Hoy nos vamos hasta Italia, un país del que lamentablemente hemos tenido que hablar bastante en los últimos tiempos por la situación en la que viven los gays italianos, y que ha saltado a la palestra de nuevo por el funeral del cantautor Lucio Dalla. Un funeral que ha puesto en evidencia la hipocresía reinante en el país vecino.
Lucio Dalla es un importante cantautor italiano. Fallecido en Suiza la semana pasada a causa de un infarto, Dalla, ferviente católico, vivió su homosexualidad con discreción. Una discreción que se ha roto en su propio funeral, y que ha removido la conciencia de buena parte de la sociedad italiana por la forma en que deben vivir los homosexuales en un país en el que la sociedad es bastante conservadora en materia de derechos LGBT y en el que las directrices del Vaticano todavía marcan el día a día de la vida política y social para una parte importante de la población del país.
En los obituarios de la prensa, nadie mencionó nada de su vida privada. Ni siquiera que tenía pareja, un joven de 31 años que había quedado roto por el dolor. La prensa, simplemente decía que apenas tenía familia directa. Una situación que ha quedado en evidencia en el funeral que por el alma del cantautor se celebró en la basílica de San Patronio de Bolonia y al que asistieron 7.000 personas en el interior del templo, junto a otras 70.000 personas más que había en la plaza exterior.
Tras la Eucaristía, y casi al finalizar la celebración, la pareja de Dalla, Marco Alemanno, leyó emocionado la letra de la canción ‘Le Rondini’, acabando entre lloros y aplausos de los asistentes con un sencillo y sincero “Adiós Lucio, te lo debo todo”.
La intervención de Marco Alemanno en el funeral, presentado como amigo en el último adiós a una de las voces más emblemáticas del país, ha provocado revuelo en una Italia que ha llevado a muchos a preguntarse cómo es posible que no se permita a una pareja gay conformar su unión de una forma legal, viendo la situación en la que han vivido Marco y Lucio.
Entre los italianos que han reaccionado a la aparición de Alemanno en el funeral de su pareja destaca la de la periodista Lucia Annunciata. En su programa dominical de la estatal RAI-3, la periodista italiana afirmó sin tapujos que “El funeral por Lucio Dalla es uno de los ejemplos más fuertes de lo que significa ser gay en Italia. Vas a la Iglesia, te conceden los funerales y te entierran con el rito católico. Basta que no digas que eres gay. Es el símbolo de lo que somos. Hay permisividad, siempre y cuando miremos para otro lado”.
También desde el periódico La Repubblica publicó ayer un editorial titulado “Dalla, el compañero rompe en la iglesia el velo de la hipocresía”, en el que informaba que ni el obispo ni su auxiliar oficiaron el funeral, ya que fue oficiado por un sacerdote dominico, una orden con la que mantenía una estrecha relación el artista.
La verdad es que es lamentable, y frustrante, convivir con tu pareja durante años, y no poder ejercer de “pareja oficial” ni en los momentos más dolorosos de su fallecimiento por culpa de unas leyes frías y absurdas que te obligan a presentarte en su funeral como un “amigo”. Esperemos que el funeral de Lucio Dalla sirva para remover conciencias de verdad, y para permitir una progresiva apertura de la sociedad italiana. No pedimos nada extraño, simplemente, pedimos vivir nuestra vida, y nuestra muerte, con normalidad. ¿Tan complicado es de entender?.
Vía I La Vanguardia
Eso es lo que más me duele de ese país precioso que es Italia, más allá de la abierta homofobia de la Iglesia y que, por el inmenso poder que tiene en gran parte de la sociedad italiana, sea difícil de escapar de sus «negras garras».
Y es el hecho de que los personajes públicos homosexuales (armarizados o no) de aquel país, no sólo no hacen prácticamente nada para -desde su posición privilegiada- ayudar a que la situación de los LGBT allí mejore siquiera un poco, sino que unos cuantos de ellos se declaran «fervientes católicos» (¿masoquismo?¿mentira como escudo contra ataques?¿pijos insolidarios como D&G…) e incluso votantes del partido del homófobo Berlusconi (Franco Zeffirelli, por ejemplo).
Y de esa manera están alimentando a instituciones que les discriminan y atacan abiertamente.
Casi el único ejemplo que me viene ahora a la cabeza ahora de dignidad personal en este aspecto es Tiziano Ferro. Y eso resulta muy desolador.
Resta in Pace, Lucio Dalla.
Saludos.
Nacho, pero sí bien las condiciones son muy complicadas en Italia, cuando se trata de derechos para los homosexuales, también la forma como se manejó la situación de Dalla dependió de la manera «DISCRETA» como él quiso vivir su vida. Podríamos dedicarnos a culpar al Papa y su podrida institución (y es que llevan gran parte de la responsabilidad por la suerte de los homosexuales), pero también hay mucho que contar acerca de un señor, por lo demás reconocido mundialmente, que se dedica a vivir su vida de manera «DISCRETA». Creo que es una cosa de parte y parte: las condiciones sociales y la falta de determinación de muchos gays. Si existen coléctivos en Irán, Egipto o Camerún: ¿Será imposible salír del armario en Italia? Lamento la muerte de Dalla pero no lamento la vida que pudo haber llevado en la clandestinidad porque fue lo que él eligió.
Totalmente de acuerdo contigo. Él eligió vivir así, de una manera discreta, y ya está. Y su funeral es la consecuencia de su estilo de vida.
Lo único que espero es que el funeral sirva para abrir el debate de cómo viven muchos gays italianos, y de la injusticia que supone no tener leyes que igualen los derechos de todos por igual. Algo así quizás pueda servir para remover conciencias de mucha gente, y en particular, de la conciencia de muchos famosos italianos que viven cómodamente dentro del armario y tampoco hacen nada por mejorar la vida de sus conciudadanos desde su privilegiada situación. ¡Saludos!
Una pequeña corrección, es la basílica de San Petronio, con e.
¡Tienes toda la razón del mundo! Se me fue el dedo al teclear, y no me había dado ni cuenta ¡Gracias!