Está claro que los gays rusos lo tienen bastante mal. A las decisiones de varios ayuntamientos y regiones para limitar las actividades de la comunidad LGBT y tratar de hacerlos invisibles, se acaba de sumar la Iglesia Ortodoxa rusa, que ha pedido prohibir lo que ellos denominan “propaganda” homosexual entre menores.
No contentos con la aprobación de una ley para limitar la información y las actividades LGBT en San Petersburgo, la jerarquía ortodoxa ha pedido que la ley no se quede en esta ciudad, y que se extienda por toda Rusia para evitar así que los menores rusos sean “corrompidos” por los movimientos homosexuales rusos.
Parece ser que Dmitri Pershin, jefe del comité de juventud de la Iglesia Ortodoxa rusa, señaló ayer lunes que está muy satisfecho con lo aprobado por las autoridades de San Petersburgo, ya que en palabras de este señor, “la terquedad de las minorías sexuales y sus planes para manifestarse de nuevo frente a centros infantiles demuestra lo oportuna que fue la aprobación de la ley regional”.
Precisamente, Pershin participó en la redacción de la ley homófoba de San Petersburgo, y además es miembro de la comisión parlamentaria para la familia y los asuntos infantiles. Desde su responsabilidad en esta comisión, Pershin pretende “sin dilación”, conceder a la ley de San Petersburgo un status federal por parte de los diputados de la Duma.
Sin duda, y viendo noticias como ésta, corren malos tiempos para los gays rusos, sometidos habitualmente a la represión, y ahora cada día más acorralados por leyes como la aprobada en San Petersburgo. Leyes que limitan de forma clara la libertad de expresión y que prohíben informar sobre cualquier tema relacionado con la homosexualidad, buscando eliminar la visualización de los gays a todos los niveles.
Una pena, porque las principales víctimas de esta ley serán de nuevo los adolescentes que comienzan a tener problemas por su orientación sexual y que no tienen referentes ni ayudas de ningún tipo, envueltos en un mundo en el que ser heterosexual es la única salida “decente” para ellos. Y lo más lamentable es que de nuevo, los que deberían apoyar a las minorías y a los más desprotegidos, vuelven a ser el ariete de la discriminación y la homofobia.
Vía I El Mundo
En Ambiente G I Rusia no tiene remedio. San Petersburgo aprueba una ley contra la propaganda gay
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