La aprobación del matrimonio en Francia está en su recta final. Tras la aprobación del proyecto de ley del matrimonio en el Senado la pasada semana, ahora únicamente queda su aprobación en la Asamblea Nacional. Y si todo va bien, la aprobación definitiva se produciría el próximo 23 de abril.
Lo lamentable de todo es que en el tramo final de la aprobación de la ley, los sectores más recalcitrantes de la sociedad francesa están aumentando la presión para tratar de impedir lo inevitable. Además del incremento de la actividad en redes sociales, algo que entra dentro del juego democrático, los homófobos franceses han dado un paso más allá y se dedican a acosar a los políticos que han apoyado el matrimonio.
Protestas ante la vivienda de los ministros socialistas, acoso en actos públicos y manifestaciones no autorizadas son algunos de los actos que están llevando a cabo desde los sectores opuestos a la ley. Ayer mismo, el ministro de Interior galo, Manuel Valls, tuvo que ser protegido de los manifestantes homófobos por los antidisturbios a la salida de un concierto. Y el pasado sábado, una periodista que ha mostrado su apoyo al matrimonio para todos fue agredida en la ciudad de Nantes.
Lo malo es que el clima de presión no se limita a los políticos, que a fin de cuentas, y pese a lo lamentable del caso, pueden contar con protección policial. Según denuncian las organizaciones LGBT francesas, en las últimas semanas se ha producido un incremento de las llamadas a los teléfonos de ayuda por el enrarecimiento del ambiente y por la homofobia que están viviendo muchos gays en los días en los que el matrimonio ha protagonizado el debate político galo.
Como prueba, hace unos días Jose nos contaba la salvaje agresión homófoba que había sufrido un gay mientras paseaba con su chico por el distrito 19 de la capital francesa.
Además, las organizaciones que se oponen al matrimonio para todos han convocado una nueva manifestación para mostrar su rechazo al proyecto el próximo domingo en París, y probablemente convocarán otra manifestación para el 23 de abril, día en que está previsto que los diputados de la Asamblea Nacional aprueba definitivamente el matrimonio.
Esperemos que cuando el proyecto sea aprobado en el parlamento francés las aguas vuelvan a su cauce y todos los homófobos se relajen, una vez que comprueben que la legalización del matrimonio no ha provocado ni el fin del mundo ni el final de la familia tradicional, tal y como ha pasado en España y en el resto de países en los que el matrimonio ya es legal.
Vía l ABC
En Ambiente G l ¡Ahora sí! Francia aprueba el matrimonio homosexual
Imagen l Facebook de Jennifer (Viper Fusion)
Toda esa homofobia es una prueba más para reconocer los derechos de los homosexuales.
Y esas personas supongo que serán las mismas que se consideran racionales, «normales», aptas para adoptar y formar una familia y gritarán muy orgullosos el himno de «liberté, igualité et fraternité». Viva la hipocresía diría yo.
Voy a ser el abogado del diablo. Esto tiene toda la pinta de ser los escraches homofobos franceses. Me parecería fatal que aquel que defienda los escraches se escandalize por esto, al fin y al cabo considero que tienen el mismo derecho a manifestar su opinión, por mucho que no esté de acuerdo. Siempre y cuando no haya violencia, evidentemente.
vandre, no es lo mismo manifestarse para defender unos derechos (escraches por el derecho a una vivienda) que para atacar los derechos de los demás (escraches contra el derecho al matrimonio).
El simple hecho de manifestarse contra los derechos de otras personas ya es violencia en sí.
Quizás hubiera sido mejor que hubieran sometido lo del matrimonio a referendum.
Con la mayor parte de la población a favor acabaría aprobándose, la oposición en la calle se enfriaría al poder expresarse en las urnas y el UMP dejaria de difundir la homofobia para intentar desgastar a Hollande.