En el pasado 2008, el parlamento de Burundi aprobó un proyecto de ley en el que tipicaba la homosexualidad como un delito, que podría ser castigado con penas de hasta dos años de cárcel.
Ahora, y tras las presiones ejercidas por diferentes grupos de derechos humanos sobre el gobierno del país, el Senado de Burundi ha votado por despenalizar la homosexualidad.
Y además, ha sido por una mayoría abrumadora, ya que el 83% de los 43 senadores votaron contra la criminalización de la homosexualidad en el país.
Sin duda, una buena noticia para el colectivo LGBT mundial. Esperemos que otros países de su entorno vayan tomando buena nota de lo que han votado los senadores burundeses.
Vía I Universo Gay
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