
Eva Vildosola tiene 19 años. Aunque es de Pamplona, hace unos meses se fue a estudiar a Barcelona, una ciudad más grande y más abierta para vivir más tranquila y libre frente a la encorsetada ciudad de provincias de la que procede (esta licencia me permito decirla yo misma desde mi amada pero dicotómica Pamplona). Además de estudiar, Eva es una apasionada de la moda y gracias a ello y su buen saber hacer en redes sociales, podría tildarse a la joven como influencer de lifestyle. Sin ir más lejos, yo la conocía porque sus outfits me dan ideas sobre qué ropa ponerme o comprar. Ayer Eva sufría una brutal agresión y lo subía destrozada a sus redes sociales. Eva es una persona trans y eso sigue siendo un problema para muchos.
Eva lo ha contado con pelos y señales. Simplemente ha salido a la calle y, en las proximidades de su casa ha comenzado a escuchar insultos. En pocos segundos, se han abalanzado sobre ella
Me han empezado a gritar “¡puto travelo! ¡engendro!” y me han agarrado y me han dado dos puñetazos en la cara, patadas y otros golpes en el cuerpo.
¿El motivo? Ser transexual. Ella misma recuerda algo que por obvio, no deja de ser necesario repetir, reivindicar y salvaguardar mediante las leyes y su aplicación: las personas trans son personas y tienen los mismos derechos.
Soy una chica normal de 19 años, soy transexual, sí, pero es que eso no me hace menos normal, no me hace un engendro, no me hace menos, tengo derecho a salir a la calle, tengo derecho a hacer con mis redes sociales lo que yo quiera y tengo todos los derechos que tendría que tener todo el mundo, bastante mal lo he pasad toda mi vida intentando ser lo que soy hoy, como para que venga alguien a arrebatármelo.
Eva aprovechó el salto a la universidad para cambiar de ciudar, y como ella misma explica «vine aquí buscando paz, a disfrutarme a mí misma porque lo necesito, no a que me humillen, me agredan y me hagan sentir un monstruo. Explicadle vosotros a mi madre esto, decidle a vuestra familia que está a kilómetros que os han dado de hostias por ser transexuales. NO ME MEREZCO ESTO.»
Acaba su testimonio con dos sentencias demoledoras, la primera hace referencia a la realidad trans.
Esto es lo que me ha pasado a mí, pero por desgracia le pasa a mucha gente trans y hubiese podido acabar peor, yo no hago daño a nadie, no tenéis derecho a hacer esto, NO MÁS TRANSFOBIA POR FAVOR, no quiero morir mañana.
La segunda es un mensaje a sus agresores que deja patente a la profunda necesidad de educación de esta sociedad. «Y a los que me han hecho esto: Espero que NUNCA seáis padres.»
Desde aquí, un abrazo enorme a la valiente Eva. Por ser, por disfrutarse, por contarlo.
Como siempre, los cobardes patéticos comemierdas actúan en manada, porque a nivel individual son unos putos fracasados. Desde que Vox ha sacado a la ultraderecha del basurero donde estaba metida, esta mierda de gente está actuando cada vez más.
Vaya cagada de redacción y argumentos anodinos. Una víctima de supuesta agresión brutal no relata una denuncia mezclando hechos con narrativa expositiva del pasado. Te ciñes a los hechos y punto..