No todos los gays vamos al gimnasio. Ni a todos los gays les gusta la moda, van punta en blanco todo el día, ni sus casas están decoradas al detalle. En Ambiente G lo hemos dicho un millón de veces, cada gay es un mundo, y aunque los estereotipos gays siguen campando a sus anchas, hay gays deportistas, y gays que no lo son. Gays que tienen casas maravillosas, y otros que que no. Gays que trabajan en el ámbito de la moda, o de la comunicación, y gays que son charcuteros o que instalan alarmas.
El caso es que ahora, una investigadora británica de la Anglia Ruskin University de Cambridge llamada Ashley Brooks va a realizar una tesis en la que entrevistará a 1.000 hombres británicos para ver como esta imagen estereotipada de gay perfecto que aparece en series y películas como Sexo en Nueva Yor o La boda de mi mejor amigo afecta a la autoestima de los hombres.
Según afirma esta investigadora, esta imagen de hombre perfecto que los medios de comunicación suelen difundir cuando hablan de los gays, como hombres guapos, que se cuidan y con una imagen arrolladora, puede afectar a la autoestima del resto de los hombres que no se ajustan a estos estereotipos, sean gays o heterosexuales.
Con este estudio, esta psicóloga quiere delimitar el ‘homoprejuicio ambivalente’, o lo que es lo mismo, la presión de los hombres gays que creen que no están a la altura de los estereotipos de hombre gay guapo y perfecto.Valores que según Ashley Brooks son en principio positivos, pero que realmente provocan problemas de depresión y de falta de autoestima en muchos hombres gays, asemejándose mucho a las depresiones que tienen muchas mujeres que no se parecen en absoluto al modelo de super woman que suelen vender los medios de comunicación.
Estos problemas pueden incrementarse en los adolescentes homosexuales, que pueden estresarse por no cumplir con esos estereotipos gays en un momento en el que todavía se están formando. ¿Qué opinas del objeto de investigación de esta tesis? ¿Piensas que los hombres gays estamos sometidos a la presión que afirma esta psicológa, o aunque existe el estereotipo de hombre gay perfecto, luego cada uno sabemos cómo somos y no nos dejamos afectar por esa supuesta presión mediática y social para ser el amigo gay perfecto que toda chica hetero querría tener?
Vía | Anglia Ruskin University
Hola AmbienteG. Soy fiel lector vuestro desde hace ya varios años. Sin embargo, nunca había comentado en vuestro blog hasta ahora, quizás porque nunca me había sentido tan llamado a hacerlo.
Soy uno de esos adolescentes que a menudo sufren frustración, cuando no angustia, al ver que, aunque gracias a años de lucha ardua, el colectivo LGBT+ ha conseguido grandes logros para visibilizarse y poder conquistar el derecho a que se nos reconozca la «normales» que somos, la aceptación de la sociedad parece que sólo se ha ido incrementando en ciertos sentidos. Me intentaré explicar mejor: la presión de la que habláis existe, convivo con ella día a día, los propios chicos gais con los que tengo relación (buena) la aplican de forma más o menos consciente al tiempo que la sufren. He tenido varias conversaciones con personas que me han venido a decir que es natural no cuidar al máximo el aspecto, no entender de marcas de ropa, no saber cuándo sale el último de Fangoria. Lógicamente, acudo a la exageración para que se me entienda ya que nunca textualmente se ha dicho así, sino que, como nosotros podemos saber por desgracia debido a la homofobia, hay miles de formas de expresar una idea o discriminar y decirlo abiertamente es sólo una de ellas. El caso, es que ellos mismos reconocen que, sorpresa, no siempre han nacido coincidiendo por casualidad con ciertas actitudes o imágenes que socialmente se esperan de un hombre gay, sino que las han tenido que desarrollar y sólo entonces sus relaciones personales y afectivas han mejorado mucho. Esto es lo que me parece grave. No quiero que se interprete esto como una crítica a quien de manera natural coincide en efecto con lo que es «un gay de verdad»: la plumofobia, por ejemplo, es un problema, y está ahí. No voy contra nadie (y menos contra Fangoria, dios me libre), y sé que antes de que las personas que cumplen con los patrones hayan sido mínimamente aceptadas han sufrido mucho por ello. Pero creo que sería un error que desde el activismo se olvidase este otro problema, todos tenemos en nuestra mente la figura del joven gay que apenas lo acaba de hacer público y no tiene ni mucha idea del mundillo, no conoce el «ambiente», tiene que aprender a desenvolverse. En cierta forma, todos lo hemos sido. Ahí es donde voy yo: el «ambiente» no es un espacio neutral, no sólo es donde hay hombres gais y ya, sino que propugna gustos, personalidades, formas de ser, etc, que por sí no tienen nada de malo, pero sí, acaban al fin y al cabo «uniformando» a la gente, obligándolas a pasar por ese aro. Al fin y al cabo, ¿no era la esencia de la lucha LGBT+ poder ser como somos en libertad y que nos acepten por ello? Sería triste que después de todo lo que hemos conseguido, terminásemos nosotros mismos creando cajones y contenedores, gente que se ajusta, y gente que no.
Por último, y siento el tocho que os estoy poniendo, me gustaría haceros una petición, redactores de AmbienteG. Me tomo la libertad porque sé que sois gente comprometida y que la vocación de este medio es ser útil para toda la comunidad LGBT+. Los medios, como habréis podido pensar, tenéis un poder enorme sobre estas cosas. Y si han calado estos estereotipos en parte es por ellos. Nadie lo pretende de forma consciente, simplemente se reproduce. Mirando los artículos que publicáis (por ejemplo «Chulazos en Instagram», o «Tipos de gay según su diva), veo que se ajustan de forma cómoda a los estereotipos. Y eso, sencillamente, está genial. No todos son así y muchos de ellos tienen tono humorístico (lo que ocurre es que no por ello dejan de transmitir mensajes). Sin dejar de publicar estos, me gustaría que los mezcláseis con otras realidades, con otras formas de vivir la homosexualidad, en definitiva, mostrar otros modelos de homosexuales, bisexuales, transexuales… El hecho de que hayáis publicado este artículo demuestra que tenéis sensibilidad hacia el tema, y que ampliéis el enfoque hará que otro tipo de público (sí, existimos), se sienta reconocido. No sabéis lo que ayudaría.
Es también la primera vez que escribo, y solo es para decir que estoy totalmente de acuerdo en todo contigo
mucha razon tienes fernando, yo antes tambien era lector habitual de la pagina, pero con el tiempo cada vez me ha ido desencantando mas. igual un nuevo enfoque de la web me podria reenganchar otra vez.
Jose, intentaremos que te reenganches 😉
Hola Fernando! Ánimo, porque al final, todo pasa. Puede que en la adolescencia todo se vea un poco negro, pero con el tiempo cada cosa se va colocando en su lugar. Respecto a los temas, yo creo que intentamos escribir respetando la pluralidad, ya que somos un equipo de editores cada uno de su padre y de su madre y con ideas distintas en muchas ocasiones, y en nuestros posts se refleja esa variedad. Puede que haya temporadas en las que unos contenidos pesen más que otros, pero desde luego, en Ambiente G apostamos por la diversidad y estamos totalmente en contra de los estereotipos ¡Un saludo, y gracias por comentar! 😉
Hay que cuidar la autoestima, quererse mucho y aceptarse.
Pues sí, Sonia, la autoestima es fundamental para cualquier persona ¡Un beso!
vaya formar de olvidarse de los hombres bisexuales, no se por que no me extraña eso de esta pagina.
ahi mucha presion en la sociedad con ser «hombre», diria ahora mismo que existe mucha mas presion para los hombres gays con ser un cachas que se pasa todo el dia en el gimnasio y que es MASCULINO (segun nuestra cultura) y belludo (para demostrar su «virilidad») y sin amaneramiento que con ser un gay con pluma, no es un ningun secreto que una buena parte del sector de hombres gays detesta todo lo que este minimamente relacionado con la pluma o femenino.
Hola Jose! En primer lugar, agradecerte tu comentario. Te diré que no es que nos hayamos olvidado de los hombres bisexuales. Simplemente, es que el artículo se basa en una tesis que está realizando para una universidad británica la psicóloga Ashley Brooks, y en esta investigación se analizará el tema que hemos comentado en el post.
Un saludo!
Son malos los estereotipos, el que mas y el que menos los sufre o los ha sufrido. Pero es cierto que de algún lugar salen y hay que reconocer que mucha gente cree en ellos y los refuerza, aunque no sea saludable tomárselos en serio. Yo cuando fui a la parada del orgullo me quedé sorprendío de la cantidad de hombres mollerús que había porque suponía increíble que esto fuera así, creía que por ser un estereotipo de cierto tipo de gay debían ser pocos. Pero el ser gay no implica nada de eso aunque sea cierto que hayan ciertas subculturas con unos rasgos particulares en el ambiente. No obstante me parece que uno debe obsesionarse con tratar de ser x o y cosa si no encaja en su vida hacerlo y le angustia no poder lograrlo, porque hay que tener amor propio para poder querer a alguien mas y puede ser muy abrumador el querer llenar esos zapatos.
No sé en ése país, pero aquí el prototipo gay es una locaza superficial y muerta por dentro que solo piensa en drogarse y ver cuantas pollas se puede comer en una noche. Doy gracias a Dios de no sentirme nada identificado con ésa imagen y para nada me siento deprimido por ello, todo lo contrario.
Pues realmente en mi país tendría que distinguir entre el estereotipo popular que es el de la «loca» amanerada y muchas veces vulgarota (y lo digo así sin querer ofender solo pa ilustrar el asunto), que lo rechazan la mayoría de los gays como una caricatura (igual que a la versión lesbiana del estereotipo de la «machúa») y lo que he visto que muchos gays que conozco quieren ser que es un hombre fuertote y lleno de molleros, independientemente del amaneramiento y de los roles sexuales que asuman. La cuestión de la promiscuidad es común, mas el uso de drogas mas allá de beber y fumar yerba conlleva un estigma social fuerte, así que de ninguna manera se celebra.