Los homófobos no descansan en ningún lugar del mundo. Aunque últimamente, salvando el caso de California, las cosas no les están saliendo demasiado bien.
En El Salvador, la Asamblea Legislativa ha rechazado prohibir los matrimonios gays.
Y además, no es la primera vez que sucede esto, ya que es la tercera vez que intentan prohibir el matrimonio, aunque las tres veces les ha salido el tiro por la culata.
Los anti matrimonio pretendían ratificar la reforma de los artículos 32, 33 y 34 de la Constitución de la República, que permitiría limitar el matrimonio al enlace entre un hombre y una mujer, así como prohibir la adopción de niños por parte de gays.
Los argumentos de los anti bodas, los de siempre: la reforma constitucional es necesaria para fortalecer los valores morales de la sociedad salvadoreña. Bla bla bla.
Como el intento de prohibición no salió adelante, el diputado del partido Arena, Donato Vaquerano, afirmó que no iban a parar la lucha para prohibir los matrimonios gays, y que pensaban recoger millones de firmas para lograrlo.
Como era de esperar, también la Iglesia Católica salvadoreña ha entrado en el debate, pidiendo a los diputados que aprobaran la prohibición de los matrimonios entre personas del mismo sexo, unos enlaces que ha calificado como de “aberración”.
Vía I La Página
¡que ganas de fastidiar!
Aberración es el comportamiento de la «Iglesia católica» con los menores a su cargo, y que yo sepa, no solo no se les prohibe, si no que no se les condena, ni pública, ni judicialmente.
CURAS PEDERASTAS A LA CARCEL YA.
No esperaba menos de la iglesia y de los homófobos, no entiendo porque son asi, si Cristo predicaba amor, porque a ellos les molesta tanto el amor que se tienen las perosnas, iré a golpearlos.
Yo sería feliz simplemente metiendo a toda esta gentuza, si es que llegan hasta ese calificativo (cosa que dudo mucho, pero bueno, por llamarles algo), en una habitación llena de gays y lesbianas liándose y teniendo MUCHO amor. Qué mejor sufrimiento que el propio temor. 😀
Qué bien que no fue ratificada la homófoba enmienda a la Constitución de la República de El Salvador. Se supone que hay que progresar creando una sociedad más justa, participativa y decente donde todos los ciudadanos tengan los mismos derechos y la libertad de ser según su propia naturaleza, pero lamentablemente hay tantos que no renuncian a la agenda heterosexualizante y quieren conservar al país -soy salvadoreño- en una situación anacrónica. Da pena haber escuchado a los mentados «Padres de la Patria» argumentar con citas de la Biblia y doctrinas de religiosas en el Congreso. Da pena escuchar a líderes religiosos dando opiniones homofóbicas movidos por el odio piadoso porque de los gays no sacan dinero. Espero que no prospere esta funesta enmienda y que quede destinada al archivo como un tributo a la estupidez de diputados mal llamados cristianos.
Eso esperamos todos, Laticlaviusx. Kin, probablemente, si se molestaran en conocernos un poquito más, acabarían con esos prejuicios.