Quedan unos dos meses para que se celebre el congreso del Partido Socialista Francés, y el abanico de aspirantes para liderarlo sigue siendo todavía amplio, aunque se van aclarando quienes son los que parten con ventaja en esta carrera.
Y yo, mientras que entre los candidatos demócratas a la presidencia de los Estados Unidos, tenía claro que apostaba por Hillary Clinton en lugar de Barack Obama, en el caso francés, no lo tengo tan claro.
La verdad es que me gusta la política, y en concreto, sigo con especial interés lo que pasa en nuestro vecino del norte. Y es que de siempre he tenido debilidad por todo lo que acontece en Francia. De hecho, creo que si el azar no me hubiese hecho nacer en Zaragoza, me hubiera gustado nacer en el país vecino, y a ser posible, en su capital, en París.
Y ahora, tengo el corazón dividido. Si durante las pasadas presidenciales hice campaña en favor de Ségolène Royal entre los franceses que conozco, ahora entra en liza como posible nuevo líder de los socialistas franceses el actual alcalde de París, Bertrand Delanoë, un gay reconocido públicamente desde hace varios años.
En poco más de dos meses, los socialistas franceses decidirán en un congreso en Reims al que será el nuevo líder del PSF, tras dejar el puesto de primer secretario después de 11 años en el cargo François Hollande, ex compañero sentimental de Ségolène Royal.
Son varios los candidatos en liza, aunque hay dos que son los que están mejor posicionados. Y sinceramente, si fuera francés en estos momentos, y además socialista, no se por quien me decantaría.
Por un lado, me encanta Ségolène Royal, una mujer que pese a que fue derrotada por Nicolas Sarkozy en el pasado 2007, ha demostrado tenacidad, inteligencia, y que además, creo que si la dejaran, sería capaz de sacar tanto al Partido Socialista como a la propia Francia de la crisis existencial en la que están sumidos.
Y por el otro, está el carismático actual alcalde de la capital francesa, Bertrand Delanoë, un personaje que además parte de favorito en todas las encuestas.
Bertrand Delanoë además tiene el mérito de ser uno de los grandes políticos europeos que es gay reconocido desde que hiciera pública su orientación sexual allá por 1999, soportando incluso algún ataque violento por ello.
Y estoy dividido entre si quiero ver como presidenta de Francia a Ségolène, y dejar atrás la desilusión que supuso la elección de Sarkozy, o por ver gobernando en el Eliseo a un presidente gay, un político que se lo merece por su trayectoria, y que además seguro que haría mucho bien en favor de nuestros derechos.
Sólo el tiempo lo dirá.
Bua, seria increible. No sabia que el alcalde de Paris fuese homosexual, el de Berlin tambien lo es. Gallardon, sal del armario!!! jaja. Estaria muy bien que este hombre representase al partido socialista frances. Y ojala fuese presidente, un presidente gay… me encantaria.
Imagino que no ha llegado hasta ahí solo por ser gay y aunque en un momento dado pueda ser importante a quien tengan a su lado, lo que no hay que pensar es si es un hombre o una mujer.