Rusia, ese país del que todos los días, lamentablemente, hablamos. Hoy lo hacemos a vueltas con las adopciones, porque ese país y el nuestro, se reunieron la semana pasada para intentar llegar a un acuerdo en materia de adopción internacional. Y lo consiguieron, hay acuerdo para poder adoptar con normalidad niños rusos, pero, por supuesto, en ese acuerdo no entramos, ni de coña.
Porque el país de Putin tiene claro que no va a permitir que ningún niño sea criado nunca, y en ningún caso, por homosexuales. De hecho, esto no será posible ni aunque el niño se encuentre en situación de desamparo, que es una situación que se produce tras el fallecimiento de los padres adoptivos o la retirada de la tutela por diversas causas. Si eso ocurre, la Administración debe buscar unos nuevos padres al niño, pero nunca homosexuales. Alguno se preguntará que cómo Rusia puede saber si yo, soltero e interesado en adoptar un niño ruso, soy gay. Para curarse en salud, han prohibido cualquier adopción por parte de solteros de aquellos países en donde el matrimonio homosexual es legal.
Cuando se trata de adopciones internacionales, el país que «manda» es el del origen de los niños, por lo que en este caso, España debe acatar las normas impuestas por Rusia. Sin embargo, me pregunto si el gobierno del PP ha intentado desbloquear o negociar esta limitación, como sí se ha hecho con otras imposiciones que Rusia ponía y que, finalmente, han sido suavizadas.
Vía | ElPaís
Debería prevalecer el bienestar del niño, por encima de todo. Es muy triste.
Estoy cansado de Rusia y sobre todo de Putín, no dejo de asombrarme que en pleno siglo 21 alguien sea tan retrógrado. Me solidarizo y me compadezco de los millones de rusos que siendo homosexuales han de estar sufriendo por esta homofobia tan radical e inhumana.
Claro que sí Rusia, mejor un niño en la calle, muerto de hambre y frío, que criado por una familia que le querrá y le proporcionara todos los cuidados necesarios.
La experiencia traumática, espantosa, de muchos niños en orfanatos rusos, lo sé por boca de algunos amigos míos que padecieron ese infierno, donde los golpes, el hambre, los abusos y la prostitución son frecuentes, nos revelan el alto grado de salvajismo de ese gobierno infame, anti-democrático, hipócrita e inhumano.
Muy lamentable la situación en Rusia. Sé que me hundirán en puntos negativos, pero también es lamentable que algunos gays españoles tengan tanta fascinación por Rusia (Vodka incluida) y por los rubios. He oído algunos de mis amigos decir que jamás en la vida adoptarían un niño latinoamericano porque, a su parecer, no los hay blancos. Por eso están tan apenados por no poder adoptar en Rusia, de lo que no se enteran es que para mezclados: los españoles, luego esas cosas de la pureza y la blancura dan pena.