Estados Unidos lleva meses con el debate público del matrimonio gay, y como siempre uno de los factores más polémicos es la adopción, y la posibilidad de que los niños crezcan sanos y felices en hogares homosexuales. Por esta razón están surgiendo gran cantidad de estudios –ya hay más de 80- de profesionales de la psiquiatría que dicen que las diferencias entre estos niños y los crecidos en hogares heterosexuales son mínimas.
En concreto los estudios de la Asociación Psiquiátrica Americana afirman que los niños que crecen en hogares de gays y lesbianas son, como mínimo, igual de sanos y equilibrados que los que tienen padres heterosexuales, y que las diferencias encontradas entre los dos grupos son más bien modestas. Incluso se aprecia que estos chicos acaban, de alguna forma, convirtiéndose en personas mejores, no a causa de la sexualidad de sus padres, sino por el proceso de selección. En efecto, los hijos adoptivos suelen ser chicos realmente deseados. Tanto si eres gay como lesbiana, la cosa no es fácil: la adopción y la inseminación son caminos largos y tortuosos, francamente difíciles de recorrer si no estás totalmente convencido. En cambio entre heterosexuales hay gran cantidad de padres accidentales.
Vía | Wisconsin State Journal