Dentro de que no me suelen gustar muchos los certámenes de belleza, he de reconocer que este pequeño gesto me ha gustado mucho. La organización de un certamen de belleza masculina se ha puesto en contacto con Asociación de Transexuales de Andalucía para pedir consejo sobre como redactar las bases del concurso.
Lo que buscaban en las bases era especificar que sólo se podían presentar hombres, pero no cerrándolo a transexuales. De esta forma, en las bases del concurso ha quedado claro que podrán participar las personas de sexo masculino, con independencia del sexo asignado al nacer.
Es sólo un pequeño granito de arena, pero desde luego es un granito de arena importante para el colectivo transexual.
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«La organización de un certamen de belleza masculina se ha puesto en contacto con Asociación de Transexuales de Andalucía para pedir consejo sobre cómo redactar las bases del concurso.»
No sólo han permitido a personas transexuales participar en el certamen de belleza, sino que también han pedido consejo a la ATA para redactar las bases del concurso de una forma que no ofenda a aquellas personas que se han sometido a una operación de resignación de género, o a aquellas que simplemente están en proceso de hormonación, etc. Algo admirable, muy diplomático y encomiable.
Y ahora que lo pienso, creo que este mismo procedimiento deberían seguir los sesudos y estudiosos señores (y señoras) académicos de la lengua española. Hace un par de días entré en el DRAE con el objeto de comprobar si algunas palabras que suscitan gran polémica van a modificar sus acepciones para el avance de la 23ª edición del DRAE. Efectivamente fui directo a la palabra «homosexualidad», y cuál fue mi sorpresa que en la parte izquierda de arriba había una ventanita que ponía «artículo enmendado», pinché en ella y acto seguido tuve delante de mí el artículo «mejorado» que ha propuesto la RAE para la palabra «homosexualidad». La verdad es que cuando lo leí me quedé igual que antes: no han cambiado nada de nada. En la edición 22ª, la actual, la palabra homosexualidad presenta dos acepciones: (1) Inclinación hacia la relación erótica con individuos del mismo sexo. (2) Práctica de dicha relación. Mientras que en el avance de la 23ª edición se puede leer ya: (1) Inclinación erótica hacia individuos del mismo sexo.
Realmente vergonzoso. Yo cuando lo vi me pregunté ¿qué les cuesta a esta gente ponerse en contacto con sexólogos especializados en el tema? o más fácil ¿qué les cuesta poner que la homosexualidad es una orientación sexual, afectiva, emocional y sentimental hacia individuos del mismo sexo? Aunque el tema no acaba ahí, porque como muy bien se expuso en este blog, el principal problema de esta nueva edición en lo tocante a la homosexualidad es el concepto tan ambiguo y extraño que se ha creado en torno a la palabra matrimonio.
Un paso adelante, me alegro 🙂