En una vida paralela a Ambiente G a veces doy clases en universidades. Suele tratarse de clases magistrales o conferencias que suceden en diferentes ámbitos y ya pocas veces me sorprenden, hasta que llegó la última. Hace unas semanas contactó conmigo una universidad del Reino Unido para dar una de estas charlas y, para poder contratarme, me pidieron que rellenara un CV en su página web.
Al tratarse de una universidad pública no le di demasiada importancia, pensé que de alguna forma tenían que justificar mi traslado a tierras inglesas, así que toda rauda y veloz me dispuse a rellenar uno de esos formularios inacabables en los que te preguntaban sobre todo tipo de temas. Pero mi asombro llegó cuando una de esas preguntas, de obligada respuesta para más inri, resultó ser sobre mi orientación sexual. La siguiente pregunta, y para no ser menos, era si mi género asignado al nacer se correspondía con mi expresión de género -y yo me pregunto cuanta gente entiende la complejidad de esta cuestión-.
Personalmente no me importa responder a este tipo de preguntas. Prefiero perder una buena oportunidad laboral a tener que sufrir la discriminación en mis carnes, por esta razón Ambiente G siempre aparece en mi CV. Digamos que es una forma de ahorrarme problemas. Lo que no me esperaba era una pregunta tan directa y menos teniendo en cuenta que en Inglaterra no se ponen fotografías en los CVs para evitar discriminaciones.
Lo cierto es que es la primera vez que me lo preguntan directamente, no como otros temas que «en teoría» es ilegal preguntar. En demasiadas ocasiones me han preguntado en entrevistas de trabajo si tenía hijos o si pensaba tenerlos pese a que en España no es legal hacerlo, y con razón. Incluso una vez, al responder que no los tenía ni pensaba tenerlos me preguntaron que cuál era la razón. Ante tal desparpajo decidí que mi interlocutor se merecía la verdad, así que le comenté que siendo lesbiana era un poco más complicado. El giro de guión vino cuando el director de recursos humanos que me estaba entrevistando me contestó que él y su pareja, otro señor, tenían un hijo y estaban esperando el segundo. Debo decir que al final me contrataron, lo que no sé es si fue por no querer tener hijos, por ser sincera o porque las bolleras le caemos bien a este responsable de recursos humanos, pero estoy segura de que esta respuesta influyó en la decisión.
Existen empresas que buscan candidatos LGBT
Sabemos que las empresas legalmente no le pueden preguntar a sus empleados ni candidatos si son LGBT o no -faltaría más-, pero también en cierto que en un momento donde hay muchas empresas sensibilizadas apostando por la diversidad -de todo tipo: de género, raza, naconalidad, religiosa…- estas quieran de alguna forma asegurarse unas cuotas mínimas de todos los colectivos. De todas formas, deberían hacerlo sin cometer ilegalidades -aunque no sé si es del todo posible-.
Personalmente creo que el número de personas LGBT fuera del armario en una empresa dice mucho de sus niveles de integración, pero recordemos que estar fuera del armario en el trabajo no es fácil y muchas veces acarrea costes discriminatorios en las opciones para crecer dentro de la empresa.
Seguramente muchas compañías estarían encantadas de saber el número de personas LGTBQ que trabajan en su organización y sacar pecho de la misma forma que algunos lo hacen con la diversidad racial, de nacionalidades o de género. Se trata de elementos que las empresas buscan específicamente ya que está demostrado que mejora su competitividad y atrae todavía más diversidad.
En cualquier caso, si trabajas en una empresa pequeña es fácil saber cuantas personas hay fuera del armario, pero cuando hablamos de empresas grandes se hace imposible contabilizarlo. En cualquier caso hablamos de personas fuera del armario, no de personas LGBTQ, que siempre son más.
Se me ocurre que para multinacionales y empresas grandes una pregunta adecuada para saber si la diversidad tiene unos niveles razonables, sería cuantas personas LGBTQ visibles para toda la empresa hay en el comité de dirección u organismo similar. La idea es que si los jefes son visibles, esto se transmite al resto de la empresa. Además sería una pregunta que cualquier empleado debería saber responder de la misma manera que si le preguntas cuantas mujeres pertenecen a este equipo. Pero ya sabéis, pocas empresas pasarían el corte porque el techo de cristal es muy difícil de atravesar para las personas LGBTQ fuera del armario.
A todo esto ¿cuantas personas fuera del armario hay en tu empresa? si se trata de una empresa pequeña, y si es grande ¿cuantas hay en tu departamento? ¿Y en el comité de dirección u organismo similar?
Siempre se es incómodo este tipo de preguntas y más aún sin estás en el proceso de descubrimiento
Las pocas veces que me lo han preguntado yo respondo: pues donde pongo el ojo, pongo la bala. Y siempre acompaño mi respuesta de un guiño y una sonrisa coqueta independientemente del género de quien me entreviste, es genial ver cómo se sonrojan o se incomodan XD
Hola, me ha gustado leer tu reflexión sobre este tema, y me puedo imaginar tu cara al rellenar el cv. ¿Has odio hablar del Equality Act de 2010 aquí en UK? Básicamente es para garantizar que nadie es discriminado por su edad, discapacidad, resignación de sexo, estado civil, maternidad, etnia, creencias religiosas, sexo y orientación sexual. La gran mayoría de veces, por no decir siempre es para fines de monitorización o como parte de un cuestionario de igualdad de oportunidades. Es algo muy muy habitual por estos lares, ademas aquí ninguna empresa se la juega, suelen ser muy cautelosos con el tema de la discriminización de cualquier tipo.
A tu pregunta sobre mi ambiente de trabajo, somos una empresa grande con unos 9.000 trabajadores, y nunca he tenido ningún problema ya que hay un gran porcentaje de trabajadores LGTB+ a todos los niveles, de hecho se creo una red interna de trabajadores LGTB+ para dar apoyo personal y apoyo a la hora de crecer laboralmente en la empresa.
Saludos.