A pesar de los avisos de suspensión de la marcha, finalmente las autoridades lituanas entraron en razón y permitieron celebrar la marcha del Orgullo el pasado sábado. Una marcha que lamentablemente sufrió el ataque de los ultraconservadores a pesar de los más de 800 policías que se desplegaron para proteger a los asistentes a la marcha, que discurrió por las calles de la capital lituana bajo el lema «Por la igualdad».
A la marcha del Orgullo acudieron casi medio millar de personas, entre las que se encontraban sólo dos diputados lituanos, pero sí una numerosa representación de ong’s internacionales y de miembros del cuerpo diplomático acreditados en Lituania, eurodiputados y políticos de diferentes partes de Europa. Entre los políticos asistentes cabe destacar la presencia de Birgitta Ohlsson, ministra sueca para Asuntos de la Unión Europea.
Lamentablemente, tal y como he dicho al principio del post, la marcha no pudo desarrollarse en paz, ya que había convocada a la misma hora una contramanifestación para protestar contra la marcha gay, a la que acudieron un millar de personas deseosas de impedir que un grupo de ciudadanos lituanos se manifestara de forma pacífica y democrática por la igualdad de todos los habitantes de Lituania.
De hecho, no contentos con convocar la contramanifestación, los ultraconservadores lanzaron bombas de humo mientras trataban de atravesar la barrera policial que les separaba de los manifestantes por derechos gays. Por suerte, unos 800 policías, muchos de ellos a caballo, impidieron a los violentos acercarse a la marcha del Orgullo para agredir a los asistentes, y detuvieron a 19 personas, mientras los ultraconservadores lanzaban piedras contra la propia policía.
La ministra sueca para Asuntos de la Unión Europea, Birgitta Ohlsson, afirmó durante la manifestación que «estamos aquí porque creemos en una sociedad justa. Las etiquetas son para los expedientes, para la ropa, no para la gente». Hoy estamos aquí para quitar las etiquetas a las personas».
Unas palabras que resumen a la perfección el espíritu de la marcha, y de las constantes y justas reividicacaciones que tiene nuestro colectivo en todo el mundo. Ójala que dentro de no mucho, mucha más gente piensa como Birgitta Ohlsson. El mundo sería sin duda un lugar más feliz.
Vía I Univisión
En Ambiente G I Lituania suspende el Orgullo Báltico
Ha quedado claro, quien sabe comportarse y quien no
Si la unión europea desplazase a una buena representación de sus instituciones a estos actos (en número y representatividad) quedaría muy claro que entre los valores europeos está la plena aceptación de la diversidad afectiva y sexual.
Un aplauso por Suecia, siempre tan a la vanguardia en desarrollo de las libertades, y todos los que acudieron en apoyo de los homosexuales lituanos.
Y como allí, no sobra el apoyo en otros países presuntamente europeos.