Este es el argumento más repetido por los feligreses de los Ángeles que fueron preguntados después de que la C>onferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos aprobó las normas pastorales para católicos gays, que consideran pecado el acto físico homosexual pero no a las personas con esa orientación.
En las diferentes declaraciones de en su mayoría gente joven, se desprende que las personas preguntadas responden positivamente frente a la homosexualidad. Ellos responden como creen que debe responder alguien que respeta a los homosexuales, que acepta la homosexualidad de forma natural. Ellos responden como progresistas, políticamente correctos que se diría en la televisión, pero en la realidad responden como auténticos hipócritas. Intentan disimular que no les gusta la homosexualidad hablando de respeto, pero realmente no lo consiguen.
«Mientras no estén dando espectáculos y actúen como personas normales no hay problema, porque también a la iglesia vienen niños». En primer lugar señala que no deben dar espectáculos, presuponiendo que son propicios a darlos. ¿Y qué es un espectáculo? Darse la mano, besarse, mirarse con cariño, decirse que se quieren… Luego señala, que deben actuar como personas normales. Ósea, que de primeras no somos normales y debemos comportarnos como si lo fuéramos. Y para rematar, señala que a la iglesia van niños. Con lo cual, lo de ser normales y los espectáculos deben reforzarse. Es decir, que esta madre de cinco hijos, les trasmitirá que los homosexuales no son personas normales, que tienen a dar espectáculos no aptos para niños, y que se les puede dejar estar en la iglesia siempre que se comporten como seres normales.
«Yo tengo amigos gay y creo que la casa de Dios está abierta para todos, porque nadie es perfecto». Nuevamente, al idea de que un homosexual es alguien con defecto, con una tara. No somos normales.
«Y además, han pasado muchas cosas al interior de la Iglesia, entonces ellos no pueden señalar con el dedo». Se refiere a los casos de pederastia, con los que nos compara. Hay pederastas homosexuales y heterosexuales. Esa enfermedad aberrante no es equiparable n asociable a ninguna orientación sexual.
«Mi hija tiene amigos gay que van a la casa y eso no es problema para nosotros».»Pero considero que tiene alguna lógica que la Iglesia condene la relación física homosexual, porque Dios hizo a Adán y a Eva, no a Adán y a Adán». Sólo le falta decir que prefiere que vayan amigos gays porque así no hacen guarreridas españolas en la habitación.
En conclusión, queda mucho por hacer en el campo de la educación sexual y de convivencia, dirigida a la sociedad en general. ¿Llegará el día en el que la sociedad entienda (y no sólo diga, sino que lo piense) que ser homosexual es algo tan sencillo como ser heterosexual?. Entender la homosexualidad y «ver la luz» es algo muy sencillo una vez que se destierran de la mente prejuicios, dogmas y tópicos inculcados por las doctrinas religiosas e ideológicas.
Tal vez por ello el PP y la iglesia estén en contra de la asignatura de convivencia. Eso de que las personas sean libres de pensamiento, y lleguen a conclusiones propias, no interesa a muchos.