Ciertamente, nunca imaginé que en nuestra vecina Francia podría suceder lo que estamos viendo en estos días. Manifestaciones, agresiones homófobas, acoso a diputados… El país vecino vive en estos días en un revuelo constante por la aprobación mañana del matrimonio en el parlamento francés.
Un ambiente hostil que se produce pese a que la gran mayoría de los franceses apoya el matrimonio, según las encuestas. Pese a este apoyo mayoritario de los franceses al matrimonio, en consonancia con los países de su entorno, las fuerzas de derecha han azuzado a los franceses a salir a la calle para tratar de frenar la iniciativa que previsiblemente será aprobada mañana por los diputados franceses.
En el Parlamento francés, un diputado de derechas llegó a decir que con la adopción de niños por parte de parejas homosexuales se estaba asesinando a los niños, olvidando que hay multitud de casos de palizas a niños en familias heterosexuales, o que los niños están mejor con una familia que en un hospicio.
Y al final, los llamamientos a la movilización han superado a los políticos, creando un ambiente de homofobia como nunca se había visto en Francia. La situación ha desbordado a los políticos y a los organizadores de la oposición al matrimonio, Manif pour Tous, ante el silencio cómplice de la Iglesia y de buena parte de la derecha francesa.
No es bueno hacer comparaciones, porque además no son casos comparables, pero este silencio cómplice de un sector de la derecha francesa recuerda al silencio de buena parte de la sociedad gala cuando los nazis detuvieron a miles de franceses de origen judío hace unas cuentas décadas.
El propio presidente francés, François Hollande, ha denunciado ante la opinión pública francesa las agresiones homófobas que se han producido en distintos puntos de Francia, recordando que las manifestaciones siempre son respetables en democracia, siempre que no acaben en agresiones.
Ayer mismo, una nueva manifestación de opositores al matrimonio homosexual recorrió las calles de París, aunque por suerte, la cifra de asistentes fue bastante menor que en las anteriores convocatorias. Una cifra que pudo ser más reducida por la vergüenza de muchos franceses que se oponen al matrimonio pero que no apoyan la situación de violencia homófoba que se ha instalado en el país desde hace unas semanas.
La ministra de Justicia, Christiane Taubira, calificó a los opositores al matrimonio como de «escupidores de odio». Una afirmación muy cierta que plasma a la perfección lo que está pasando en las calles, pero también la red. Mirar la web de Têtu, y las informaciones que aparecen en su portada sobre las agresiones homófobas en el país vecino pone los pelos como escarpias a cualquiera, y un vistazo a las redes sociales provocan el mismo efecto.
Como anécdota, el pasado domingo colgué en mi perfil de Instragram una fotografía de apoyo al matrimonio en Francia, junto a la que además de expresar mi apoyo a la ley, escribí que en España se aprobó el matrimonio en el 2005, y que el país todavía existe.
Y entonces, un tipo me respondió riéndose que tras la aprobación, España entró en crisis, acompañando su estupidez con el hastag #mariageentrehommeetchien.
En fin, esperemos que al final todo transcurra como debe ser, mañana los diputados franceses aprueben de forma mayoritaria la ley, y poco a poco, las cosas vuelvan a la normalidad en el país vecino. Sin duda, sería una lástima que la homofobia de unos cuantos se instalara en el corazón de la Unión Europea, sobre todo teniendo en cuenta que la mayoría de la población francesa apoya que todos seamos iguales ante la ley.
Foto I Princemarchenry
Tick, tack, tick, tack…
Claro, la culpa de la crisis la tienen los maricas, bolleras y demas degenerados que pupulan estas tierras. No tienen nada que ver los incompetentes de políticos que tenemos (de un partido u otro), la buburja inmobiliaria que se creó antes de aprobarse el matrimonio igualitario (por mucho que otros no lo quieran creer) y que al final explotó, como todas las burbujas hacen, la corrupción en las cúpulas de los bancos… y podría seguir pero para qué, si el único motivo de la crisis y todos los males del mundo es la homosexualidad, demostrado científicamente, bueno, científicamente no, mediante métodos divinos.
Se nota que el que escribio este articulo no sabe de la ley de Godwin. Ese tipo de comparaciones con el nazismo son flojas y desvirtuan el argumento…
Los argumentos de esta gente es dar palizas mientras que nuestros argumentos es hacer nuestra vida sin dañar a nadie y los hijos que adoptan parejas homo no les hacemos daño nosotros, les hacen daño ellos y sus hijos con la educacion que les dan a sus hijos para que jodan a los nuestros con violencia por ser «hijos de maricones o lesbianas».
Hipocritas y sin verguenzas y muchos de ellos seran creyentes, pues guardando tanto odio se iran con nosotros al infierno, si es que eso existiera claro.
Escupidores de odio, nunca mejor dicho, ojala salgan de su ignorancia esos homofobicos…