La guerra abierta en Italia entre el nuvo Gobierno de «centro-izquierda» (lo entrecomillo porque de izquierda no le queda apenas nada) y el Vaticano está teniendo consecuencias.
El nuevo proyecto de ley de parejas trata de regular las uniones de «personas que conviven manteniendo un vínculo afectivo» y, según ha adelantado la MInistra para la Familia, Rosy Bindi, el reconocimiento de «derechos y deberes para personas que conviven de manera estable» no supone «una equiparación con la familia», ni crea «matrimonios de serie B, ni un pequeño Pacs» (Pacto Civil de Solidaridad, la ley de parejas francesa).
El proyecto no habla para nada de menores ni de Seguridad Social (remite a una modificación legal posterior, que no ha asegurado que se produzca), y su principal objetivo es proteger a la parte más débil de la pareja. Para que sean de aplicación algunos derechos (como la asistencia sanitaria o la subrogación en los contratos de alquiler) requiere una convivencia previa de tres años, aunque para otros derechos (como la compañía durante la hospitalización y las visitas en la cárcel) serán inmediatos pero para otros (como los derechos de sucesión) deberán transcurrir ¡¡¡nueve años!!!
El Ministro de Justicia, Clemente Mastella (democristiano), ni siquiera participó en el Consejo de Ministros como protesta, ya que no quiere que se regule sobre esta cuestión.
En mi opinión, a estas alturas, un proyecto de ley semejante, con unos contenidos tan limitados y que no considera a estas parejas como famillia, me parece que no es avanzar sino lo contrario porque da carta de naturaleza a la discriminación. Una pena, pero no se han dado cuenta de que estamos ya en el siglo XXI.
Vía | Terra
Parece que se esta pidiendo limosna. ¿Nadie les ha explicado que de lo que se trata es de no discriminar? ¿de que todos somos iguales y con los mismos derechos?