Una encuesta hecha entre 545 soldados que han estado recientemente sirviendo en Irak y Afganistán dice que el 73% se encuentra a gusto con los gays y lesbianas que hay en el ejército. Un 21% además, asegura saber a ciencia cierta que tiene compañeros/as homosexuales (25% si hablamos de cuerpos de combate) y un 45% lo sospecha. Sólo unos pocos dijeron que la presencia de lesbianas y gays en el ejército supone un menoscabo para la moral.
La doctrina del «Don’t tell, don’t ask» podría tener sus días contados: un 79% de los americanos según una encuesta de Gallup aboga por acabar con la prohibición de servir en el ejército a quien se declara públicamente como lesbiana o gay. Se calcula que actualmente hay 65.000 homosexuales en el ejército. La Teniente General Claudia Kennedy, primera mujer en obtener las tres estrellas, se refirió a esto del «Tú no lo dices, yo no pregunto» como «algo vacío que parece qeurer servir a un propósito inútil».
En la foto, los dos militares españoles que se casaron el pasdo mes de septiembre, con sus uniformes de gala.
Vía | Stonewall Pink News
Logicamente debe haber gays y lesbianas en el ejército como los hay en todos los estamentos de la vida. Lo que ocurre es que por la especial «situación» de todos los ejercitos en general, no es posible la visibilidad. Más de uno y de dos se dedica a buscar carnaza en su tiempo libre. Y eso, a mí particularmente, me da muxo morbo. No hay nada como un buen soldado preparado para el ataque.