Tras la victoria de Conchita Wurst en Eurovisión parece haberse destapado la caja de Pandora del travestismo. Y lo que hasta ahora parecía ser un mero show resulta ser una forma de vestir tu vida cada vez más habitual.
Son demasiadas las barreras sociales y mentales que hay que derrumbar. Pero ¿quién no se ha enfrentado a alguna barrera de ese tipo? La semana pasada os hablábamos del cómic de un actor travesti. Aunque aún dudoso de su género, se consideraba heterosexual. Y es que muchos travestis son heterosexuales.
Conozco a Yago, editor de Xataka Android, de la vida 2.0, la vida del bit. Nunca, hasta esta entrevista/conversación, le había preguntado por su forma de vestir. No me parecía relevante. Me interesaba más su faceta friki. Pero ante mi desconocimiento en la materia y mi curiosidad, me lanzo a preguntarle.
Uno de los mayores estereotipos en mi cabeza era el de si vistes como mujer tendrás alguna inclinación gay. La respuesta es bastante clara: no. Son pocos los amigos y allegados que se lo preguntan. La mayor parte no duda de su heterosexualidad. Ahí rompo mi primer pensamiento pre-establecido: vestir con ropa que no se considera de hombre no te hace menos hombre. Me doy una primera colleja.
La historia de Yago con la ropa le viene desde pequeño. Siempre le ha gustado la ropa de mujer. Ya no como juego sexual ni como disfraz carnavalesco. Las similitudes de lo que me cuenta con mi aceptación de mi sexualidad se parecen mucho. Cuándo empezó a investigar acerca del tema, el uso de internet no estaba tan extendido como a día de hoy.
Se dio cuenta a eso de los 13 o 14 años (ahora tiene 23) y en esos momentos Internet todavía no era popular. Conseguir información al respecto era difícil. Encontrar gente exactamente como tú ya era chungo. A día de hoy el travestismo se ve asociado a otras cosas, implica sexualidad e identidad sexual. Parece como que cuando se hace es obligado o como mofa, que a gente especialmente sensible le puede hacer sentir inferior.
Los roles que él buscaba en la ficción, en la pequeña y gran pantalla, no eran roles positivos. Siempre eran personajes de mofa, situaciones de húmor, nada aplicable a la vida cotidiana.
En 2014 empezamos a estar más acostumbrados a ver personajes gays y lésbicos en las series y películas. Pero hasta hace no mucho era motivo de alegría y sorpresa. Ocurre lo mismo con personajes travestidos. Son pocos los heteros travestis que salen a la luz pública. Por ahora, estrellas dell rock, como Iggy Pop.
Hay una historia en el que el agente de Iggy debía recogerlo de la cárcel porque iba borracho, desorientado y llevaba vestido. Le preguntaron por qué llevaba un vestido de mujer y él respondió, fruto del momento, que llevaba un vestido de hombre. Ese es el punto de vista con el que yo estoy más de acuerdo, en no verlo tan masculino y femenino.
Esta última frase me recuerda al eterno debate que hemos tenido muchas veces en este blog lectores y editores acerca del matrimonio. ¿Porqué llamarlo matrimonio gay y no llamarlo matrimonio a secas?
Otra similitud con cualquier salida del armario es el miedo al rechazo y el apoyo. La familia sigue siendo uno de los mayores retos. El que tu familia no quiera tener alguien diferente en las cenas de Navidad es común pues. Los amigos, sin embargo, suelen ser punto de apoyo e incluso un pequeño impulso para acabar con tus complejos.
Yago siente fascinación por la combinación de rojo y negro, no sólo en vestidos y faldas, también en los gadgets tecnológicos que usa . La ropa la compra en las tiendas ¿dónde si no? Al principio con miedo, pero luego cada vez más seguro de que su dinero vale tanto como cualquier otro. Sí que juega con la ventaja de la ciudad grande y con un estilo de ropa (más rockero, oscuro) que juega con la ambigüedad sexual. Pero sí que coincidimos que internet puede ser la solución/resignación. Para alguien de ciudad pequeña o pueblo es lo único. Pero está el riesgo de las tallas. Si las mujeres tienen problemas con las tallas imagínate un hombre que tenga mucha caja torácica pero poca cintura…
Le planteo el tema de las chicas con ropa de hombre y es claro. Una chica que no lleve una minifalda en su vida y que sólo la veamos con pantalones no se enfrenta a tanto problema social como un hombre con falda o vestido. Volvemos a los roles sociales. Hasta que no salga a la palestra un hetero diciendo que se viste con ropa de su género o hasta que dejemos de ponerle género a la ropa, los heteros que se travisten lo seguirán haciendo en la intimidad. Viene siendo la visibilidad lésbica, pero en heteros travestidos.
Recuerdo las imágenes de un churrumbel de Brangelina y de Gwen Steffani vestidos no acorde a su género. Lo mismo que un reportaje de fotografías precioso que vimos el otro día en BuzzFeed de una escuela donde cada niño y cada niña vestía como quería.
Veo que todos miramos hacia un mismo futuro. Un futuro de respeto, de igualdad, del preocuparnos más de lo que pasa de puertas para dentro de nuestra propia casa que de lo que haga o deje de hacer nuestro vecino. Porque el juzgar a alguien por su ropa tiene el mismo valor que juzgarle por ser alto, delgado, gorda o miope.
Gracias Yago por tu tiempo.
A ver si poco a poco conseguimos que ser diferente, sea sólo eso: ser diferente.
Ni mejor, ni peor.
Y por su puesto que no sea fuente de problemas familiares, laborales o motivo de burlas.
Esa es la idea, que se vea. Al principio tenía dudas sobre si lo de hacerlo público definitivamente, pero luego pensé que si no lo hacía, esto serviría de poco al no tener un referente real