La revolución que trajo Frozen es que no solo las niñas querían ser la princesa de hielo. Si no que muchos niños también se han enfundado el vestido azul y han disfrutado siendo la princesa Elsa.
La madre de Noah está tremendamente decepcionada con Disneyland Paris. Intentó reservar la experiencia Princesa por un día para su hijo. Pero Disneyland Paris, le dijo que esa no era una actividad para niños.
Carta abierta de una madre a Disneyland París
Por ello, la madre de Noah, ha escrito una carta abierta a Disneyland Paris explicando su caso.
En la carta, la Sra. McLean narra como Noah es un gran fan de Elsa. Tanto que durante los últimos 10 meses habían visitado 2 veces el parque de atracciones. Les encantaba pasar allí el tiempo, ya que se sentían en un sitio feliz. Además de haberse gastado una pequeña fortuna en merchandising.
Cuando la Sra. McLean se enteró de que en el parque iban realizaban la actividad Princesa por un Día, pensó en la gran ilusión que le haría a Noah. Y no lo dudó, escribió al Parque para apuntarle.
Cuál fue su sorpresa, cuando desde Disneyland le contestaron lo siguiente:
Apreciada Sra. McLean,
Gracias por su email y su interés por Disneyland Paris.
En estos momentos no se puede reservar «Princesa por un día» para un niño.
De todos modos, le podemos hacer un paquete de regalo con elementos de princesas por 300€ (IVA incluido).
La Sra. McLean se indignó profundamente, sobre todo porque según su propio escrito, Disneyland tiene un día para la diversidad. Diversidad, que al parecer no practica el resto del año. Aunque deja claro, que no se trata de un debate gay-hetero. Noah tiene 3 años, sólo quiere ir vestido de su personaje favorito: Elsa.
Finalmente, Disney ha pedido perdón y Noah y su madre han podido disfrutar del parque. Pero sobre todo la Sra. Mclean ha abierto la puerta de sus sueños a muchos niños que vendrán después de ella. ¡Gracias!
Foto | Sparkles & Strechmarks
es decir para disneyland el niño puede ser princesa por los dias que quiera si suelta su madre 300 euros y lo hace en su casa, que asco