Para todos aquellos que no olvidamos que existen más personas en el mundo, algunas en situaciones de pobreza, carencias y necesidades.
Para todos aquellos que a veces sentimos un pequeño pinchazo en el interior de nuestro cuerpo al pensar que tal vez nunca seremos padres.
Para todos aquellos que alguna vez hemos llorado viendo imágenes de niños de países empobrecidos.
Para todos aquellos que son capaces de desprenderse de unos 20 euros al mes, os recomiendo apadrinar a un niño.
Existen muchas ONG´s y fundaciones que trabajan activamente, día a día, para mejorar el presente y propiciar un futuro mejor para muchas comunidades, pueblos y aldeas. Si bien, yo os voy a hablar de Ayuda en Acción porque he colaborado para ellos y tengo un apadrinamiento en Pakistán.
Ayuda en Acción nació en 1981, trabaja en Latinoamérica, África y Asia. La principal vía para conseguir los fondos con los que desarrollar los proyectos, es el apadrinamiento.
Ayuda en Acción diseña un proyecto en una comunidad necesitada que ha estudiado previamente. El proyecto puede incluir la construcción de puentes, de pozos, de canalizaciones, de centros de salud, de colegios; la formación de profesionales como maestros o técnicos de salud, potencia la constitución de empresas y negocios mediante microcréditos y apoyo logístico, educa a la población en materia de salud, convivencia e igualdad, refuerza el papel de la mujer, aumenta la escolarización de los niños y adultos, etc.
Todo ese proyecto cuesta una cierta cantidad de dinero y tiene una duración limitada, pues la comunidad debe valerse por sí misma. Se trata de dar la caña y enseñar a pescar. El presupuesto del proyecto se recoge a través de fondos y a través de las mensualidades de los apadrinamientos.
Cómo somos humanos, necesitamos de algo material en lo que apoyar nuestras acciones. Por eso, el padrino recibe una fotografía de un niño de la comunidad, sus datos personales y cartas y dibujos. De esta forma el padrino establece un vínculo con su niño apadrinado, pero el dinero que aporta no va a ese niño en exclusiva, va para toda la comunidad. Igualmente, las cartas que un padrino envía son leídas para todos los niños en la escuela.
Yo he participado en dos proyectos en Pakistán, por lo que he tenido dos niños apadrinados y he recibido informes de los avances de ambos proyectos.
Desde aquí os invito a compartir un poco de nuestra suerte con otros que la necesitan, a través de Ayuda en Acción o de cualquier otra ONG similar.