Y mientras esperamos el resultado de la votación del Senado de Nueva Jersey, tenemos que lamentar un nuevo revés para los derechos de los gays en Estados Unidos. En Nueva York, el Senado del Estado rehazó el pasado miércoles la legalización de los matrimonios gays, al ser rechazada por 38 votos negativos, frente a 24 afirmativos.
A pesar del amplio apoyo recibido tanto por la Asamblea del Estado, que en mayo pasado aprobó el matrimonio gay por 89 votos a favor y 52 en contra, como por figuras como el gobernador David Paterson, o el alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, la propuesta no ha podido salir adelante finalmente en el Senado neoyorkino. Una auténtica pena.
Vía I ADN
En Ambiente G I La Asamblea de Nueva York aprueba el matrimonio gay
Me cuesta entenderlo :S
Sonia, a mí también me cuesta entenderlo. Ahora mismo, parece que siendo gay se vive mejor en New Hampshire (cómo me gusta esa ciudad), que en el mismísimo Nueva York, origen, cuna y meca de la libertad. Yo vuelvo a decir lo mismo que he dicho otras veces. Ya nuestro profesor de Geografía de los Países de Habla Inglesa de la universidad nos lo dijo. La cultura de los estadounidenses es muy de «recorro el país, me mudo a otro Estado y cambio de aires para empezar de nuevo». Ellos son muy de hacer eso. Pues, siendo y pensando de esa manera, yo no me quedaría viviendo en un lugar donde se me considera inferior… un ciudadano cuyas libertades y derechos merecen ser votados o decididos por los demás, que si lo hacen es porque se creen superior a mí. Yo te lo digo, yo vivo en EEUU y me pasa esto, y me largo a la otra punta del país. Si todos los gays se fueran a vivir a los cinco estados que permiten el matrimonio y abandonaran el lugar en el que viven, las migraciones económicas iban a ser tremendas. Ahí sí que nos íbamos a hacer notar. Si no me consideras igual a tí, mi dinero tampoco es igual que el tuyo… así que me voy a donde sí me quieran… a mí y a mi dinero. Cuando los impuestos comenzaran a subir porque hay que mantener los mismos gastos pero con una población diezmada, íbais a ver cómo nos echaban de menos.