Perdone mi español. Vine recientemente a España de País de Gales y estoy practicando la lengua.
Dan muy buen articulo biografico!!
Nunca he sido fan de Warhol ya que soy de los que piensa que lo suyo no era tanto arte si no negocio.
Mucho más interesante Basquiat, sus obras tienen muchisima fuerza y son capaces de hacer sentir al que las ve el dolor que ha sufrido.
; )
Thanks for posting it!!!