Puede que estos días lo hayas leído o visto en algún medio y te hayas quedado con la boca abierta y una desazón brutal. La vigésimo segunda víctima trans asesinada este año solo en territorio estadounidense. Te puedes hacer una idea de que aunque EEUU tenga un alto índice de violencia, no es ni de lejos el peor país para ser una persona trans.
Su nombre era Ally Steinfeld, tenía 17 años y era una chica trans de Misuri que fue brutalmente asesinada, le extrajeron los ojos, mutilaron sus genitales, la desmembraron y parte de sus restos fueron a parar a un gallinero, mientras que lo que quedó fue arrojado a una hoguera. ¿Te parece un crimen de odio? A las autoridades no.
La historia es tan macabre, brutal y desagradable que no es de extrañar que las redes sociales se estén movilizando a escala planetaria para reivindicar la figura de Steinfield y que al menos se haga justicia. Desde Human Rights han declarado:
Esta violencia, a menudo motivada por el odio, debe llegar a su fin. (…) Es necesario luchar contra la transfobia y la violencia contra las personas trans.
Tanto es así, que desde GofundMe se ha iniciado una campaña para sufragar el funeral de Ally que ya cuenta con casi 9.000 dólares, mil de los cuales proceden de la actriz Patricia Arquette. Desde luego, qué menos que poder despedir a Ally de la forma que se merece, pero sobretodo, que su cruel asesinato no caiga en el olvido y caiga sobre los culpables todo el peso de la ley. Huelga decir que por supuesto que es un crimen de odio. Es difícil encontrar tanto ensañamiento sin una razón.
Ally Steinfield salió del armario en Instagram el pasado mes de mayo pidiendo apoyo y comprensión. Era una joven valiente, alegre y controvertida y no había tenido problema en hablar con su familia y entorno sobre su identidad de género. Una valiente que no dudó en vivir su vida abiertamente.
Pero a principios de este mes, su familia denunció su desaparición. Tras indagar la policía encontró parte de sus huesos y señaló hasta a cuatro culpables relacionados con el trágico final de Steinfield: Andrew Vrba, su novia Isis Schauer, Briana Calderas (amiga de Ally) y James Grigsby. Como dato, Vrba es el principal acusado y se habría jactado de que «tenía que matarla».
A pesar de la magnitud del asesinato, su premeditación y las declaraciones del Vrba, la policia sigue sin considerarlo crimen de odio. Sencillamente intolerable.
Fuente | Dos Manzanas
Según he estado investigando sobre el hecho, y como estudiante de Derecho, puedo decir que al parecer no se quiere catalogar como crimen de odio, basado en el hecho de que no hay evidencia de haber sido un crimen fundado por el género de la victima. La consideración de «crimen de odio» no viene dada por la brutalidad o trato dado a la victima en el crimen, es una consideración subjetiva al actuar del sujeto activo del crimen. Es decir, desde el punto de vista criminal-legal, no es algo tan simple.
Aun con la confesión dada por el chico de «Debía morir» no revela alguna referencia a una motivación basada en su pertenencia a un grupo determinado. Lo cual es lo que implica el crimen de odio; que el crimen haya sido motivado por la pertenencia de la victima a un grupo determinado (Grupo político, genero, raza, ideología, nacionalidad, etc, etc). Con respecto al trato dado hacia el cuerpo, no es configurante de por sí clasificación de odio, no existe trato que por su simple manifestación sea catalogado como tal. Las mutilación de cadáveres, pueden ser motivadas por infinidad de razones, aun las genitales (Criminalmente se considera trofeos, actos de venganza, parte de rituales, como las manifestaciones de mutilación más común), por ello una determinación inmediata como crimen de odio, dejaría un delito no justamente perseguido (Que podría llevar a la consecuencia de libertad de los criminales, en corte de apelación). En fin, el crimen de odio es una figura reservada a los crímenes motivados por la pertenencia de la victima a un grupo determinado, no por la pertenencia de la victima en un grupo, es decir, es una determinación subjetiva (motivación) del sujeto activo del crimen, no una valoración al sujeto pasivo del crimen. Si no fue catalogado como tal, debe ser dada por la policía que no tenga evidencia de esta motivación, o que se sepa que la motivación real haya sido otra, como, celos, venganza, inclusive odio, no un odio basado por ser transexual, si no un odio personal, por mal tratos o un corazón roto (Ejemplo, la novia), como infinidades de motivación que se queda en especulación hasta que haya un juicio.
En fin, se que suena frío, pero es la mejor forma de mantener un sistema penal justo.
Pienso lo mismo. No todo crimen contra un LGTB, o cualquier minoria sexual, es un crimen de odio por esa asociación, igual que no todo asesinato a una mujer es un femicidio. Ambas cosas involucran que la motivación del asesinato sea DEBIDO a esa situación. Por ejemplo, un marido que asesina a su mujer no necesariamente la mata por ser mujer, puede ser perfectamente un crimen pasional.
Mediaticamente puede verse muy fácil catalogar los crimenes como femicidios, crimenes de odio, etc., pero el mundo no es tan simple, y si cada caso de muerte fuera esas cosas, no haría a la población LGTB, o a las mujeres, «especiales»? porque por solo serlo, sin entender las circunstancias, atentar contra ellos es un agravante. Legalmente, y por mucho que apoye los derechos igualitarios, sería pésimo.
la identidad de genero es un cancer que esta matando al mundo, es algo tan irracional que austa, este chico era eso un chico no una chica, si su psiquis no coincide con su cuerpo tiene una enfermedad metal