A veces el toque gay del anuncio es casual, otras, las más, premeditado. Y es que al tiempo que el colectivo gay gana en visibilidad, los publicistas han encontrado una veta de posibilidades creativas que parece inagotable.
El sexo vende, y el de los gays no iba a ser menos. Y en esos mundos de Dios hay un montón de Brian Kenneys dispuesto a dar la vuelta a la tortilla y convertir una relajada tarde en la piscina, en una potencial orgía lésbica aderezada con litros de cerveza.
La función fálica cobra una desmedida importancia a la hora de vender productos a los hombres gays, así, un avión se vuelve polla y el diseño del salpicadero de un coche es inspirado por el cuerpo de un chulazo.
El freno de mano de un Audi o una pestaña postiza buscan la complicidad gay sin complejos desde las páginas de las publicaciones gays.
Y si la imaginación no da más de si, el homoerotismo siempre es una buena alternativa a la hora de vender tu producto.
Después del salto tenéis diferente ejemplos de creatividad publicitaria para consumidores gays.
El eslogan del anuncio de los burritos no tiene precio, ni el bote de mostaza en salva sea la parte de los chicos de Ginch Gonch.
Por cierto que la los coches y los viajes son los productos estrella. La publicidad no cree en estereotipos, solo en cifras de venta, está claro.
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Vía | Radar
y pensar que antes no nos tomaban en cuenta ahora hasta comerciales exclusivos para nosotros hay