Los pelos como escarpias se me han puesto al leer esta noticia en internet. En pleno sigo XXI, todos sabemos que todavía hay gente (demasiada gente, lamentablemente), que piensan que la homosexualidad es una enfermedad que hay que curar a cualquier precio y usando métodos repugnantes.
Desde el año 2001, las autoridades de China retiraron la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales, pero parece que todavía hay gente que no se ha enterado, ya que todavía hay un buen puñado de clínicas chinas que proponen soluciones «de reajuste de la sexualidad». ¿Y cómo lo hacen? En muchos casos, dando descargas eléctricas en los testículos.
Un ejemplo nos los proporciona un ciudadano chino llamado Zang, que ha denunciado que cuando tenía 25 años, tenía la necesidad de intentar convertirse en una ‘persona normal‘ para ‘no decepcionar a su familia‘. Y para conseguirlo, se sometió a un tratamiento salvaje durante tres años que le obligaba recibir descargas eléctricas en los testículos mientras veía películas porno gays.
¿El resultado? Que este hombre tenía constantes dolores de cabeza, perdió la líbido y se sumió en una tremenda depresión que le hizo perder el trabajo y que le hacía pensar en suicidarse. Todo ello, sin hablar de las deudas que contrajo para pagar los gastos médicos de su ‘tratamiento’. Por suerte, al final él mismo se dio cuenta de que no tenía ningún sentido someterse a semejantes terapias.
De hecho, en el centro de ayuda psicológica Haiming, de Pekín, anuncian en su su web que «después de cada descarga, el paciente interrumpe sus pensamientos y se aleja de sus fantasmas». Pero además de las descargas eléctricas, estas clínicas someten a sus ‘pacientes‘ homosexuales a tratamientos químicos o hipnosis, entre otros métodos que suelen tener efectos secundarios peligrosos para la salud. Métodos y terapias horribles e injustificables para curar una enfermedad que sólo existe en la mente de algunas personas que sí que tienen una grave enfermedad: la homofobia.
Vía I Milenio
Descargas en los testículos… eso tiene pinta de dejar daños irreversibles en esa zona.
Me pregunto si la gente que diseña estas terapias estarían dispuestas a probarlas en sí mismos…
Mientras haya gente dispuesta a pagar para cambiar su orientación sexual seguirá habiendo desaprensivos que se aprovechen.