Hacía mucho que no os contábamos alguna salida del trasto homófoba proveniente del Partido Popular. Todavía resuenan aquellas voces que, para defender la boda de Maroto, decían que en el PP el matrimonio igualitario estaba perfectamente entendido. Bueno, pues todas las voces ya sabemos que no, pero hay una, en concreto, que ocupa un alto cargo y, más allá del matrimonio, es con la homosexualidad con la que tiene un problema.
Hace unos días, el todavía ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, dio una entrevista a La Vanguardia. En ella se le preguntó sobre la homosexualidad.
En concreto, se le preguna sobre qué pasaría si su hijo fuera homosexual. Rotundo, niega la mayor con un «No lo es». El periodista insiste en que es sólo una hipótesis a lo que el ministro dice que intentaría ejercer como padre y en el caso de que se casara con un hombre «Me llevaría un disgusto, la verdad». Dice, eso sí, que estaría a su lado ayudándole como padre. Un padre disgustado, claro.
Hay que recordar que Jorge Fernández Díaz, que se considera católico practicante y de misa diaria, fue uno de los impulsores del recurso del PP contra el matrimonio igualitario, algo que volvería a hacer sin dudar.
Como no le deseo ningún mal a nadie, ojalá un hijo suyo lo fuese, porque ya sabemos que no tiene nada de malo.
No le damos a este asunto la importancia que tiene, si en lugar de decir que se llevaría un disgusto porque su hijo se casara con alguien de su mismo sexo, dijera que se lo llevaría si su hijo se casara con alguien de otra raza, el escándalo le llevaría a dimitiry la presión mediática sería insoportable.
Los racistas ya saben que sus comentarios están fuera de lugar, y que de pensar así, se lo tienen que guardar para ellos mismos, consigamos que ocurra lo mismo con los homófobos.
Un disgusto? Para disgusto el que le voy a dar yo votando en las urnas a su archienemigo Pablo Iglesias el 20D. A ver si en el futuro van metiendo en la carcel a estos corruPPtos, franquistas y homófobos peperos.