Hace sólo unos meses, la campaña pintaba bastante bien el líder de los conservadores británicos, David Cameron. La crisis económica y los escándalos de los laboristas parecía que lo aupaban en las encuestas. Pero conforme pasan los días, la campaña se le va haciendo más cuesta arrriba a este político que ansiaba por ocupar Downing Street próximamente.
A la irrupción en campaña del líder de los liberales británicos Nick Clegg, que está quitanto protagonismo tanto a laboristas como a conservadores, hay que sumarle pequeños tropiezos que le van surgiendo, como la bronca que le cayó de un padre con un hijo discapacitado en un acto electoral, o la aparición de un caso de homofobia entre los candidatos del Partido Conservador.
El homófobo en cuestión se llama Philip Lardner, y es candidato por North Ayrshire, en Escocia. Y el escándalo en cuestión surgió cuando a Lardner se le ocurrió reflexionar en su blog personal sobre la homosexualidad, con una sabiduría y un sentido común que deja sin sentido a cualquiera, al afirmar que
En mi opinión, la homosexualidad no es un comportamiento normal.
Lardner, que ya había sido anteriormente expulsado y posteriormente readmitido, por citar como uno de sus héroes a un líder racista de Rodesia, Ian Smith, fue expulsado, supongo que ya de manera definitiva, del partido del líder tory.
El problema que tienen los conservadores británicos es que este no es el primer caso de homofobia que se produce durante la presente campaña electoral, a pesar de los intentos de los máximos dirigentes del Partido por mostrar una imagen abierta respecto a los derechos del colectivo LGBT.
En este sentido, hace unos días, el que es portavoz de interior de los conservadores, Chris Grayling, defendió a un matrimonio que había rechazado en su hostal a una pareja gay. Como es natural, las organizaciones LGBT británicas se preguntan si la reacción hubiera sido la misma si el matrimonio no hubiera hospedado a una pareja musulmana o de color.
Vía I El País
Espero que cunda el ejemplo.
Esta es una de esas situaciones en las que tengo que leérmelo en su idioma original y en contexto. Más que nada porque así, la frase suelta, no me parece taaan bestia. Porque claro, tenemos el término «normal» en un sentido cuantitativo y estadístico y entonces lo que dice es cierto, tiene sentido y no me parece mal, pero claro, si luego te vas por el sentido cualitativo y descriptivo, entonces va teniendo otro matiz muy diferente. Por eso creo que, para que lo hayan echado del partido, la frasecita debe estar rodeada de otras perlas que la rematen…
Pues me alegro mucho que lo hayan echado. Cómo es posible que pueda haber representantes del pueblo con esta mentalidad tan retrógrada. Alguien con un puesto así debería ser más responsable a la hora de expresar su pensar sobre un tema como éste.
lo que no es un comportamiento normal es el suyo
Gente con ánimo de atacar a otros porque no son como él no sirve para nada, solo para extinguir el poco entendimiento humano de algunos y acrecentar el odio en otros. Bien que lo hayan echado