La Iglesia Evangélica Luterana de (Norte)América está inmersa en un debate sin precedentes. Ya decíamos ayer que 82 sacerdotes se reconocieron como gays por escrito en una «salida del armario-protesta».
Plantean si reconocer a los sacerdotes gays y dejar de pedirles que vivan en celibato, y reconocer las ceremonias de consagración de matrimonios homosexuales. Sólo imaginaros la repercusión si algo así ocurriera en el seno de la Iglesia Católica, que está bajo los preceptos del puro dogmatismo del Papa Benedicto.
Los detractores de cambiar sus normas alegan que eso sería como «bendecir comportamientos que van en contra de las enseñanzas bíblicas«. Jeffrey Herman-May del Sínodo de New England dice sin embargo que «la iglesia crece gracias a la evangelización, y que una política de inclusión (y no exclusión) atraerá a más miembros» (referido también a acercarse e incluir a los grupos de gente de color, o afroamericanos.
Mientras el obispo gay de New Hampshire, el reverendo Robinson, que se divorció y vive abiertamente con otro hombre, dice que la Madre de la Iglesia Anglicana podría estar cerca de cerrar si tiene que lidiar con los clerigos gays. En su opinión es «desconcertante» que la Iglesia de Inglaterra sea incapaz de ser honesto con los numerosos clérigos gays de sus parroquias.
Por lo visto no dejamos de hablar de religión. ¿Os acordais de la Iglesia para gays a la que asiste a misa el personaje de la serie «A dos metros bajo tierra»? ¿Iríais vosotros a misa si fueramos contemplados y respetados en igualdad?
Vía | Chicago Tribune y AllAfrica
No, la religion sigue siendo religion.
Pero ya va siendo hora de que las enseñanzas biblicas se adapten a los tiempos y se modernicen.