Aunque adivino que muchos de los que lean esta carta estarán de acuerdo con mis palabras, quien esto firma no se dirige a usted en nombre de un colectivo, ni siquiera en nombre de este blog, sino a título personal. Lo hago como ciudadano del llamado ‘Mundo Libre’, aquel en el que se nos ha vendido la ilusión de que el poder lo ostenta el Pueblo. No obstante, como usted y yo sabemos, este discurso sobre el poder del Pueblo es más bien una artimaña estratégica para mantenernos tranquilos lo más posible, haciéndonos creer que los vaivenes socioeconómicos, la especulación sobre nuestro futuro y las crisis financieras que taponadas a base de interesados y torpes parches de pegue flojo se van sucediendo, son consecuencia de lo que directa o indirectamente la población misma provoca. Haciéndonos ver a nosotros como culpables de cómo está el patio, se nos mantiene a raya, provocando, con condescendencia, eso sí, que nos sintamos abochornados por todos nuestros males.
En cierto modo, sin embargo, no hay ausencia de razón en esto. No hay nadie más culpable de sus desgracias, que aquel o aquellos que permiten, con su pasividad notoria, que otros deshagan, a gusto, lo que siglos de lucha para alcanzar un cierto estado de bienestar y de reconocimiento de nuestros derechos han traído. A quien a base de leña tratan y consienten, leña merecen. Creo que no somos pocos los que estamos de acuerdo en esto.
Yo, sin embargo, como miembro de un colectivo sin carnet ni abono a dos años, porque miembro de dicho colectivo nací, nací también de un cierto modo que a ratos incomoda. Soy puñetero, Señor Rajoy, del mismo modo que soy gay. Ambas cosas me han traído no pocos quebraderos de cabeza. Tengo fama de difícil, majadero y en ocasiones, incluso raro. Pero respetando ambas rarezas he logrado un estatus con el que muchos sueñan pero no todos alcanzan: Soy feliz.
Pude haberle escrito esta carta abierta días atrás, cuando afirmó a través de una entrevista publicada en un periódico nacional, del que luego los otros medios se hicieron eco, que si incluso el Tribunal Constitucional diese por bueno el término matrimonio civil entre personas del mismo sexo como concede con personas del sexo contrario, usted no se compromete a mantener esa ley porque a usted no le gusta. Tanto da que le escriba a usted ahora como pude haberlo hecho entonces o pasado mañana. Su mensaje sigue vigente, a no ser que desde entonces se haya replegado en petit comité, porque de puertas afuera del número 13 de la Calle Génova no han habido rectificaciones al respecto.
Replicarle en caliente en su momento habría sido un recurso fácil. Del mismo modo que usted se ha tomado su tiempo hasta ahora, para pronunciarse con rotundidad sobre MI derecho, una vez que huele el poder que podría caer en sus manos tras las próximas elecciones generales, yo me tomo mi tiempo para replicarle distendido pero igualmente directo.
La primera pregunta que me vino a la cabeza, Señor Rajoy, tras su declaración, fue, ¿qué denominación sería entonces la apropiada según su juicio para ‘catalogar’ legalmente lo que es matrimonio gay? ‘Unión de Hecho’ no sería válida, porque uniones de hecho también se dan entre parejas de diferente sexo que sin embargo no quieren unirse en matrimonio. Me salto lo de ‘gaymonio’ o alguna otra mixtura lingüística similar, porque puedo imaginarle a usted ridículo, pero no tanto. Tal vez, pensé, para no levantar demasiadas ampollas y generar un debate corrosivo, dentro incluso de su propio partido, podría salir de la manga de su gobierno algo así como ‘matrimonio no tradicional’ para distinguirlo del ‘matrimonio tradicional’ al que parece tener usted tanto apego. Juguemos sobre este supuesto.
Imaginemos que gana usted las elecciones y nos impone el cambio de nombre. ¿Serían entonces nuestras familias consideradas también ‘familias no tradicionales’ a efectos legales? Y a efectos estadísticos, ¿serían considerados nuestros hijos ‘hijos no tradicionales’? Porque puestos a reconducir las cosas, o tapamos todos los agujeros o mejor no se meta usted en obras porque se nos llenará la casa de goteras.
En otro orden de cosas, su respuesta meditada, o no lo fue tanto y le vino a usted un mal pronto, o fue pensada y bien pensada y afirmando que diría NO frente al SÍ del Tribunal Constitucional, aclaró explícitamente que usted se saltaría la primera ley de nuestro sistema democrático, la Constitución, porque le viene en gana. Saltarse la Ley es delito, Señor Rajoy. Sé que los políticos delinquen más que hablan, pero téngalo usted muy en cuenta porque se expone a pagar por ello.
Los motivos reales que mueven su deseo de dejar de llamar nuestra unión matrimonio, se me escapan. Los motivos de verdad. Pero sean los que sean, tanto si se deja usted llevar por las corrientes tardofascistas de su partido como de los codazos de la Conferencia Episcopal Española o el Vaticano, que se resisten a abandonar la poltrona del Poder que aquel que entraba en las iglesias bajo palio les puso en mano, o si lo hace acaso por puros motivos personales, recuerde que ya son mayoría los españoles que son favorables al matrimonio gay. En un sistema democrático, estaría usted entonces en contra de la mayoría del pueblo que, de nuevo, según las normas del sistema democrático, es Soberano. Eso, matemáticamente, lo convertiría a usted en un tirano.
Señor Rajoy, el Artículo 14 de la Constitución Española, dentro del Capítulo Segundo que habla de Derechos y Libertades, dice: ‘Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social’. La Constitución es clara y nuestro amor bien definido. Es usted el que va espeso o el que mediante una maniobra que usted es el primero en querer creer, o los gays dejamos de ser españoles con lo cual se queda el suelo patrio sin ‘eso’, como sucede en Irán, según Mahmud Ahmadineyad, o me dirá cómo hacemos. Me pregunto si no, de qué otra manera hará usted para saltarse la Ley asegurando que no lo hace.
Señor Rajoy. Entre usted y yo, en serio, considere su postura, más que por nosotros, por usted, porque déjeme decirle algo, como gay y puñetero que nací. No se puede desandar lo andado. Lo nuestro no es una corriente, un fallo en el sistema social, un arrebato, un mal momento. Nosotros somos una realidad social, indeseable para los intolerantes, los atrincherados en el pánico a la evolución del Ser Humano. Nuestro movimiento por la consecución de nuestros derechos civiles es como una marea que empieza a besar al comienzo de cada ciclo la orilla. No la alcanzamos de una vez. Llega una ola y sube un poco sobre la línea de la anterior, luego otra, sin embargo una tercera parece no conseguirlo. Es un juego natural de avance y retroceso, pero la marea, una vez iniciado el proceso, acaba siempre conquistando la playa.
Señor Rajoy, vivimos tiempos de cambio. Y esos cambios, a trompicones o sin ellos, son irreversibles. Usted, como líder político y potencial Presidente del Gobierno de España se enfrenta a la mayor de sus responsabilidades históricas, la de pasar a la posteridad como un cateto que se agarró a la insostenible tradición que impidió los avances de esta sociedad en cambio o la de un hombre prudente y de progreso, que antepuso la evolución frente a la involución, el avance frente a la retirada, la victoria frente al ultraje. Atrévase usted, a construir tradición de la buena, enderezando los renglones torcidos de la pasada, a cultivar unión, progreso e independencia.
Citando a Don Miguel de Cervantes: ‘Unos van por el ancho campo de la ambición soberbia, otros por el de la adulación servil y baja, otros por el de la hipocresía engañosa, y algunos por el de la verdadera religión; pero yo, inclinado de mi estrella, voy por la angosta senda de la caballería andante, por cuyo ejercicio desprecio la hacienda, pero no la honra’, doy respuesta quijotesca a su intención de ofensa, además de una advertencia: De la forma más pacífica, Señor Rajoy, dé por seguro que a su negación o ‘rebautizo’ de nuestra unión, tendrá respuesta. No sólo iglesias y generales han hecho caer torres incluso más altas con todas sus vergüenzas.
En Ambiente G I Rajoy podría derogar el matrimonio gay
Lo más triste de todo es q este hombre ganará x mayoría absoluta, y con mucho voto del mundo gay…sinceramente sino te gusta como lo hace el psoe vale, pero hay más partidos, no tenemos q ser bipartidistas. Desde luego aunq gane este hombre sino le damos poder absoluto no va a poder derrogar la ley del matrimonio gay. Lo q más miedo le tengo a este tio es el poder q va a dar a la iglesia
Ya lo dije yo en su momento, creo que aquí, además:
Mi derecho a casarme, a que mi unión se llame matrimonio, no es un derecho sacado de la manga, inventado por nosotros.
Es un derecho que figura en la misma Constitución. Y quien me lo arrebate se enfrentará con la ley.
Si el señor Rajoy pretende saltarse la Constitución a la torera ¿con qué autoridad puede condenar a alguien que, después de hacerlo él como presidente del gobierno si llega, lo hace también? El Señor Rajoy perderá toda su autoridad en ese mismo momento y eso puede ser muy, muy peligroso. Quizá él no lo haya pensado, pero debería hacerlo. Si el mismísimo presidente del gobierno se salta la Constitución la cosa se puede poner muy fea.
De todas formas también me gustaría criticar a la RAE, a ver si escribís un post sobre eso. Me parece increíble que palabras como «almóndiga» o «asín» aparezcan en sus diccionarios y, sin embargo, la definición de «matrimonio» siga siendo la de «unión de un hombre y una mujer». La RAE no sólo debería adaptarse a los nuevos tiempos, puesto que el castellano evoluciona y hay que atenerse a ello, no sólo aceptando vulgarismos porque una parte de la población los usa, sino adaptándose a las nuevas realidades sociales que existen en este país. Y voy más allá. la RAE debería adaptarse a la LEY, sí a la LEY de este país, una ley que dice que nuestra unión, la de dos hombres o dos mujeres, se llama «matrimonio». La RAE se está saltando la ley, está anclándose en modelos pasados, obviándonos a nosotros, como si no existiésemos o, peor, como si no tuviésemos derecho a existir.
Muchos pensaréis que esto no es importante. Pero gente como el señor Rajoy, cogerá el diccionario de la RAE y verá «matrimonio: unión de un hombre y una mujer…». Y el señor Rajoy pensará que hasta aquellos de dan sentido a las palabras que usamos, dicen que la palabra matrimonio sólo se usa para este tipo de uniones, estando nosotros excluídos, apartados.
Quizá es que en tan magnos sillones, sólo hay intolerantes, gente que se cree purista del lenguaje y sin embargo no le tiembla el pulso en aceptar «almóndiga» pero sí en definir matrimonio como la unión de dos personas libres y mayores de edad.
Son pequeños pasos, puede parecer. Pero la RAE es la encargada de llevar el castellano a todos los lugares donde se habla castellano o donde hay un diccionario de nuestro idioma. Es un paso que llegaría a todos los lugares del mundo. Sin embargo no lo hacen.
Yo creo que, tanto Rajoy como la RAE, como todo aquel que obvia la ley debería recibir un toque de atención por parte de, en este caso, el Constitucional, porque saltarse la Constitución o, saltarse una ley hoy por hoy vigente, como es la del matriomonio gay, es muy pero que muy grave.
Tienes más razón que una santa (valga la equivalencia católica, que me da repeluco) en todo.
Bello texto, pero es un texto que no puede caer en el olvido, Dan, creo que podrias enviar esta carta a medios de comunicación, y para el propio partido popular. Que la gente lea lo que sentimos y lo que somos.
Mas una vez, Ole!
Estoy contigo, creo que debería mandarsela a todos los medios, y si cuela, al propio PP (o PSOE, así ZP tendrá un nuevo argumento con el que atacar al barbitas)
Un saludo a todos!
Muy bien dicho Dan!! Sí señor!! 🙂
Buenísimo. Marianico tiene que leerlo.
Wow!! Gran post, Dan. Coincido contigo plenamente!!
en teoría los políticos tienen que mirar por el bien de la sociedad, no por el bien de un minoría recalcitrante, de mente prehistórica y anclada en una realidad que coharta la forma de vivir de la gente; la forma de amar, la forma de querer.
¿cuál sería su argumentación? hombre…pues teniendo en cuenta que las alas conservadoras están directamente vinculadas con sectas de la Iglesia (opus Dei, Kikos, etc), por decirlo de alguna manera, con La iglesia, y con la Biblia, y con lo que supuestamente está condenado en ella. Pues debería de estar escrito con tinta invisible el hecho de condenar la homosexualidad porque yo no lo veo.Ni yo ni nadie.
A pesar de todo esto, a pesar de que nos quiten nuestro derecho como TODO ciudadano a casarnos, no nos van a cortar nuestra libertad de vivir nuestra vida como queramos. Y desde luego que NUNCA vamos a parar de dar guerra si el Tribunal dicta un sí; porque yo pienso seguir luchando por tener los mismos derechos que cualquier persona alta, baja, gorda, fea, guapa, europeo, asiático o sea lo que sea.
Porque ante todo somos personas, no monstruos con cuatro ojos joder.
BRAVO !
Muy bueno Dan!!!!
Enhorabuena por expresar en voz alta lo que tantos pensamos!
Yo también creo que deberías mandarla a los medios de comunicación, te ha quedado muy bien. Para mí la sexta es la cadena más gay friendly, así que a lo mejor le puedes dar publicidad.
¡Genial el post! ,lástima que ese individuo no de pa más ni quiere
Increible. ME HA ENCANTADO EL POST!
Debería salir publicado en algun periódico de tirada nacional, esto debe leerlo toda España.
Es facil difundir esto, ponedlo en vuestros muros de facebook o twitter y que vuestros amigos vayan haciendo lo mismo. Es realmente bueno el post. Abrazos.
Pues en mi perfil está posteado todo el texto para que en la medida de lo posible llegue al máximo de gente. Dan, estás hecho un máquina! Un abrazo muy fuerte!
Simplemente FANTÁSTICO. Mandenselo a Rajoy!