El primer ministro australiano, Tony Abbott, es famoso por aquellos lares por sus políticas de oposición al matrimonio. Y ahora, un grupo de estudiantes de este país ha puesto contra las cuerdas al primer ministro australiano por el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Tonny Abbott se sometió el pasado viernes a las preguntas de un grupo de nueve estudiantes del Newtown High School of the Performing Art en los jardines del parlamento australiano. Entre preguntas de temas ambientales o el asilo, surgió la pregunta del matrimonio.
Una de las estudiantes preguntó al primer ministro los motivos por los que estaba en contra de legalizar el matrimonio gay, y Tonny Abbot se escapó como pudo de la pregunta, explicando que no estaba en contra de las relaciones gays, pero que suponía que era un problema de definiciones.
El problema surgió cuando otro estudiante apuntó que tenía un montón de amigos homosexuales y que era una pena que pensar que no se podía casar por el simple hecho de ser gays. Entonces, el primer ministro australiano decidió cortar por lo sano advirtiendo que tomaba nota de todo y que era mejor cambiar el tema…
Un tema incómodo y muy difícil de explicar antes sus conciudadanos para políticos conservadores como el primer ministro australiano. Aún así, y pese a todo, es de valorar que el primer ministro de un país se someta a las preguntas sin preparar de un grupo de estudiantes. En este asunto, como en todo, las comparaciones son odiosas…
Aquí os dejamos un vídeo del encuentro.
Vïa | The Guardian
En Ambiente G | La capital federal de Australia aprueba el matrimonio y el gobierno del país anuncia que lo impugnará
Fotografía | Facebook de Tony Abbott
¿Australiano o italiano? Supongo que el primero XD
¡Tienes razón! Es australiano… Se me ha ido la cabeza al escribir. Menos mal que en el resto del texto está bien puesto. ¡Gracias por el aviso! 😉
Pf, se oponen a algo y no saben explicar por qué lo hacen.
Pues yo me opongo a las camisetas verdes con rayas rojas y azules. Y no me pregunten por qué, total, ahora no hay que dar explicaciones, aunque seas primer ministro y no estemos hablando de camisetas sino de personas.
Abbott fue allí a cultivar su popularidad, así que no me extraña que huyera de temas polémicos, y más frente a un público joven… los jóvenes somos el grupo poblacional más a favor de abrir el matrimonio a los homosexuales según ñas encuestas, así que justificar su postura homófoba con argumentos homófobos solo iba a empeorar su imagen todavía más.
Siempre la misma excusa política. Aseguran no estar a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo por la definición o uso que se hace de la palabra; y en lugar de buscar una alternativa que nos iguale y nos cubra a todos, deciden intentar anular una realidad. Y todo para encubrir que lo que les incomoda es la homosexualidad por sí misma. Si a mí no me gusta el cocido, no porque se le cambie el nombre me empezará a gustar. Y lo que no puedo responder cuando me pregunten porqué estoy en contra de comer cocido es «no es que no me guste el cocido, no tengo nada en contra de los garbanzos. Es la palabra con la que se lo define con lo que no estoy de acuerdo». Estoy dando a entender que si en vez de cocido se le llamara «saskesishcuach» sí que me lo comería… cuando seguiría estando en contra de comer algo así. Así que esa respuesta que ha dado este señor es solo la alternativa más aséptica e inocua de no dar mala imagen a propósito. No quiere que dos hombres o dos mujeres sean iguales que un hombre y una mujer… y punto. Pero claro… los votos son los votos así que es mejor dar una respuesta que no conteste a nada.