Probablemente, en San Petersburgo todavía estarán las carcajadas que he soltado al leer el titular de esta noticia. Y agarraos, que hay curva… La última del nuevo zar de Rusia, Vladimir Putin, es que si Berlusconi fuera gay, la justicia no lo habría tocado.
Y el todopoderoso presidente de Rusia se ha quedado así de ancho tras soltar estas palabras. Unas palabras un poco extrañas para un político que dice que no tiene nada contra los gays, pese a que está impulsando leyes para liquidar la homosexualidad de la escena social rusa.
Durante su intervención en una sesión del club internacional de debate Valdai, y haciendo referencia a los procesos judiciales a los que se está enfrentando su buen amigo Berlusconi, Putin asegura que le están juzgando por vivir con mujeres, ya que si fuera homosexual, nadie le pondría un dedo encima.
Un dedo, no lo sé, pero desde luego, la mano bien cerrada para golpear con saña sí que la están usando grupos de conciudadanos de Putin para agredir de forma salvaje a los ciudadanos LGBT rusos que caen en sus manos ante la pasividad de las autoridades. Y ahí sí que podemos decir que esas palizas y violaciones, nos la sufrirían los adolescentes LGBT rusos si fueran heterosexuales.
Vía I El Mundo
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¡Que asco de tío!
Tanto monta monta tanto el ruso como el italiano.
Menudo par de dos misóginos, homófobos y fascistas que se han juntado. Siempre que los veo en fotos o por la televisión me dan ganas de arrojarla por el balcón.
Si él no fuese Vladímir Putin, uno de los hombres más poderosos del mundo, mal que nos pese, hace tiempo que debería haber sido juzgado por crímenes contra la humanidad por las atrocidades del ejército ruso en Chechenia, denunciadas por la periodista Anna Politkovskaya, misteriosamente asesinada por decir verdades que a cierto repugnante ex agente de la KGB, homófovo a ultranza, le hicieron sentir pero que muy incómodo.