Ya os contábamos el otro día que el Sínodo de los obispos sobre la familia parecía desprender un cierto aperturismo hacia los homosexuales, ya que había varias conclusiones que hacían ver que se estaban estudiando formas de acogernos en la iglesia.
Incrédulo que es uno, jamás me he creído nada, ni siquiera por esa imagen que se está vendiendo del Papa Francisco sobre su renovación y modernización de la iglesia. Y digo vendiendo porque, en todo este tiempo, yo sólo veo un marketing brutal por el cual Francisco ha dicho mucho, y todavía no ha hecho nada.
Y mira tú por donde que sólo dos días después de esta «alegría» por la supuesta apertura de la iglesia, ya me dan la razón en aquello de no creerme nada.
Ya en las conclusiones del Sínodo decían que no se podía equiparar el matrimonio entre hombres y mujeres a las uniones entre personas del mismo sexo. La primera en la frente. Pero es que sólo unas horas después de conocer ese texto, ya han salido varios representantes a tratar de rebajar la euforia.
Por ejemplo, el cardenal sudáfricano Wilfrid Fox Napier y el italiano Fernando Filoni ya se han apresurado a decir que las conclusiones del Sínodo «generan expectativas excesivas a quien pueda pensar que ya existen soluciones para cuestiones tan problemáticas». Además, aseguran que «el documento dado a conocer el lunes no expresa ni el pensamiento de la Iglesia ni del papa Francisco».
Y van un paso más, quieren dejar claro que, en el caso de que la Iglesia finalmente decidiera abrirse a los gays, esto no querría decir que apoyen nuestra forma de vida. Vamos, que nos harían un favor dejándonos entrar en la Iglesia. Lo explica el cardenal francés Robert Sarah, diciendo que «acompañar pastoralmente a una persona no significa validar una forma de sexualidad o de vida».
El mexicano Francisco Robles ha propuesto que, en el texto con las conclusiones del Sínodo, se sustituya el término «personas homosexuales», por el de «personas con tendencias homosexuales», para que en ningún caso se entienda la homosexualidad como algo natural del ser humano.
Wilfrid Fox Napier, de la iglesia inglesa, ha animado a los sacerdotes a cuidar de las personas «con atracción hacia el mismo sexo», pero al mismo tiempo ha dejado claro que la Iglesia debe continuar promoviendo la naturaleza del matrimonio «entre hombre y mujer».
En fin, un no parar de reacciones contrarias dentro de la misma Iglesia que, claro está, representan el ala más conservadora, pero que habrá que ver hasta que punto son o no una mayoría. Y teniendo en cuenta como os decía al principio que, de momento, este Papa sólo me ha demostrado tener mucha labia pero no hacer nada, pues me da la impresión de que las cosas, seguirán como hasta ahora.
En todo caso, y por si acaso me tengo que comer mis palabras y realmente se produce una apertura en la Iglesia, ya voy diciendo que a mi, personalmente, no me vale con que me abran las puertas, sino que necesito, y casi me atrevo a exigir, que me pidan perdón, a mi y a todo el colectivo LGBT, por las innumerables barbaridades que sobre nosotros se han dicho durante tantos años.
Vía | El País y Te Interesa
Por si quedan dudas, esta fue la carta que escribió Bergoglio en el contexto de los debates por el matrimonio igualitario en Argentina en el año 2010, cuando todavía no era Papa..
«A las Monjas Carmelitas de Buenos Aires Buenos Aires, 22 de junio de 2010. Queridas hermanas: Les escribo estas líneas a cada una de Ustedes que están en los cuatro Monasterios de Buenos Aires. El pueblo argentino deberá afrontar, en las próximas semanas, una situación cuyo resultado puede herir gravemente a la familia. Se trata del proyecto de ley sobre matrimonio de personas del mismo sexo. Aquí está en juego la identidad, y la supervivencia de la familia: papa, mamá e hijos. Está en juego la vida de tantos niños que serán discriminados de antemano privándolos de la maduración humana que Dios quiso se diera con un padre y una madre. Está en juego un rechazo frontal a la ley de Dios, grabada además en nuestros corazones. Recuerdo una frase de Santa Teresita cuando habla de su enfermedad de infancia. Dice que la envidia del Demonio quiso cobrarse en su familia la entrada al Carmelo de su hermana mayor. Aquí también está la envida del Demonio, por la que entró el pecado en el mundo, que arteramente pretende destruir la imagen de Dios: hombre y mujer que reciben el mandato de crecer, multiplicarse y dominar la tierra. No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo (éste es sólo el instrumento) sino de una «movida» del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios. Jesús nos dice que, para defendernos de este acusador mentiroso, nos enviará el Espíritu de Verdad. Hoy la Patria, ante esta situación, necesita de la asistencia especial del Espíritu Santo que ponga la luz de la Verdad en medio de las tinieblas del error; necesita de este Abogado que nos defienda del encantamiento de tantos sofismas con que se busca justificar este proyecto de ley, y que confunden y engañan incluso a personas de buena voluntad. Por esto recurro a Ustedes y les pido oración y sacrificio, las dos armas invencibles que confesaba tener Santa Teresita. Clamen al Señor para que envíe su Espíritu a los Senadores que han de dar su voto. Que no lo hagan movidos por el error o por situaciones de coyuntura sino según lo que la ley natural y la ley de Dios les señala. Pidan por ellos, por sus familias; que el Señor los visite, los fortalezca y consuele. Pidan para que ellos hagan un gran bien a la Patria. El proyecto de ley se tratará en el Senado después del 13 de julio. Miremos a San José. a María, al Niño y pidamos con fervor que ellos defiendan a la familia argentina en este momento. Recordémosle lo que Dios mismo dijo a su pueblo en un momento de mucha angustia: «esta guerra no es vuestra sino de Dios». Que ellos nos socorran, defiendan y acompañen en esta guerra de Dios. Gracias por lo que harán en esta lucha por la Patria. Y , por favor, les pido también que recen por mi. Que Jesús las bendiga y la Virgen Santa las cuide.»
Afectuosamente, Jorge Mario Bergoglio s.j.
Un Sacerdote (ahora Papa) planteando una guerra.. buenisimo..
Totalmente de acuerdo con Franco. Se nos olvida con este tipo de marketing del nuevo papa que este mismo estuvo completamente en contra de las leyes que el gobierno argentino creo a favor de la comunidad LGTB del país y ni hablar de sus declaraciones sobre que una mujer sea presidenta de la nación.
Lo bueno es su politica contra la pederastia q ya sea marketing o no, de esos temas son de los q realmente deberían ocuparse.
mi me pasa como al autor del texto: no me creo nada, solo veo espejismos y palabras que no significan nada. Este papa nos quiere camelar con historias de que nos acogen en su seno pero si dejamos nuestras identidades sexuales en la puerta.
No me extraña en lo mas mínimo la actitud de la «santa iglesia católica» y menos la de Bergoglio, es mas de lo mismo.
Nunca voy a entender por que hay gays que quieren ser aceptados que la iglesia? o por las religiones cualquiera sea? por que quieren ser parte de una institución que nos rechaza sistemáticamente.
Si alguien tiene la mas p… idea me avisa, por favor?
Totalmente de acuerdo, desde hace un tiempo voy leyendo comentarios de satisfacción sobre la «aceptación» de este sector, sin embargo yo no me creo absolutamente nada, creo que es solo una forma de promocionar de nuevas formas su institución, con palabras amables pero al final sin algún cambio.
A mí no me basta con que se abran o pidan perdón, lo que necesitamos es que se disuelvan y entreguen las sotanas.
El Problema es que Francisco ve como Persona a diferencia de muchos en la iglesia, Francisco quiere una iglesia que acepte a todos por igual, lo que hace que muchos se disgusten por lo que tratan de desmentirlo porque no aprueban su pensamiento, y no es solamente la aceptación a los homosexuales sino también a madres solteras y otras cosas.
La cuestión es: ¿queremos que se nos acepte o que se nos respete? Yo quiero que dejen de insultar, que dejen de considerarnos personas enfermas o inferiores. Y sobre todo, que dejen de mentir acerca de la «forma de vida gay». Pedimos respeto, no aceptación.
Para bien o para mal el mundo cambia irremediablemente en forma constante. Lo que hace apenas un par de décadas parecía imposible, cada vez más países o estados o provincias aprueban el matrimonio gay o unión civil. Si la Iglesia Católica al final de estas reuniones que convocan para ver si cambian o no, si cambian mucho, poco o nada, el resultado se verá en la aceptación o no del público sobre sus propósitos. La iglesia necesita poder para dominar. Necesita decir no a esto, no a aquello, no a esto otro, pues de lo contrario si nos deja a elección de la gente, que tenga su libre alberdrío, el poder de la iglesia se diluye, se esfuma.
El Papa Francisco organizó el mundial de la juventud en Río de Janeiro en 2013 preocupado por el abandono de los fieles católicos a su religión para pasarse a las iglesias protestantes. Si la iglesia católica no cambia,es ella la más perjudicada.
El anterior Papa Benedicto cada vez que aparecía en las pantallas de la televisión italiana, era enorme el bajón de audiencia que producía. La gente actual quiere y confía que el Papa Francisco CAMBIE la iglesia. Si por resistencias internas esto no se produce, seguirán con más ímpetu el abandono de fieles a la católica o incluso desaparecer.
Jamás una apertura de la Iglesia, por mínima que sea, va a ser radical, siempre será gradual. No podríamos hablar de palabras ni remotamente parecidas a estas hace dos décadas. Y no, o es conformismo, es comprensión. Tampoco quiero que la Iglesia me haga un favor aceptándome y también creo que debería pedirnos perdón a nosotros y a todos los grupos a los cuales a perseguido, pero no lo hará de la noche a la mañana, o tal vez nunca lo haga propiamente dicho, pero esto puede representar un nuevo plantamiento para las personas que LGBTI o no creen en la Iglesia.
Hola, como muchos aquí, también soy gay, también he vivido la discriminación de la Iglesia homofóbica, pero lo veo de una manera muy diferente. Creo que toda idea, ideología, pensamiento, y cualquier cosa es relativarelativaede cambiar, y las declaraciones del sínodo son muestra de aquello. Los pasos en instituciones tan complicadas y jerarquizada como la Iglesia son muy lentos, pero con algo deben iniciar, y esto puede se el inicio de una gran reforma. Dejar de vernos como enfermos es un paso, pero es algo que obviamente, no toda la Iglesia está modificando a la par, les invito a seguir la historia de 3 sacerdotes chilenos, que en la actualidad se ven enfrentados al cardenal de Santiago por declarar posturas a favor de los homosexuales, de los pobres y mucho más. El sínodo está dando un gran salto con todas estas declaraciones, y es algo que debemos valorarse, mas no, olvidar que no habla por toda su propia Iglesia, hay que ver cómo sigue está evolución! Saludos desde Chile!
No acabo de entender muy bien por qué seguimos dándole vueltas a esto. La Iglesia no va a renovarse, no va a abrirse a los y las homosexuales, a las mujeres, ni a nada. No por lo menos a corto plazo. Y tampoco entiendo por qué ese interés en que la Iglesia, un organismo arcaico, absurdo, que poco o nada tiene que ver con Dios, se abra a nada. La Iglesia no es Dios, es un organismo de poder creado y fundamentado a base de miedo, de superstición y de dolor y sufrimiento. Yo soy atea, pero tengo muy claro que si creyera en Dios no creería en uno que crea a todo tipo de personas y luego resulta que odia o no acepta a millones de ellas por ser «como él las ha creado». Es absurdo no tiene sentido. Tampoco creería en una Iglesia que interpreta a su Dios como le interesa para amasar poder y riqueza. Que está formada por auténticos pervertidos mentales que ven pecado en absolutamente todo. Está formada por una pandilla que porque no puede -y eso es lo que les fastidia- pero si pudiera la situación de mujeres, homosexuales, ateos y ateas y demás «disidentes» sería prácticamente idéntica a la de países como Irán o Afganistán.
A mí me da igual lo que la iglesia piense de mí, me da igual si me acepta o no. La primera que no acepto a la Iglesia soy yo, así que estamos empate a uno. Además, a mí este Papa, como los otros dos que he conocido o de los que tengo conciencia, me parece lo mismo de conservador. Porque si no lo fuera no hubiera llegado a donde está ¿o de verdad alguien cree que la empresa Iglesia S.A va a permitir dejar el negocio en unas manos que no cuiden la tradición que los ha hecho inmensamente ricos y poderosos? evidentemente no.
Algún día, cuando se queden sin clientela, igual cambian de parecer con respecto a los y las homosexuales -el negocio es el negocio-, pero desde luego ahora mismo aún tienen clientela homófoba de sobra como para aguantar unos veinte, treinta, cuarenta o incluso cincuenta años más con el mismo discurso. Allá se las campaneen, por mí como si opinan que el cielo es verde pistacho.
Evolucionar, transformar, destruir, morir, renacer…la Iglesia, -como tantas otras instituciones-, esta cristalizada, no saben ni dónde van la mayoría, intentan de todo para hacer ver que se «modernizan» aunque sea a su manera, pero en realidad esta tan anclada a su historia y su tradición de sufrimiento que lo que tendrían que hacer desaparecer, -y que surjan nuevas visiones de verdad, no de ir amasando harina podrida- pero todo a su tiempo, caerá por su propio peso, debe de ser así para el bien común.. xD.
Por suerte hay otros movimientos que ven que la gente cambia y no se quedan ahí juzgando todo el tiempo, sino ayudando a progresar de otra forma, lo que sirvió en un pasado remoto se puede utilizar, sí, pero afín a los tiempos que corren, por favor!
El viejo testamento es todo destrucción i venganzas y el «Dios» es furioso…parece que quieran seguir ahí, es un desastre total…