Uno de los mayores tópicos y a la vez tabúes de la homosexualidad, vista desde fuera, es sin duda la penetración anal.
Cuántas veces hemos tenido que soportar chistes fáciles sobre «ponte el corcho», el jabón que se cae al suelo, la vaselina, etc.
Para muchas personas la práctica sexual estrella entre homosexuales es la penetración anal. Este concepto tan limitado del sexo, afortunadamente cada vez menos frecuente, responde a una incultura tradicional basada en el sexo rápido, centrado en el placer del hombre a través de la penetración.
Para muchos matrimonios de cierta edad, heterosexuales, es casi inviable otro tipo de prácticas sexuales tales como las felaciones, la masturbación, culilingus o la penetración anal (tanto para el chico como la chica).
Prueba de la importancia de la penetración es la tan nombrada virginidad, base de muchas películas americanas, series adolescentes, y comidilla de los grupos de adolescentes. Así, parece que la única forma de perder la virginidad, es mediante la penetración.
Incluso, en muchas relaciones hetero todavía se sigue esquivando hablar de felaciones y otras prácticas. Pues muchas de ellas, sólo se plantean que la mujer sea la que realice la felación. Provocando así que se asocie esta práctica con una cierta dominación machista y un toque egoísta e impositivo.
En general, las relaciones sexuales tradicionales se centran demasiado en la penetración. Lo cual a parte de ser insatisfactorio para ambos (sobre todo para la mujer), es una gran pérdida de sensaciones.
Afortunadamente, hoy en día, las relaciones sexuales son mucho más relajadas, variadas y diversas. Se ha conseguido avanzar bastante en libertad sexual, lo cual también ha contribuido a reducir este tópico del que partía sobre la penetración anal y la homosexualidad.
Es necesario reivindicar que se eliminen estos conceptos de sodomización = dominación, y se hable abiertamente de todas las prácticas sexuales posibles e imposibles. Rompamos tabúes, y ojala nunca más nos pregunten «¿en vuestra pareja, quién es el chico y quién la chica?».
¡Que pregunta mas tonta y mas cotilla!. Soy hetero por si os interesa y nunca se me habria ocurrido preguntar una cosa asi. ¿De verdad la gente pregunta eso? imagino que serán amigos de mucha confianza, mas que nada por la intimidad – cotilleo que conlleva la pregunta.
Espero que mi ignorancia no ofenda a nadie, para nada es mi intención.
El problema de la pregunta, Sonia, no es sólo que sea de mal gusto y cotilla, si no que el problema está en el planteamiento que existe detrás de la pregunta. Es decir, la persona que pregunta eso es porque entiende que en una pareja gay uno asume el papel de hombre y el otro de mujer. Es decir, aplican el “rol hetero tradicional” a las relaciones entre personas del mismo sexo.
Y sí, pro desgracia hay gente que pregunta estas cosas.
Tampoco voy a decir que no existen parejas homosexuales en las que uno es pasivo y el otro activo, pero ello no significa que el pasivo sea la mujer y el activo el hombre. Aplicar esos criterios indica que la mentalidad de esa persona es bastante reducida.
No te preocupes que no ofendes a nadie.
Gracias por tu comentario.
Que razón tienes Arturo!
Esa última frase me la dijo mi madre cuando intento tener la charla madre e hijo al enterarse de que era gay XD Uno hace de chico y otro de chica…»pos va ser que no»!
El sexo anal (por muy de todo que se vea desde fuera) es y será una de las fantasias de todo hetero (siempre después de el trio con la novia y carmen electra..XD). Sigue siendo algo casi exclusivo de gays, pocas parejas heterosexuales lo practican y muchas menos el penetrado es el hombre. Es algo que relacionamos (relacionan) con gays y un hetero no suele sentirse agusto con algo gay. Un simple dedo en el culo les tiene que hacer perder una de masculinidad que «pa ke»!
El tema felación-machismo está emezando a cambiar. Siemre se suele criticar que a la mujer se la trata como un objeto o que está obligada a satisfacer a su macho ¬¬ hoy en dia nadie obliga a nada en sexo, cada uno hace lo que quiere y cuando quiere.
Por suerte tenemos gran variedad y no todo es el aburrido, insatisfactorio (cada uno verá si le satisface o no) y monotono mete y saca.
Tambien hay que reconocer que el sexo en todas sus manifestaciones a sido un tema tabú asta hace dos dias… asi que tampoco es tan raro que unos temas sean mas ¿ocultos? que otros.
P.D ¿Por que esas bromas tipo «ponte el corcho» o «que no se te caiga el jabón en la ducha», siempre las dicen los más feos? Que curioso… XD ¿Estarán necesitados de amor y deseando que se les caiga el jabón?
Lo archivaré como Expediente X (sin resover, no porno eh). La verdad está ahí fuera!
No habia pensado en el rol hetero, porque me parece una cuestión tan anticuada. Si son dos hombres pues son dos hombres y si son dos mujeres pues son dos mujeres. En cualquier relacion de pareja gay, lesbiana o hetero creo que siempre hay uno mas sensible, con mas caracter, mas activo o más pasivo.
Me gusta vuestro blog, es variado y entretenido, si no os importa me seguiré pasando por aqui.
Sonia, importarnos lo que se dice importarnos… pues no. Estaremos encantados de que te pases por aquí y compartas tus opiniones. 😉
Carlos, yo no estoy tan seguro de que sean los feos los únicos que lo dicen. Pero que hay alguno que lo dice y tal vez tenga que callar… también es cierto.
Tienes razón en que el sexo ha sido tabú hasta hace muy poco, sin embargo, el temas de los roles hombre-mujer, sensible-fuerte, etc siguen vigentes. Más suavizados pero vigentes.
Y desgraciadamente, pocos heteros se ponen a pensar como piensa o siente un gay. Cosa que al contrario si hacemos pues nos educaron para ello desde pequeños.
Ésa pregunta, planteada de forma diferente –aunque no más sutil–, es habitual también entre los propios homosexuales, de modo que no sé qué os extraña. (También vosotros habréis escuchado la respuesta «somos democráticos».)
En cuanto a todo lo demás, y aunque es obvio que determinadas prácticas sexuales son mal consideradas por muchísima gente –y en su derecho están, que hagan en la cama y piensen lo que les plazca–, no podemos aspirar a estas alturas a que porque nosotros, minoría, hemos adoptado, a menudo por pura necesidad, formas de práctica sexual más diversas, toda la sociedad considere que una felación es lo mismo que una penetración vaginal, o incluso que una penetración anal. Si la primera práctica sexual que viene a la cabeza de la inmensa mayoría de la gente es la penetración, se debe a motivos tan obvios que ni siquiera merece la pena mencionarlos.
En cuanto a los roles masculino y femenino. La gente que realiza esa pregunta no se refiere siempre a quién da y quién recibe, si me permitís la vulgaridad, sino a un concepto más amplio, y supongo que bastante obstuso, del carácter, de la dominancia y de las disposiciones de los miembros de la pareja. Sobra decir que, en una relación homosexual masculina, ambos son hombres: de eso se trata. Incluso aunque uno de ellos sea 100% activo, y el otro 100% pasivo. Y sin embargo, existen no pocos casos en los los miembros de la pareja consideran íntimamente que uno de ellos es, si no la mujer, al menos sí «femenino».
Honestamente, la sexualidad en sentido amplio (la identidad del sujeto, su movimiento, su manera de caminar y de expresarse, su agresividad, etc.) es tan complicada, y a menudo poco funcional, que tomársela de forma relajada me parece casi una quimera. Aunque eso sí, hagamos el esfuerzo.
Bueno, tengo la impresión de que mi mensaje ha quedado un pelín beligerante, pero no era mi intención. Saludos y os sigo.
No creo que sea cuestion de pensar como otra persona que no conoces si no de pensar lo que no te gustaria que te hicieran a ti. Supongo que el dia que no se hagan distinciones entre gays, lesbianas y heteros se acabara la discriminación. No me gustan las etiquetas.
No estoy del todo de acuerdo con tus palabras, Ergo. Ya que parece desprenderse de ellas que la penetración anal no es una práctica sexual más sino la que nos queda a los gays porque no tenemos vagina. Parece como si la penetración vaginal fuera una práctica mucho más sdatisfactoria que la anal, uan felación, una masturbación o cualquier otra práctica.
Para mí todas las prácticas no son iguales, sino que cada una tiene su gracia pero ninguna es mejor a otra. Mi forma de entender el sexo tal vez es diferente a la de muchos.
Del mismo modo que nosotros no podemos hacer penetración anal, otros no pueden hacer otras cosas que nosotros sí. Las prácticas están limitadas a los deseos de las personas y al cuerpo físico de ellas.
Hay parejas donde uno es femenino, y otras donde los dos lo son, o ninguno… pero creo que eso depende de las personalidades o caracteres, no del género ni la orientación sentimental.
Pero vamos, que lo mejor es conocerse a sí mismo y al otro/a y disfrutar sin miedos ni tabúes.
Hombre, Arturo, más que no estar “del todo de acuerdo” con mis palabras, parece que no estás nada de acuerdo con ellas; pero eso está bien, ¿no crees? 🙂
Es obvio que al escribir mi comentario realicé una alusión muy poco sutil a la naturaleza biológica del sexo (y, en general, de la naturaleza humana). Sé perfectamente que no es única ni excluyente, pero existe, y ni siquiera a estas alturas vamos a discutirla. Por eso me escama la pretensión de que todas las prácticas sexuales son idénticas, dado que eso es irrefutablemente falso. No discuto si unas son mejores que otras, pero sí que su objeto y sus capacidades sean las mismas. El sexo pene–vagina puede engendrar vida; el sexo pene–ano, no. Sencillamente. Ahora bien, el sexo pene–vagina puede servir para disfrutar o expresar amor, y el sexo pene–ano, también. Pero sigue sin ser menos cierto que: a) la forma sexual hetero es prevalente no sólo porque es la mayoritaria, de ahí que sea la primera en acudir a la mente al hablar del asunto, sino también porque posee por sí misma una aptitud exclusiva, sin más; y b) ¿en cuantas ocasiones se recurre a la masturbación o al sexo oral, por citar un par, porque los miembros de la pareja son incapaces, pese a su deseo, de llevar a cabo una penetración anal?
Nadie lo ha discutido.
Ja ja ja, Arturo, ése es el argumento más bizantino que he oído durante los últimos siete días… Me refiero a lo de que podemos hacer unas cosas que otros no pueden. Supongo que es cierto, por lo menos desde un punto de vista técnico. De todas formas, creo que entiendo tu argumento, y lo comparto, pero sin olvidar qué cosas son qué cosas. La idea: dado que la homosexualidad no es una alternativa a, ni una desviación de, la heterosexualidad, comparar ambas tendencias carece de sentido. Pues, ¿para qué querría un homosexual una vagina? En eso no te falta razón.