Lamentablemente empezamos la semana con otra denuncia por agresión homófoba en Madrid. Rozamos ya las 80 agresiones denunciadas en la capital, así que imaginad la cantidad que habrá sin denunciar. Fue la madrugada del sábado 22 (al domingo) en el barrio de Malasaña, centro de Madrid, al lado de Chueca. Un barrio, Malasaña, que es bastante gayfriendly.
Según la versión de lo ocurrido por parte del denunciante, en la madrugada del sábado al domingo, la víctima iba con unos amigos por la calle cuando se cruzaron con un grupo de chicos y le dijeron a uno de ellos «¡Guapo!». Algo que en caso de haber sido un chico (presumiblemente hetero) se lo dice a una chica, no hubiera habido ningún problema porque es un piropo, algo que en España nos gusta mucho defender.
El caso es que al receptor del piropo no le hizo gracia y golpeó a la víctima al grito de «tú no me dices eso a la cara«. Dicho golpe le causó a la víctima contusiones y fractura del tabique nasal. Fue antendid por el SAMUR y el domingo, acompañado por dos mimebros del Observatorio Madrileño contra la LGBTfobia, acudieron a la Comisaría de Ronda de Toledo a poner la denuncia.
Con esta ya son 79 agresiones denunciadas. El número es escandalosamente alto. Arcópoli añade a esta denuncia una queja con respecto al trato que los chicos que se besaron delante de una manifestación por parte de la Policía Nacional que les empujaron para que abandonaran el acto.
En Ambiente G | Agresión homófoba en la Comunidad de Madrid
asalvajado
¿Y que hace un chico gay piropeando a un hetero desconocido en la calle? No justifico la violencia, menos en este caso que al parecer fue desmedida. Pero creo que el tío se arriesgó demasiado. Por mucho que en España se defienda el piropo, debemos entender que no a todo el mundo le tiene que gustar. Eso también se llama tolerancia.
Yo no defiendo el piropo, porque me parece una falta de respeto, sea cual sea el sexo tanto de quien lo hace como de quien lo recibe.
Pero ya que es una costumbre bastante común, tan libre ha de sentirse un hombre halagando a una mujer, como halagando a una persona de tu mismo sexo.
Por eso no comparto lo de que «se arriesgó demasiado». Porque si sólo actúas en función de como van a reaccionar los demás, no vives. Los gays lo llevaríamos claro si nos dejásemos coartar o vencer.
Vamos, que si se acepta piropear, también «en riesgo» se debería sentir un hombre piropeando a una mujer. Pero no es así, ¿verdad?
Por eso mismo, como he dicho, no soy partidario del piropo, porque es una agresión (en cuanto a intromisión hacia tu persona) verbal gratuita.
Y, desde luego, el agresor, a comisaria por delito de odio, ¡que ya son demasiados casos! Y, aunque sólo hubiese un caso, también habría que denunciarlo.
¿Tan difícil es en este mundo lo de «vive y deja vivir»? Desgraciamente, parece que sí. En fin.
Creo que es hora de que en los gimnasios de artes marciales se promueva los cursos de autodefensa para gays. Es necesario denunciar sí, pero también hay que saber defenderse. A veces puede ser vital.
Muy de acuerdo.
Yo pondría cursos de autodefensas como parte de la asignatura de Educación Física en los colegios, como algo no solo útil para personas LGBT, sino para cualquiera que se pueda sentir agredido en algún momento de su vida, como en los casos de ‘bullying’ y otras situaciones.
No creo que se arriesguen a romperse una uña.
El piropo callejero o no es una forma de acoso sexual.H ace sentir incómoda, cosificada. A las mujeres no nos gusta. Ni a las heteros, ni a las lesbianas ni a las bis. El problema aquí es que se mezcla con la homofobia. Sibuna mujer le hubiera piropeado no hubiera actuado así y si una mujer hubiera reaccionado igual la habrían llamado feminazi.
Que no os guste u os haga sentir incómodas no significa que no pueda hacerse. Un piropo no es una agresión.