La crisis entre los sectores más progresistas y los más conservadores de la Iglesia Episcopaliana Norteamericana viene de atrás.
Y los riesgos de división en el seno de los anglicanos por la aceptación del matrimonio gay eran cada día más probables.
Finalmente, la ruptura de la Iglesia Episcopaliana ha llegado, tras la firma el pasado 3 de diciembre de un acuerdo para la creación de la Iglesia Anglicana de Norteamérica por parte de cien mil fieles episcopalianos conservadores.
A este acuerdo se han adherido ya unas 700 parroquias, junto a cuatro diócesis norteamericanas que se han agregado en bloque. Concretamente se han unido las diócesis de Pittsburgh, Forth Worth (en Texas), Quincy (en Illinois) y San Joaquín (en California).
La Iglesia Anglicana de Norteamérica se convierte de esta manera en una alternativa para aquellos anglicanos que quieren separarse de las comunidades que aceptan la ordenación de los homosexuales y los matrimonios homosexuales, pero que no quieren dejar de ser anglicanos.
La nueva iglesia tiene previsto pedir su integración en la Iglesia Anglicana de ámbito mundial, aunque no está claro si será aceptada, ya que en en territorio norteamericano ya está implantada la Iglesia Episcopaliana.
La división ha venido provocada por el malestar existente en estas diócesis por las tendencias progresistas de la Iglesia Episcopaliana, y en especial, por la aceptación del matrimonio entre personas del mismo sexo.
La división en la Iglesia Episcopaliana se remonta al 2003, tras la ordenación de un gay reconcido como obispo, Gene Robinson. Una ordenación que causó un gran revuelo en bastantes diócesis anglicanas, especialmente de las africanas y las hispanoamericanas.
La Conferencia de Lambeth, celebrada este mismo 2008, debía dar solución al previsible cisma episcopaliano, algo que no pudo ser, al finalizar sin ninguna solución concreta al conflicto, y con las posturas más enconadas por parte de los dos sectores que se estaban conformando.
Ya en la conferencia celebrada en Jerusalén el pasado mes de junio, unos 300 obispos anglicanos de África, Australia, Hispano América, Gran Bretaña y Estados Unidos constituyeron una organización paralela que se opone a la aceptación del matrimonio gay.
Esta organización paralela, conocida como la Fellowship of Confessing Anglicans, representa a 36 millones de personas, lo que supone la mitad de los fieles anglicanos, y a un tercio de los obispos de esta iglesia.
Vía I COPE
Pues mira mejor, cuanto mas se vayan recogiendo y separando entre ellos mismos mas facil sera tenerles fichados y puede que algun dia hasta podemos hablar sin temor a equivocarnos de una Iglesia que de verdad se guía por un mensaje de amor hacia todos los seres humanos, y una iglesucha que solo busca sus propios intereses y que solo respeta a los que les viene en gana.
Estas controversias me parecen tan ridiculas y fastidiosas. Desde hace mucho no dejo que…no se mi como llamarlas…¿credos? bueno, estas cosas influyan en mi vida. No creo en cristos ni dioses ni alases ni brahmas o zoroastros y me parece a estas alturas del siglo que la controversia religiosa con respecto a la homosexualidad esta completamente superada y quienes la siguen manteniendo y alimentando, tanto de un lado como de otro son, pues eso mismo, ridiculos.