Homofobia, acoso y derribo. Así podríamos resumir lo que está ocurriendo en Rusia con la discoteca gay «Central Station». Si hace unos días este local sufría un tiroteo, este fin de semana ha tenido que lamentar otro ataque, esta vez con gas venenoso.
En el momento del ataque había en su interior unas 500 personas, que inhalaron este gas y tuvieron que ser atendidas en diversos hospitales e incluso, en algunos casos de más gravedad, hospitalizados. Andrey Leschinsky, el dueño del club, cree ha lamentado los ataques extemistas contra la comunidad LGBT, al tiempo que ha explicado que cree que lo que buscan es que el local cierre o se vaya del edificio.
Este es uno más de los ataques homofobos que se han producido en Rusia gracias a Putin y su ley antigay, que da rienda suelta a que cosas como estas ocurran mientras ningún organismo internacional hace nada por evitarlo. El silencio y la indiferencia son cómplices de la homofobia del gobierno ruso.
Vía | Ragap
Una lástima que la gente no pueda vivir en paz sin inmiscuirse en la vida de los demás. Y todo eso derivado, como cita la noticia, gracias a un jefe de gobierno homófobo y retrógado que favorece dichos ataques.
Lo que me extraña es que la policía no vaya todos los días a detener al personal, visto el extremo que esta llegando la cosa. No quiero menospreciar ni comparar ningún ataque, pero si en Irán se metió Rusia porque al atacar con un agente químico violaba leyes internacionales, porque no detienen ahora a los bárbaros que hacen lo mismo en su país.
Creéis que la imagen que encabeza la noticia, ¿es la más apropiada para una noticia así?